lunes, 30 de enero de 2017

En la Alborada de un encuentro inesperado (Dedicado a mi hermano del alma)…



El tiempo no se detiene, transcurre sin interrupción alguna, más allá de toda comprensión racional o espiritual, a veces es lento, pausado y constante, y otras veces, es significativamente rápido, volátil e intempestivo, y es cuando en ocasiones nos detenemos un instante para mirar atrás, tal vez para dilucidar, quizás recordar, o simplemente determinar a qué y a quienes hemos dejado atrás, que aprendimos de todas esas vivencias, y cuanto hemos errado en esas andanzas a través de ese camino lleno de obstáculos, atajos y de cuestas, para luego voltearnos y posar esa mirada tenue y vislumbrar aun cuanto nos falta por alcanzar, sean nuestros deseos, anhelos y nuestros propios sueños. Definitivamente así es la vida para algunos de nosotros...

Nuestra llegada a este santuario tiene un significado histórico en algunos casos, aun cuando la gran mayoría no cree en los tiempos de una vida pasada, ni en la re-encarnación, y menos en deudas pendientes interrumpidas por alguna razón inconveniente en esos tiempos. Pero más allá de las creencias y de nuestra existencia, cada ser humano que llega en el tiempo correspondiente, tiene una misión existencial, espiritual y carnal. Desde el momento que llegamos estamos luchando cada momento de este tiempo finito y existencial. Para aprender, para acertar, también para errar y enseñarnos al mismo tiempo; todo es un círculo que se mueve alrededor de este Universo asombroso, mágico y divino, y no podemos escapar ante ello...

En la medida que vamos ascendiendo sobre esa escala de tiempo con la que nos medimos, algunos vamos entendiendo que somos consecuencia de una elección fortuita desde los tiempos de nuestro Creador, somos simplemente energía transformada en seres especiales, carnales, racionales y volubles a miles de situaciones y atenuantes. Nuestras acciones definen en este tiempo gran parte de nuestra personalidad, de nuestro carácter y de nuestra intención de trascender o ser uno más del montón, como decimos coloquialmente en un vocabulario burdo y común. Y es de esta manera como este Universo mágico, como nuestro Creador nos mira, nos vigila, nos escucha y eventualmente acciona toda su magia a favor de complementar nuestras ansias, nuestros deseos y nuestros impulsos, simplemente para alcanzar todo aquello que nos propongamos profundamente. Es lo que llamamos "Fe y Creencia" en nosotros mismos...

He de comenzar con este preámbulo para intentar comprendas, y también para aquellos quienes dediquen un instante de su tiempo para leer este escrito, cuan valioso son todos aquellos aspectos que forman parte de nuestra vida y que nos definen como personas más allá de cualquier categoría o escala de valores sociales. Hay diversos aspectos a nuestro alrededor, unos son determinados como virtudes, y otros son conocidos como nuestros defectos. Ambos conviven dentro de nuestra existencia racional y nuestra psique, y forman parte de nosotros, sea esto controversial o contradictorio al mismo tiempo. La respuesta es muy simple, el universo es perfecto, el tiempo de nuestro Creador es perfecto, biológicamente somos organismos casi perfectos, pero existencialmente somos seres muy imperfectos, finitos y a veces hasta complejos, de acuerdo a nuestras elecciones, decisiones y consecuencias de todo ello...

Durante nuestros andares y sortilegios nos encontramos con muchos seres similares. Algunos muy compatibles y otros definitivamente diferentes de nuestra percepción del mundo. Sin embargo todo ese grupo que nos encontramos forman parte de nuestras enseñanzas y de nuestras lecciones de vida. Combinamos nuestras virtudes y defectos en esos cruces de caminos. Algunos damos lo mejor de nosotros a pesar de muchas veces errar, y así aprendemos lecciones de vida. Sin embargo siempre hay quien nos vigilan, nos cuidan, nos guían y a veces por causas inexplicables nos detienen ante eventualidades de crónicas que anuncian alguna fatalidad. Pero cuando hay esas conexiones inexplicables, absolutamente nada ni nadie puede impedir que continuemos en este segmento del tiempo juntos, muy a pesar de nuestras elecciones y decisiones de separarnos en esos caminos, en algún punto de esa senda compartida. Nuestro Creador y el Universo con toda su magia se encargan de volver a juntarnos por alguna razón divina, especial e inesperada. Simplemente porque nuestras energías están entrelazadas, conectadas y fluyen constantemente sobre un mismo espacio de tiempo el cual compartimos, aun cuando posiblemente formamos parte de un todo, desde tiempos pasados y continuaremos hacia un tiempo futuro escrito en ese universo circundante. Es la magia de la vida que nos señala la ruta elegida, pero somos nosotros quienes decidimos seguirla o simplemente dejarla...

Absolutamente nada sucede al azar, ni por casualidad, no es cuestión de suerte o de coincidencias. Todo está conectado en este universo que compartimos en esos segmentos de tiempo finito, aun habiendo controversias, contradicciones y confrontaciones dentro de reacciones racionales vinculadas con la psique humana o con lo denominado pensamientos neurológicos. Pero más allá de eso hay algo llamado alma, corazón y espíritu. Estos tres elementos místicos, interactúan constantemente con la mente humana y tienen un poder tan extraordinario que la gran mayoría no lo comprenden aun. Y es cuando muchos en la gran mayoría de las ocasiones o eventualidades, le damos mayor importancia a lo que dictan nuestros pensamientos. Y es cuando a veces lamentablemente erramos en algunos casos, dramáticamente enredando y convirtiendo todo en algo complejo, caótico y hasta difícil, más nunca imposible de enmendar o de superar cuando lo intentamos realmente...

Y a pesar de toda esta controversia, posiciones encontradas y puntos de vista individuales, hay algo más poderoso que nosotros mismos siempre, hay un manto de luz y energía que nos protege, que nos conduce espiritualmente por la senda correcta, muy a pesar de esos pensamientos racionales. Nuestra mente a veces nos traiciona, no porque ella se comporte de manera independiente, o porque siempre sea de esta manera. Simplemente porque parte de nuestra conducta o personalidad, nos define y nos marca como conductores de nuestro propio destino...

Las constelaciones, las estrellas, los planetas y la misma luna, quien naturalmente equilibra gran parte del movimiento de nuestro mundo y logra el balance natural de las aguas, que forman parte de más del 75% de lo existente en nuestro planeta, así mismo todo esto forma parte de este universo, y mágicamente están interconectados con nuestra almas y nuestros espíritus, para que de esta manera reaccionemos y actuemos de acuerdo con algo llamado “Intuición”. Para mí es muy simple, es quien ha dictado a lo largo de mi tiempo finito, mi conducta y mis acciones, muchas para bien, y otras para errar y aprender, muchas veces con consecuencias muy lamentables. Es la ley de la vida no escrita en blanco y negro, pero presente en la historia de toda nuestra humanidad a lo largo de siglos de constantes cambios y progreso. Y es como a veces somos tan contradictorios, tan osados, tan aventureros, tan misteriosos y hasta tan diferentes en algunos aspectos...

Obviamente las similitudes y el balance en acciones socialmente encausadas en conductas racionales, nos permiten formar parte de muchos grupos, consolidamos amistades, compartimos entre la familia, nos emparentamos y continuamos nuestro crecimiento dentro de estas sociedades. Pero siempre queda ese aspecto misterioso, reservado u oculto, místico y diferente, que muchas veces une a las personas en esos tiempos de compartir, independientemente de su naturaleza y su ubicación global. Los sentimientos, las sensaciones y las emociones son las manifestaciones intangibles pero presentes a los llamados del alma, corazón y espíritu, a través de un lenguaje único, universal y puro llamado simplemente “Amor”...

Es ese bien llamado “Amor”, es esa magia incontrolable, es ese frenesí que se presenta en diversas formas, sin avisar y sin condición alguna. Es la bondad que nace de algo tan simple y tan insondable en su sentir. Este amor invoca los sentimientos más profundos, puros y divinos entre las almas de las personas, son esos que emanan protección y cuidado, armonía y equidad, humidad y comprensión, felicidad y alegría, esa que acompaña en las tristezas y el dolor, es ese amor incondicional que grita desde cualquier rincón del alma, llamando y pidiendo misteriosamente su aparición, y que solo es escuchado a través de la magia de nuestro misterioso universo, por ese cruce de constelaciones que sincronizan melodías que se escuchan únicamente en nuestros corazones, y es así como terminamos algunos entendiendo su significado y su trascendencia entre los albores de encuentros inesperados, a veces intempestivos y hasta fortuitos, donde a pesar de nuestros pensamientos buenos o no tan buenos, sabemos que algo ha de pasar, sin tan siquiera medir el espectro que nos rodea, independientemente de nuestras reacciones y nuestra incomprensión racional...

Fue así como una serie de acciones independientes, en el tiempo perfecto, entre almas de seres nobles y fuera de toda lógica racional, pero conectados espiritualmente a un fin determinado, sincronizaron un mecanismo melodioso escuchado desde lugares remotos, por esa relación intrínseca quien nació en un segmento determinado de nuestro tiempo, y el cual permitió compartir sin condición alguna vivencias y memorias inolvidables que forman parte de esos libros de vida, con momentos de historia común, creando una red invaluable e imposible de interrumpir, más allá de toda comprensión inocua y referencial. Somos definitivamente energía que une, energía que ilumina y brilla sobre nuestras auras, energía que a pesar de diferencias y argumentaciones, dicta un mensaje que es único, es la necesidad de unir esfuerzos en aquellos momentos requeridos, necesidad de asistir en momentos difíciles, de evitar sortear aislado ese cruce oscuro, nublado y frio, muy a pesar de actitudes contradictorias que solo pretenden evitar preocupaciones. Y mayormente todas esas ansiedades afloran en las horas nocturnas, en las horas menguadas, en las horas de soledad y aislamiento, cual necesidad de gritar ahogado en remordimientos y angustias, de lucha entre los dictámenes de nuestra mente y los latidos de nuestro corazón, de los gritos del alma y la valentía de un espíritu incontrolable, que le pide al universo ayuda para determinar que estará bien y así intentar espantar las dudas de los pensamientos inevitables que llegan sin preverlo...

No somos perfectos, no somos ángeles, pero tampoco demonios, muy a pesar de actuar algunas veces como ellos. Somos una combinación de seres racionales con el misticismo que algunos ocultamos secretamente en nuestro mundo interior. Impulsivos muchas veces porque nuestra intuición no lleva por esa senda de la vida. Detractores de lo racional muchas veces. Afrontamos con vigor los desafíos ante lo inesperado, ante los problemas a pesar de las dificultades, de los atenuantes y de las limitaciones que a veces nos impiden mentalmente elegir o decidir las acciones requeridas. Sin embargo hay quienes simplemente se atreven, sin pensar mucho, sin permitir que otros interfieran en tales decisiones, sin importar las consecuencias, que a la larga el maestro del tiempo, nos dice que fue la correcta. Y podemos equivocarnos, pero también podemos enmendar y rectificar por un bien común...

Un encuentro inesperado cruzando algunos desafíos, lograron que a través del llanto perpetuo, de emociones encontradas, del sentir en un abrazo casi eterno, cálido, frenético, puro y sincero, se transmitieran energías acumuladas y emanadas desde diversos lugares y de tiempos. Fui el mensajero y quien cargo esas energías acumuladas con humildad y con honor. Más que palabras solo fueron miradas, más que un decir fue todo un sentir, más que el aroma de un recuerdo fue el color de un presente, más que la sensación de un golpe en el pecho fue el alivio de corazones muy abiertos. Fue un contexto que nos llevó atrás, que exploro un suceso y que nuestro Universo presencio con halago, cortesía, alegría y emoción, destellando mil luces espontaneas alrededor de nuestras auras, contagiando con ahínco y desdén un momento de ilusión y de ensoñación. Y dejamos que fluyera lo que oculto permaneciera. Fue el destino que forjamos y que a pesar de decidir viajar por caminos adversos, es el tiempo quien con su magia nos devuelve aquello que nunca muere, que nunca se desvanece y que permanece en nuestro tiempo, ratificando con determinación, aún hay páginas en blanco que debemos escribir, aún hay historias que contar para que otros puedan intentar sentir, aún hay un trecho de camino que juntos debemos construir, aún tenemos deudas pendientes de un pasado que truncaron sin poder concluir y que si no culminamos en este tiempo finito, simplemente tenemos la esperanza que cuando lo disponga nuestro Creador, poder retornar a concluir lo que aún tenemos pendiente, de ese pasado silente, quien nos permitió vivir momentos trascendentes y que nos permitirá afianzar un legado para esas generaciones que dejamos a nuestro paso en ese presente. Para nuestros hijos, para los hijos de esos hijos, para los hijos de nuestros seres queridos, y para todos aquellos que comprendan que la vida es una sola en el tiempo en que fuimos elegidos, y que bien no vale la pena sortear los desafíos de momentos duros y complejos, aislados de quienes nos aman y de quienes amamos, sin condición y entregando con el corazón, todo aquello que tenemos y lo que no tenemos también. Los bienes materiales van y vienen, pero los sentimientos, las sensaciones y las emociones permanecen, en el alma, en el espíritu, en nuestros corazones, quienes son testigos, de momentos, de imborrables recuerdos y de un camino hacia un incierto destino, lleno de sorpresas, de valor y de mucha entereza por siempre...

Hermano del alma, amigo perene y eterno, compadre y mi pana de siempre, aún nos quedan muchas leguas, hay muchas energías, todo un ciclo, mil caminos por andar pero todo hacia un sublime e inexorable destino, hoy por ti, mañana por mí, también por los otros con quien compartimos ayer, hoy, mañana y quizás siempre, y ahora es que queda trecho y definitivamente a tu regreso, tal como lo manifesté antes de ese trago con antecedentes, espero yo y mis amigos de siempre, celebrar, festejar y comenzar de nuevo, justo a la alborada de un nuevo amanecer y así será por siempre...

Gracias una vez más, por permitirme compartir y hacer lo que muchas veces saben que hare, para bien y a veces para no tan bien. El loco aventurero de siempre, quizás predecible y otras veces impredecible, impulsivo pero con un alma noble quien entrega todo por el amor a sus amigos, a sus seres queridos, a sus hijos y a su gran amor por siempre…

Esdras...

sábado, 14 de enero de 2017

Las trazas y los vestigios de la lucha entre el bien y el mal…



Suspiraba tiernamente con la esperanza de continuar su viaje a través de ese lejano viento, y el venía desde Oriente, desde las ardientes arenas de las dunas y de los extensos desiertos, y el universo le susurraba cálidamente a ella, y entonces le atinaba con un encanto guiño soplándole solo un beso, así se mecían los árboles en las praderas, las hojas temblaban, las flores comenzaban a salir y se coloreaban todos esos matices verdes, era el inicio de la dulce primavera, y sus latidos sonaban como gloria a los cuatro vientos...

Nunca ha sido tan efímero, nunca ha sido tan perverso, y nunca ha dejado de ser por quien en las centurias de los mil tiempos, ha de seguir intentando dañar ese legado y sus maravillosos momentos, y aun así seguirá siendo a través de la magia, seguirá persistiendo todo el misterio, seguirá soñando con esas ilusiones y encantos, a través de cada alma, a través de cada ser, por quien aún cree en la vida eterna, para sentir mil deseos, en el tiempo que Dios así lo quiera, en el tiempo que ellos forjen sus destinos y todos sus anhelos...

Y allá en lo terrenal, hay quienes atesoran valores tan banales, tan materiales y tan diversos, que la humanidad pasa por encima de ellos, sin que entiendan que más allá de eso, esta la vida misma, está la espiritualidad y sus misterios; y es cuando se apodera quien llega cual mandarín, quien ronda las mentes de aquellos que abren su portal, y quienes creen miles de cuentos prolijos, hasta que despiertan de ese flagrante hechizo, sufriendo en carne propia, por lo que creían fue lo cautivo, y solo la magia es quien recupera con su fragancia, con sus aromas y con su pudor, a través de unas cuantas lágrimas, esa sonrisa real y natural, llenas encanto con un futuro sediento y furtivo...

Así también soplan vientos del norte, y soplan vientos del sur, suben mareas a lo lejos, suenan centellas, relámpagos y muchos truenos, es todo un vendaval, son nubarrones y cruel veneno, son vientos de cambio, son tormentas que muchas veces sufren aquellos quienes necesitan de esos estruendos, para que intervenga toda su esencia y en silencio, son acciones que requieren valentía, integridad y mucho talento, de esas que se guardan en el alma, de esas que ganan mil batallas, sin dejar de creer en su dignidad, en sus creencias y liberan mil destellos, porque aun perdiendo algunas de esas batallas, aprende a la larga lecciones a lo largo de cualquier evento...

Entre bellas melodías, acordes y sonetos, es cuando los ángeles cantan desde el cielo, y así deambula entre bosques, entre selvas, entre villas y entre las grandes ciudades, quien lleva sin malicia la suavidad y fantasía, acariciando ingenuamente los anhelos de mil vidas, es así como el equilibrio, odiseas y situaciones dejan a muchos perplejos, continuando a través de los tiempos, e intentando llegar hasta el fondo de miles de almas, para así subsanar entre vicisitudes y los presagios de cada momento, y aunque siempre no ha sido fácil, y no siempre creen en su destino, son mil dudas al respecto, hacen que tomen decisiones sin preverlo, y asuman las consecuencias de sus acciones sin pensar en su sustento...

Y siempre existirá quien busque malograr, quien intente dañar, quien así quiera evitar, el poder alcanzar tus sueños, algunos por razones sin pensar, algunos por su naturaleza de cegar, algunos por simplemente obstaculizar, lo que no tienen ni tendrán, lo que oscuro y tétrico en su alma siempre estará, para así intentar contagiar, con su veneno y con lo que desde el infierno ha plagado sin cesar, pero siempre el bien vencerá contra el mal, sin importar cuantas décadas o años tenga que pasar, y solamente tu veras que el equilibrio a de regresar, y entonces desde el universo nos permita comenzar y alcancemos junto a los valores que siempre Dios nos ha de regalar...

Y definitivamente es el amor quien fluye a través del universo, quien navega, vuela y se desplaza sin consentimiento, entre lugares, estaciones y matices desde los cuatro vientos, y ondea sus perlas azules para llegar hasta el rincón más escondido sin saberlo, quien con mil latidos y sin tu quererlo, así explotara emociones y nuevas sensaciones desde muy adentro, para que alcancemos todos nuestros sueños, a pesar de la envidia y la codicia, a pesar de las inconsistencias y las torpezas, de luchar entre tormentas, de las batallas entre cientos de gentes cercanas y muy ajenas, y perseverar con tu inocencia, tu fortaleza y tu grandeza, y ganar esas guerras que suceden en un mundo a veces cruel, injusto y perverso, porque siempre tengamos en cuenta, la bondad esta siempre por encima de la maldad, el bien ha de vencer siempre al mal, aunque tengamos que aprender y poder pasar, a subsistir entre los deseos y las dudas de por quién mirar...

Simplemente no importara cuanta gente a tu alrededor siempre intente amedrentar o evitar distorsionar, tus creencias o tu manera de mirar, en un mundo que quizas, que a pesar de ser cruel, injusto y hasta complejo sin menospreciar, manten siempre firme tus creencias, tu fe y tu destino que has de forjar, a traves de esos cruces de caminos y sin mirar atras, solo para ver cuan lejos has de tu llegar...