jueves, 11 de marzo de 2021

Capítulo XXI – Bajo la luz de las estrellas, bajo una mirada pérdida, bajo las melodías que vibran más allá de esta vida…

 

En ocasiones sientes nostalgia, sientes ese tintineo permanente en la mente, muy dentro, en el corazón, lo siente el alma, y hasta el espíritu indeleble, no sabemos porque suceden esas cosas, quizás no es por nuestro estado de ánimo, o como despertemos tan cerca del alba, tal vez es de esas cosas inexplicables, pero que realmente llegan hasta lo más profundo de nuestro ser...

Y algunos tal vez pregunten ¿Por qué?... Especulamos, idealizamos, imaginamos mil cosas y hasta un poco más, a veces nuestra mente se rebela y nos atrae hasta lo irracional, aunque el alma día a día combate en ese laberinto de escenas sin dudar, somos nosotros mismos que creamos ilusiones combinadas con elecciones mal previstas, somos nosotros mismos que buscamos lo que se nos ha perdido en donde no hay nada, pero siempre existirá ese alguien quien desde su escenario nos contagia de fe y esperanza, como ocasionalmente lo mantengo, para buscar la mejor ruta hacia ese oportuno destino...

La nostalgia es impredecible, así como la presencia de esos seres que marcaron un momento en nuestras vidas, a algunos solo nos quedan las imágenes plasmadas de esos momentos que se convierten en eternos, imágenes que nos permiten crear escenarios idealizados simplemente porque no estuvimos en ese momento dado… No importa, creo lo importante es que sirva de quizás excusa para dejar fluir pensamientos bonitos de un momento perfecto, en esta vida totalmente imperfecta, porque es parte de todo y hasta de nada al parecer...

No tuve esos momentos que jamás sustituirían un escenario creado de la ilusión e imaginación hasta continua, pero transformo su imagen a lo que hubiera sido hasta perfecto, como salido de esos cuentos, de esas historias que se escuchan, que se leen, que fluyen día a día, generando bienestar, algo de armonía, y un poco de paz en momentos preocupantes y hasta complicados...

Eso hace Sophía desde el lugar donde ahora pernocta, donde percibe el mundo en otra dimensión que desconocemos, eso hace esa pequeña niña que no precisamente se entienda no dejarla ir, porque no se trata de eso, se trata de sentir un poco de magia y de vibraciones sobre momentos que vivimos sin especulaciones, como al ver el cielo estrellado en esas noches silenciosas, imaginando que ella me mira, tal vez diciendo algunas cosas como ella siempre lo hacía, inesperado, sorprendente, muy imaginativa, ingenua y hasta inocente, pero que calaba en momentos realmente inherentes...

Tal vez es más de mí que de ella, tal vez solo intento interactuar a través de estas humildes letras como pensando en voz alta para que ella escuche lo que medito y hasta lo que imagino, tal vez son esas sensaciones de interrogantes, de remembranzas, de esa paz que eventualmente necesitamos, para pensar mejor en lo que buscamos, y así quizás me aferro a su imagen, a sus momentos, aun no estando presente pero que quedaron en muchos hermosos recuerdos, sobre todo de quienes compartieron esa porción de tiempo que Dios permitió viviese en este mundo tan complejo...

Para ella fue muy bonito, fue placentero, fue hermoso porque lo vivió como tal vez ella así lo quiso, lo disfrutó como especulaba yo desde muy temprano, cuando ya se anunciaba su llegada a estas tierras que la ampararon y recibieron, quizás ella planificó allá desde el cielo esos momentos de vida que ella deseó con mucha fuerza vivir en cada momento, y eso fue lo que marcó quizás para algunos, incluyéndome sin dudar, porque nos imaginábamos mil cosas de un futuro que nos hubiese gustado a algunos haberla visto y disfrutar, pero solo nos queda idealizarlo como un cuento tan benévolo, como una historia de un ángel llegado del cielo, hasta como una fábula donde interactúan los actores, creando y viviendo unos hermosos escenarios escenarios para emular una vida que hubiésemos querido tal vez haberla vivido junto a ella un poco más...

No hay perfección alguna en nuestro mundo, no hay perfección en nuestras acciones y reacciones, no hay perfección en nuestras elecciones y decisiones, siempre habrán consecuencias, buenas o no tan buenas, y habrá repercusiones de lo que hacemos y hasta de lo que dejamos de hacer, pero mientras mantengamos la fe, la esperanza y la idea de que alguien más allá de nuestra comprensión nos ve, nos escucha, nos conduce, y nos envían señales, simplemente terminamos de aceptar esas cosas inexplicables que definitivamente no queremos entender, para no enredar aún más nuestros pensamientos, y aferrarnos a solo aquello que nos mueve, que nos inspira, que nos conduce hacia un mejor camino, y eso precisamente yo interpreto, lo hago y permito sea ella, quien con sus gracias, con sus maromas, ocurrencias y desatinos, nos contagiaba y seguirá contagiando con asombro, sorpresa y alegría...

Ella debe estar jugando allá arriba como siempre quiso hacerlo, muy a pesar de que en su vida tuvo limitaciones a través de su corto camino, pero siempre entiendo así ella lo decía, siempre habrá una pelota, siempre habrá un motivo, siempre habrá la esperanza de jugar más allá de lo que tú imaginas y tal vez yo digo, ella tal vez baila y canta a toda su gente allá en el cielo, repercutiendo de espasmos, alegría y contagio hasta para el mismo Creador de este Universo, porque siempre fue así, a su manera, a su estilo, y cuando ella lo determinaría, y así quedó grabado esa imagen en mi mundo algo creativo, lo que me lleva quizás a mantener esta secuencia de una historia que no culmina, lo que me lleva a imaginar escenarios de un cómo me hubiese gustado, de un que yo hubiera querido, de un así hubiese sido, entre nuestras imperfecciones pero de momentos muy emotivos...

Obviamente siempre miro al cielo, sea de día, sea de noche, sin pensar, sin ningún motivo, especulando e imaginando tantas cosas que posiblemente hubiese vivido, imaginando que ella me observa tal vez diciendo “No te preocupes, todo saldrá bien”, y eso me mantiene, eso me complace y me lleva a escribir, a recrear un mundo un poco distinto, a creer que casi todo es posible, a esforzarme aún más en aquello que yo determino, a ver lo mejor de este mundo tan compulsivo, y aportar aunque con un granito de arena lo que realmente me gustaría sea bien recibido, convirtiendo ese esfuerzo y ese deseo en un impulso muy creativo, gracias a esa presencia que espiritualmente lo siento como ese yo vivo, como esa musa es a los pintores, como lo es a los escritores, a los creadores, y a los diferentes artistas que nos dejan mil sensaciones, y que gracias a esa motivación, imaginación y determinación, dejan una porción de su mundo interior, en esta vida imperfecta pero aun en constante crecimiento y evolución más allá del infinito...

Aquí estoy Sophía, aquí aún estamos cariño, aquí aun te recordamos, nos imaginamos, nos reímos, y hasta en ocasiones lloramos, tal vez en silencio, no con tristeza, sino con esa melancolía muy de nosotros, porque así somos nosotros, tan volubles y volátiles, tan imperfectos y hasta impredecibles, esperando siempre algo, propiciando en ocasiones esos momentos, imaginando tantos escenarios, como si fuésemos los directores de cada obra de teatro, como si estuviésemos de forma permanente resolviendo un crucigrama a través de nuestro abecedario imaginativo, intentando mover la pieza correcta del damero o del ajedrez en nuestro albedrío, somos lo que somos, imaginando tanto y tanto, que hasta de los recuerdos aun idealizo esos diversos escenarios...

Hoy se cumple un mes más Princesita, continua transcurriendo el tiempo aquí en vida, y permanece tu humilde escribano, quizás con un poco de nostalgia, con un poco de alegría de esa que tu contagias, con un poco de esperanza, relatando momentos, plasmando tal vez instantes de un ayer, de hoy, y hasta de un mañana, para mantener en vilo ese ánimo que me lleva más allá de lo que pienso e imagino, para que unos pocos lean, que tu recuerdo siempre yo mantengo vivo, y que esa sonrisa que te caracterizó en vida, sigue ahí latente en este mundo que transcurre día a día, porque desde mi rincón donde yo escribo, desde este mundo donde aun yo pernocto, siempre te voy a querer y amar hasta que algún día yo te vuelva tal vez a encontrar, y entonces quizás retomaremos lo que no pudo ser ayer... Simplemente Esdras...