sábado, 17 de septiembre de 2016

El Secreto está en mis Sueños - Las aventuras de una doncella llamada Sophia…



Erase una vez como inician la mayoría de los cuentos de hadas, de ninfas, de reinos, y en este caso, de una bella doncella, quien estaba por llegar a un maravilloso mundo mágico, donde la naturaleza, los colores, la primavera y el otoño, los cielos, las nubes y las estrellas, se expresaban como una canción, como una dulce melodía armónica llena de amor, que cantaban los ángeles desde el cielo, brindando alegría a todos los recién llegados a este reino mágico, soñado y tentado a cualquier ilusión...

Los animales del bosque sabían de su llegada, la algarabía de los pobladores estaba llena de esperanza, de júbilo y de añoranza, por el anuncio que estaba arribando, fue en los días de invierno que anunciaron con colores desde el cielo, la venida desde el reino del Nunca Jamás, de una doncella, quien tendría la suficiente sabiduría para alegrar aun mas, la vida de más de mil almas, quienes esperaban tiempos de armoniosa paz, de gloria sublime y de amplio bienestar...

Pero como toda historia épica, como todo cuento de bellas doncellas, de princesas, de reinos y seres maravillosos, el lado oscuro siempre intentará cualquier maniobra, cualquier jugada, para impedir que las ilusiones de una comunidad, de un reino mágico, de una bella niña, alcancen la gloria, alcancen la cima, de una bella historia que comenzará en un hermoso verano...

Las hadas de esta historia, eran unas lindas ninfas, quienes solamente aparecían al ocaso del día, durante los días de la bella primavera. Los guardianes del reino siempre estaban presentes, día y noche, pero en los días de verano. Durante el otoño todo el reino era cuidado y custodiado, por los hombres y mujeres de los pueblos cercanos. Y durante el invierno llegaban los guerreros del reino del Nunca Jamás, para cuidar a la bella Doncella, prometedora Princesa, quien sería la futura Reina de todo el mundo creado por su amado padre, el sabio y respetado Rey...

En cada estación todo siempre estaba armónicamente sincronizado, pero el secreto de esa magia, estaba oculto en el alma de una inocente niña, quien por los designios de su sabio padre, quien heredó de su padre igualmente a través de un ritual sagrado dicho secreto. Un ritual guardado secretamente a través de mil años y mucho más, y el cual ha estado reservado únicamente para el día de su llegada a la tierra prometida, desde el reino del Nunca Jamás, pues todo eso estaba a por ser quebrantado, por las ansias de poder de su descarriado hermano...

Los anímales en este reino podían hablar, pero únicamente con las ninfas y con la doncella quien estaba por llegar. Ellos conocían bien los secretos acerca del equilibrio sobre el bienestar y el compartir, con todos los seres que habitaban ese hermoso lugar. Las ninfas solamente podían ser vistas por las institutrices designadas al cuidado de la hermosa Princesa. Y los ángeles del cielo elegidos, eran los encargados de mantener la armonía melódica sobre esta tierra prometida, con sus dulces cantares y anunciando las estaciones, en cada época que se anunciaba la fertilidad y la prosperidad...

El envidioso hermano del Rey, un ser astuto, despiadado, traicionero, charlatán y con matices de encantador, siempre tenía a su lado, a aquellos seres manipulables, perdedores y holgazanes, que por cualquier bocado de pan y vino, algunas monedas de oro, y un supuesto nombramiento de guardián honorario o de tutora designada, eran capaces de vender su alma, hasta al diablo mismo, si lo pudieran tentar...

La primavera está por culminar, para dar inicio al tan esperado verano, tiempo de cielos azules, de noches estrelladas y de cometas estelares, cruzando todo el universo, de ángeles cantando al candor de sus lamentos, de la llegada anunciada con una gran presentación de una doncella, prometedora Princesa, quien sería la futura Reina en sucesión, pues su madre la esperaba, al calor de la pasión, del romance en ebullición, y del milagro de la vida, quien está por dar su mejor aparición...

Fue en el auge del verano, cerca de la medianoche, durante una hermosa luna llena, bajo un cielo totalmente estrellado, y justo al cruzar un gran cometa con una larga estela de colores, viajando de oeste a este a través de ese asombroso e infinito universo, cuando llegó la pequeña doncella anunciada, a quién llamaron la doncella Sophia...

De acuerdo a la cultura ancestral de los grandes filósofos griegos, el nombre designado a la pequeña doncella Sophia, es sinónimo de sabiduría, equidad, audacia, inteligencia y perspicacia para alcanzar todos sus propósitos. Fue entonces como el rey sabio, con la esperanza de continuar un legado que ha durado por los tiempos de los tiempos, para mantener la armonía, y así evitar que la oscuridad se apoderase de su amada tierra prometida, pretende que su futura descendiente, alcance la gloria, la paz y el bienestar, una vez deje este mundo, para partir a un nuevo designio de su amado Dios...

El ritual sagrado se cumplió al pie de la letra, en el más íntimo secreto mejor guardado del reino. Solo asistido por la Reina Madre, el Rey Sabio, las institutrices designadas y el maestro del Reino, un viejo aun más sabio que el mismísimo Rey, pero inquebrantable compañero y súbdito del mismo, quien también sirvió a su amado padre, el antiguo Rey ya muerto hace unos cuantos años atrás...

Durante el resto del verano, la guardia pretoriana y los anímales domésticos del reino cumplieron con su acometida vigilancia permanente a la pequeña doncella. La Reina Madre y las institutrices nunca dejaban a la pequeña sola en ninguna parte durante el día, y dos bellos perros, pastores belga, de color negro azabache, custodiaban el sueño de la pequeña Sophia. No había manera de que el despiadado hermano del Rey pudiera tener acceso a la niña, al custodiado fortín, y ni siquiera a los predios del reino. Pero el hombre era bastante paciente y elegiría el momento adecuado para intentar su plan...

Al llegar el otoño, gran parte de los pobladores se movilizaron al reino, para cuidar y custodiar los predios, la fortaleza y sobre todo, preservar el cuidado de la pequeña doncella, quien era la esperanza para el nuevo florecimiento de una nueva época, marcada por la paz y la armonía de ese bello lugar. Era el momento en que los anímales del bosque comenzarían a interactuar con la bella niña, para enseñarle parte de los secretos y encantos de ese mágico lugar. Sus nobles y fieros perros eran los responsables directos de custodiar cualquier peligro que tentara contra la seguridad de la niña, y ambos ya sabían las intenciones del despiadado hermano en contra de la frágil doncella...

Pero como en todo cuento de reinos y de princesas, siempre hay maneras de infiltrar aliados, vestidos cual piel de oveja al exterior, y piel de lobo feroz oculta al interior. Nadie sabía cómo pudo lograr su propósito el audaz hermano del Rey, pero eso le daría cierta ventaja acerca del avance durante el aprendizaje de la bella niña y de algunos secretos que podía quizás tener a su mano, para intentar usurpar el poder de un reino que se ha mantenido por muchísimo tiempo, en paz, armonía y bienestar...

Pasaron algunos inviernos, época durante el cual el astuto hermano del rey no podía tener acceso a la situación e información acerca de la niña, como tampoco durante los veranos durante el cual la bella doncella, aprendió el lenguaje de los animales, aprendió los secretos del reino. Ella aprendió de la magia y el equilibrio, generado por el fuego interno oculto en su preciada alma, durante su llegada a la tierra prometida. En las primaveras, Sophia conoció las bellas ninfas, unas hermosas hadas madrinas quienes solamente aparecían a la niña doncella durante el ocaso del sol, en esos días de bello florecimiento y gran colorido en el reino mágico, para enseñarle los secretos mágicos de su poder...

El astuto hermano del Rey, tenía previsto un plan para atacar el reinado mágico durante la ausencia del Rey, justamente para el otoño, cuando la doncella debía ser nombrada a finales del mismo, en un acto solemne a Castillo abierto, con la presencia de todo los fieles súbditos de la tierra prometida, incluidos los anímales domésticos del reino, para así anunciar a sus doce años, la edad para ser elegida como la Princesa Sophia del reino del Nunca Jamás...

Era el inicio de la primavera en esos doce años, las ninfas debían estar con ella hasta ese tiempo, para enseñarles las últimas lecciones acerca de los otros secretos que solo eran reservados para la Princesa elegida. Así estaba establecido en las leyes que gobernaban el reinado, porque es el momento en que la Princesa asume ciertas responsabilidades que antes estaban ausentes, y ella debía estar en capacidad de asumir la toma de decisiones, junto a su madre Reina. Todo formaba parte de su educación y el honor de dar continuidad al legado de su amado padre y Rey...

Mientras en el bosque la bella niña, adolecente, inteligente, perspicaz y astuta, adquirió destrezas para interpretar las señales de la naturaleza, comenzó a aprender una lección extraordinaria con las águilas, unas hermosas aves rapaces, de extensas alas oscuras, de cabezas negras y aguda visión, y excelentes grandes pescadoras. Estas le enseñaron a mirar a través de sus vuelos suntuosos y plácidos sobre el lago, a mirar más allá de su visión normal, a mirar entre la maleza, entre el bosque, a través del agua, desde lejos buscando la presa, o simplemente buscando a quien la está buscando a ella, para tenderle esa trampa. Veía el amplio espectro a través de sus ojos, conectados con los ojos de las grandes aves. Fue una de las mejores lecciones, esas que le permitirán maniobrar el momento esperado por ella, y que solo ella sabría como responder y contrarrestar a su despiadado tío, quien solo veía la manera de usurpar el poder de su amado padre, el Rey, solamente por apoderarse del reinado de la tierra prometida, y posteriormente sobre el Reino del Nunca Jamás, a través de los poderes aprendidos desde su llegada...

Las águilas le indicaron que en la medida que sus sueños, deseos y compromisos, fuesen convertidos en un propósito de vida, podría tener la capacidad de alcanzar cada meta prevista durante su prolongada estancia en esta vida, pero que solamente dependía íntegramente, de sus decisiones, elecciones y responsabilidades, en aceptar sus éxitos, como también sus posibles fracasos. Ellas con todo y sus poderes para cazar y sobrevivir en un mundo a veces hostil, a veces fracasan y pierden hasta la vida en el intento. Es parte de la vida y es parte de las enseñanzas. Un poder requiere de una gran responsabilidad también. Su tío atenta contra la estabilidad del reino, contra el uso indebido de ese poder, y contra la vida misma de su integridad, y del legado que aspira dejarle su amado Rey...

Los venados ya casi al final de la primavera, le enseñarían a escuchar atentamente, a través de sus oídos, al igual que las águilas con su ojos, aprender a escuchar en el silencio latente de la naturaleza, a escuchar los gemidos de quienes les acechan, a escuchar los momentos que alertan, en esa paz inherente que siempre tientan, a cruzar la línea entre la armonía y la desobediencia, y es así como la misma naturaleza, encontró el equilibrio perfecto, entre esa diversidad que ha mantenido esa belleza, lejos del salvajismo y la crueldad, únicamente para mantener reinante, y así evitar la anarquía y la maldad...

Igualmente la moraleja dejada por sus maestros, es que debe aprender a escuchar a sus semejantes, debe ser cauta en sus movimientos, debe estar alerta a las insinuaciones, debe ser tan ágil, o tan lenta en sus desafíos, para sí permitirse reaccionar, quizás pensar, o tal vez evaluar, una movida, una respuesta o una señal, ante las acciones de aquellos que atentan contra su estabilidad o su pericia en mantenerse a salvo de las embestidas...

Las Ninfas ya casi se preparaban para su hermosa despedida, fueron doce años de encuentros nocturnales, lecciones, de aprendizaje y de secretos ocultos misteriosamente en su alma, quien llevaba esa flama inapagable de amor, deseo, de una pasión, de esos secretos oscuros, que le permitirán la comprensión espiritual acerca de la maldad que rodea siempre a la tentación de cruzar el umbral hacia lo prohibido, y de esas señales que le permitirán captar la intención de otros, en atentar contra su inocencia, su bondad, su deber hacia lo inequívoco, para preservar el equilibrio entre lo existencial y lo espiritual. Las claves mágicas para moverse entre el reino sin ser detectada, sin ser vista por la intención malsana de atentar contra su integridad, un poder delegado únicamente para aquellos elegidos en este universo sobre natural y asombrosamente magistral. Sus hadas madrinas cumplieron con su compromiso y ahora solo dependería de su perseverancia, destreza, suspicacia y audacia, para utilizar ese poder, únicamente cuando fuese necesario, y así ser la futura Reina equilibrada, justa, amorosa y perspicaz en sus decisiones...

Pero la maldad y las intenciones oscuras por parte de su Tío, para ostentar ese poder designado, contra su propia integridad, contra la vida misma de su futuro reinado, de sus pobladores y fieles súbditos, y del equilibrio mantenido a lo largo de los años en esta tierra prometida, entre el hábitat natural y sus habitantes, pronto ha de estar en peligro, por las causas ampliamente conocidas, la usurpación y uso del poder en beneficio de intereses personales, atentando contra la prosperidad, estabilidad armónica y futuro incierto de una vida esperanzada en la dedicación y bienestar de su vida y la de los demás, quienes dependen de un poder que va más allá de la realidad, más allá de lo que otros pueden comprender, más allá de lo que muchos ni siquiera pueden soñar...

Pero esa parte, incluido los inicios de un amor que está por despertar, la descubriremos en el final de este cuento mágico, lleno de fantasía, magia, naturaleza, secretos, misterios, y de una bella niña, llamada Sophia, quien llegó a este asombroso mundo, con un gran secreto, oculto en sus propios sueños, llenos de vida y de una ilusión magistral...

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