lunes, 9 de noviembre de 2020

Capítulo XVII – De miradas y pensamientos que trascienden a las ilusiones y a nuestros sueños, a pesar de una ausencia que nos marca desde el cielo…

 Continua el transcurrir en nuestro tiempo, continúan muchas vidas entre esfuerzos, sacrificios y pensamientos, más allá de los contrastes y esos momentos, no debemos dejar que las circunstancias opaquen lo que algunos queremos...

En ocasiones solo nos quedamos viendo hacia el cielo, tal vez esperando señales, intentando encontrar respuestas, soñando despiertos, entre ilusiones, anhelos y deseos, y entonces finalmente el universo al parecer responde a través de sus misterios, así sonreímos con sensación de satisfacción esperando ese momento casi perfecto...

Así solo viendo a través de esos recuerdos, plasmados en imágenes y momentos de esa vida que han quedado en el tiempo, logro volver a ver esa sonrisa que caracterizó tu actitud ante esa vida reflejada en esos hechos, lo que interpreto en nuestra vida acerca de esas cosas que a veces yo pienso, realidad o ilusión, realmente no importa porque a menudo cruzo ese umbral para en ocasiones sentirme mejor, es esperanza a la cual me aferro sin ninguna condición, y cuando siento pesadumbre, tristeza o confusión, solamente vuelvo a ver esa sonrisa tuya, ingenua, inocente y pícara lo que me trae nuevamente satisfacción, aun entendiendo que desde el lugar donde te encuentres, tú siempre verás a este ser humano que aun te quiere y te escribe con dedicación...

En ocasiones pareciera escuchar diversas voces desde muy lejos, esas que se confunden con nuestros pensamientos, como susurros, como señales, como esas intenciones de calmar algunas penas que llevamos por dentro, y se repite una y otra vez “Calma, todo estará bien, no te preocupes porque todo irá bien” Y así sientes en el fondo algo de esa paz que se transmite tal vez desde un lugar más allá del cielo, y de esa manera muy dentro de nuestro ser, comenzamos ese periplo de armonía y estabilidad espiritual, aferrándome a esa voz y creyendo al unísono todo realmente estará bien aquí donde divagamos a través del tiempo...

Al verte sonreír y al verte en ocasiones a través de mis sueños, se siente esa extraña sensación de equilibrio entre lo irreal y lo universal, entre nuestra realidad y aquella donde deseo ir más allá, entre la incertidumbre y la búsqueda de esa estabilidad, y son tus melodías, son tus algarabías, son tus muecas y tus sonrisas las que me hacen ver que todo puede ser verdad, y me alegra, y me nutre, y me permite continuar escribiendo una vez más, Sophía tú estimulas mis ganas de implementar un poco de creatividad, de ver donde pueden estar los momentos de oportunidad, de aferrarnos a la fe y al deseo de incursionar sin temor incluso hasta fallar, pero jamás y nunca a pesar de las circunstancias declinar, porque no es tanto la batalla que nos define nuestra personalidad, es levantarse una y otra vez con amplias intenciones de trabajar más y superar...

A veces todo parece como se ve, pero realmente así no es, y es cuando nos llenamos de dudas cariño, nos acarician los miedos, nos seducen las improvisaciones por angustia y desasosiego, cometemos algunos errores y posteriormente entendemos que la vida y el universo sincronizan esos atenuantes momentos, para afrontar con lo que tenemos esa fortaleza de buscar desde lo más profundo y desde muy dentro, la capacidad de interpretar la condición en nuestro tiempo, aprender, meditar un poco más, confiar, establecer y mantener nuestra fe, y recordándote siempre para darme ese impulso que en ocasiones siento falla y tú lo restableces...

Verte sonreír entendiendo que ya tú no estás aquí, que lamentablemente no tuve la fortuna y la suerte de compartir lo que me hubiese gustado tenerte, al ver como interactuabas con tanta gente, comprender tu existencia y tu manera de dejar esa marca tan evidente, no me limitó a interpretar como escribir desde mi lado una parte de tu historia que intento yo exponerte, que quede para otros si gustan un poco leerte, que algunos puedan ver las diversas caras de tu pasado y nuestro presente, y que a pesar de tu ausencia no me cansare de reiterarlo nuevamente, me complace escribir esta pequeña narrativa entre un poco de versos, poesías y palabras que estructuro bajo aspectos tanto tuyos como mi visión de tu ser sorprendente, donde me gustaría algún día montar una dulce melodía que tú escucharas desde allá donde estés, entre risas, monerías y aplausos tan elocuentes, donde tu Maestro desde el Reino quien te cuida y complace de manera consecuente, y desde donde tu cuidas por los tuyos, por tu gente, hoy, mañana y siempre...

Así Sophía ya ha transcurrido un año desde el retorno a mi hogar desde aquellos días que estuve acompañando a tu mamá y tu papá, regresé a la ciudad donde pernocto con intenciones de migrar, pero aun así a pesar de la distancia del lugar donde reposa tu ser existencial, mi espíritu y el tuyo por siempre estarán interconectados sin importar el lugar, donde yo plasmaré con mis letras tu presencia espiritual, donde tanto como hoy y en ocasiones con mucha eventualidad, intento conversar contigo sin importar donde tú estás, porque yo puedo entender que humildemente tú escuchas mis plegarias sin dudar...

Yo intento simplemente interconectar, casi como contigo conversar, tanto como me hubiese gustado hacerlo en algún momento de esas imágenes que traigo a mi memoria cuando así lo imaginaba sin dudar, y quizás no será en este tiempo límite que dispongo aquí para yo estar, pero si albergo la ilusión de hacerlo donde el universo y Dios lo elija para ambos disfrutar, reírnos en ocasiones sin chistar, quizás recordar desde allá donde estemos por estos momentos que he plasmado a través de este portal, y que todo este contexto quede para las generaciones que todo puede ser posible entre creencias, fe, disposición y voluntad para nuestras almas simplemente cruzar, a través de dos espacios de tiempo, a través de eso que desconocemos, ese conocido por todos llamado terrenal o existencial, y ese donde ahora tu pernoctas alrededor de nuestras almas con una presencia muy astral, ese que nos mueve, nos llena de fe, nos hace crecer cada día siempre un poco más allá, ese que nos permita cristalizar ilusiones y hasta soñar, y donde toda esa magia dependerá de cada uno en luchar, en creer y trabajar, aferrado a algo que quizás está más allá de nuestra comprensión y esa realidad, y donde quiero sentir cada noche al ingresar al umbral de la noche para soñar, las caricias de una Princesa quien me calma y me permite volar a ese universo donde solo intentamos  fantasear, de momentos fugaces de volcanes, de juegos, risas y bailes donde nunca nos cansaremos de brincar, y donde quedará la esencia de estás letras para leer por otros cuando y como gusten sin dudar, así es mi niña, así veo las cosas hoy, así siento la necesidad de plasmar, palabras más palabras menos, poesía y versos, melodías en la distancia entre la imaginación y nuestra oportuna realidad...

Me despido una vez más y por ahora esperando treinta días más, donde oportunamente escribo para ti, para mí, y para los tuyos deseando siempre te recuerden y te sientan aun desde el más allá, desde este humilde narrador que escribe con amor, con cariño, devoción y mucha imaginación, interpretando y soñando, de alguien quien te quiere con AMOR y mucha VOLUNTAD, quien solo en la tristeza intento revertir esas penas tan solo al ver tus sonrisas, algarabías y muchas cosas que tú me das, tu escribano y portador de tus alegrías a través de mi realidad, Esdras...