domingo, 27 de noviembre de 2016

Claves quizás simples, para alcanzar la felicidad en la construcción de una relación de pareja…



Tal vez nadie conoce la verdad absoluta acerca de este concepto tan buscado, “La Felicidad en una Relación de Pareja”. Quizás nos atrevemos a especular, opinar, explicar y hasta difundir sobre este tema, nuestras experiencias, lo basado en estadísticas, en miles de comentarios y hasta en referencias de esas miles y miles de personas, quienes han intentado algo o mucho sobre este aspecto. Para algunos necesario, y para otros determinante, y para unos pocos les es indiferente. Sin embargo, leemos, escuchamos y vemos cientos y cientos de ejemplos a lo largo de nuestro periplo, de nuestra larga caminata, de nuestros intentos entre tanta gente a nuestro alrededor. Indagamos y aplicamos a veces con éxito, y otras veces con rotundos fracasos, acerca de la felicidad en una vida en pareja, sin embargo no es tan fácil, pero tampoco imposible de alcanzar, medianamente en este contexto…

Pero a pesar de los miles y miles de intentos, siempre coincidimos generalmente en algunos elementos fundamentales, básicos y esenciales, que pueden ayudar a determinar la posibilidad de conseguir ese éxito anhelado, con todos sus atenuantes, y todos esos aspectos ordinarios, que giran a nuestro alrededor, y que a veces nos distraen de lo esencial en una relación de pareja, con cierto grado de estabilidad o de determinación…

Muchos dicen o alegan que gran parte de esos principios elementales se han perdido. Quizás no es que se han perdido del todo, tal vez el problema es esa “distracción” que hoy el mundo, las sociedades, las nuevas tecnologías, y lo que muchos consideran más importante hoy en día, nos distrae fehacientemente de nuestra atención, y sobre lo verdaderamente importante en cualquier relación de pareja. No soy la persona más idónea, versada o ilustrada en este aspecto, en este tema, en este concepto, o en esta emoción que viene aferrada a nuestro mundo interior. Pero al tener años de soledad, de introspección, de reconciliación conmigo mismo y con las decepciones, derrotas o desilusiones en mi caminata por la vía hacia la felicidad, posiblemente he llegado a coincidir y comprender parte de esto. Ello a través de muchos ejemplos, de muchos casos, y de muchos intentos vistos en otros, inclusive en esas historias de amor a lo largo de la historia misma de nuestra humanidad, incluyendo los romances creados por aquellos seres sensibles y letrados, en esas extraordinarias historias de amor, acerca de esos elementos claves quizás, para alcanzar la anhelada felicidad en una relación de pareja…

Todo gira sobre esta emoción sin condición, sobre ese estado de ánimo ideal, y por el cual (y en mi caso particular), intentamos siempre encontrar ese equilibrio, junto a otros elementos importantes en las diferentes etapas de vida, en donde consideramos algunos (incluyéndome), definitivamente, determinante e importante ante cualquier otro aspecto, encontrar esa felicidad, quien junto a ese otro ser con quien hemos de compartir nuestra vida, y con quien compartiremos todo lo bueno, y también todo aquello que tenemos deficiente como seres humanos que somos, un camino de encuentros sorprendentes, avasallantes, llenos de alegrías y de tristezas, de éxitos y de fracasos, de satisfacciones y de penas también, pero enfrentando la vida de la mejor manera posible, a pesar de los avatares y de las circunstancias. La vida en pareja es algo normal y bastante común en cualquier sociedad, pero tal vez el secreto está en el proceso de construcción de la misma, y más allá, en mantener a pesar de todas las incongruencias, acertijos y sorpresas, la estabilidad, el equilibrio y la permanencia perenne en el tiempo…

Pasemos a los siguientes aspectos a los que deseo referirme:

1.- Decir con frecuencia “Te quiero”, “Te amo”, “Te deseo”, son palabras que solo y únicamente deben decirse desde el corazón. No es una obligación, pero si realmente sientes esa sensación de dejárselo sentir a tu pareja, jamás será un pecado, una condición, y menos será concebido como algo que debas dejar de manifestar, porque al final de cuenta, es un sentimiento que se siente por alguien a quien consideramos vital y esencial en nuestra vida. Y este sentimiento ha de ser reciproco en todo su sentido. Hay que decirlo sin espaviento, pero con honestidad. Siempre recordemos, una relación de pareja es de dos, no es responsabilidad de una de las partes, es compartida. Por tanto jamás estará de más manifestar dichas palabras en una intrínseca relación, y en cualquier circunstancia, es decir estando solos o alrededor de otras personas según sea la ocasión, pero nunca estará cuestionado manifestarlo abiertamente, porque es un sentimiento que se comparte entre pareja…

2.- Preguntar a nuestra pareja “Como estuvo tu día”, quizás parezca trivial o irrelevante. Sin embargo creo que nunca debemos subestimar el poder que conserva dicha pregunta. Y la razón es muy simple. Muchas veces cualesquiera de las partes requiere mayor atención. Cada día es único e irrepetible, y cada día a veces suceden esos eventos hasta cuestionables, por los cuales muchas veces decimos “me pare por el lado izquierdo de la cama”, o “hoy no es mi día, me gane la lotería”. Y eso es entendible y razonable, pero en una relación de pareja puede llegar a ser a veces la muleta que necesitamos en esos momentos, donde necesitamos apoyo o alguien quien nos escuche, y quien mejor que tu confidente, y por la cual es imperativo drenar o desahogar parte de esas penas que llevamos a cuesta, aun cuando intentamos no molestar a nuestra pareja con nuestros propios problemas. Considero no es así. Creo que todo debe formar parte de la misma evolución y ambos deben apoyarse mutuamente sin condición. Es una característica quizás para fortalecer aun mas dicha relación, simplemente porque entendemos que contamos con alguien, esa persona quien está a nuestro lado, y quien nos ayudará a entender tal vez parte de esa situación…

3.- Nuestras familias no son perfectas. Cada familia tiene sus lados, los buenos y los no tan buenos. Sin embargo siempre debemos intentar tratar a los miembros de nuestra otra familia, como si fueran los de nuestra propia familia. Por tanto “Tratemos a los otros como si fuesen los propios nuestros, o en la forma como deseas ser tratado”. El respeto, la tolerancia, la discreción y entendiendo que cada ser vivo ve con sus propios ojos, escucha a veces lo que quiere escuchar, y no lo que intentan decir en otras ocasiones, y siente con cada palabra sensaciones diferentes a las tuyas. Puede entonces entenderse con cierta complejidad, o tal vez una breve distorsión acerca de las relaciones entre las mismas familias, pero también deben comprenderse que cada miembro siempre defenderá a los suyos, simplemente porque es su sangre, es su parentesco, es su propia familia. Y si decidieron aceptar la decisión de una de las partes, entonces deben comprender que formaran parte de esa familia, y que ahora eres un miembro más dentro de ese grupo familiar. Todo dentro de los valores y conceptos de educación y respeto, pese a los caracteres y personalidades de sus miembros. Es importante dentro de la relación que exista y se cree un vínculo de comunicación entre uno y el otro con ambas familias. Eso deja un buen sabor entre ambas partes, porque se consolida el respeto e interacción entre ambas familias. Es por ello que debemos tratar siempre a las personas, con los mismos deseos que nosotros queremos que nos traten, y posiblemente podamos compartir como pareja las situaciones en ambas partes…

4.- Es quizás frecuente en muchos lugares, esos comentarios que a veces incomodan, que tal vez perturban, o que quizás pretendemos no involucrarnos para no entrar en polémicas. Sin embargo recuerden que cuando se dice algo de boca en boca, siempre algo al final se distorsiona. Por tanto y antes de cuestionar o dejar que la corriente vaya río abajo, es preferible intentar dejar por sentado, la posición nuestra al respecto. Si alguien cuestiona o manifiesta algo que deja mal parada a tu pareja, simplemente “defiende a tu ser amado, defiende a tu pareja”. Y es muy simple, a pesar de que no somos perfectos, que tenemos virtudes y un montón de defectos (por ser seres humanos), debemos tender a corregirnos y enmendar en la medida de nuestra comprensión ante tales defectos. Sin embargo es una necesidad defender a quien comparte la vida junto a ti, a quien te apoya y quien te ama, a pesar de tus fallas y tu manera de ser en tu contexto. Ante otras personas debemos mantener una posición firme de nuestra pareja, incluso ante nuestros seres queridos, para así evitar que a la misma traten de distorsionarla, por lo que entendemos no debemos permitir hablen mal de quien comparte nuestra vida...

5.- Una relación de pareja se construye todos los días. Cada día es como una aventura, un libro con páginas blancas que han de ser escritas. Hay sorpresas, trivialidades y hasta emociones encontradas. Y es de esta manera que entendemos que el compromiso, va de la mano de nuestras responsabilidades. Cada una de las partes aporta la porción complementaria, a fin de cubrir los pasos en la construcción de la relación. Es un proceso que requiere atención, sacrificios, comprensión y compromiso. Asumimos responsabilidades que deben convertirse en obligaciones, simplemente para que funcione el engranaje y permitir que ese motor nunca pare su combustión. “Aceptamos las responsabilidades” como parte de un compromiso que nació del afecto, del amor y de la necesidad de atender y servir entre ambos con devoción…

6.- A pesar de compartir como pareja, seguimos siendo dos seres diferentes, con quizás puntos de vista común, con afinidades y visiones de vida similares, pero seguimos siendo seres independientes, los cuales eventualmente y por razones naturales de nuestra conducta, necesitamos a veces conservar “nuestro propio espacio de independencia”. A veces todos entramos en esos procesos de re-encuentro con nosotros mismos. No necesariamente por tener complejos de culpa, o sentir que tenemos una dependencia acerca de nuestras elecciones y decisiones por estar compartiendo una vida. Es porque eventualmente requerimos y necesitamos de esos espacios privados, quizás para mantener esa auto-crítica e independencia que preservamos en nuestra conducta natural, y me refiero a cuando comenzamos el proceso de crecimiento y las enseñanzas en eso proceso de madurez, que viene en la medida de las experiencias mismas. Ambas partes necesitan con cierta eventualidad ese espacio de tiempo y lugar propio, independientemente del compromiso, pero respetando por ende las reglas de juego conyugal, y permitiendo con esto la naturaleza propia de la independencia conceptual…

7.- De las costumbres más tradicionales y hasta conservadores en una pareja, está el delicado y gentil "Beso Cariñoso",  al despertar en la mañana, con un “Nos vemos al salir de casa” y un “Hola al regresar a ella”, y por supuesto antes de acostarnos a dormir en la noche. Para algunos quizás es trivial o en algunos casos pudiera carecer de importancia. Pero el valor esencial de este gesto en la relación, fortalece profundamente la intrínseca interacción espiritual y existencial de la pareja. Generalmente son bastantes comunes estas acciones en la gran mayoría de las parejas, contribuyendo con ese acercamiento idóneo y mágico que produce el compartir sentimientos y emociones similares entre ambos. Siempre ha de ser vital transmitir a la pareja esa conexión manifestada o interpretada con estas acciones. No por obligación o por un compromiso, es simplemente un gesto que nace de ambos al compartir un sentimiento directo hacia el ser amado…

8.- Es bastante natural y hasta común diferir en algunas ocasiones acerca de algunos temas a colación, o por alguna eventualidad que suscito una discordia, generando así una discusión o controversia a veces innecesaria. Es lo que conocemos en algunas ocasiones como “discusiones de discusiones”. Es natural quizás mantener diferencias, simplemente porque somos seres diferentes que compartimos puntos de vista comunes. Tal vez el secreto es en ocasiones permitir que la discusión o la confrontación vaya de más a menos, evitando alguna subida de tono, impidiendo se fuese por la tangente, e incluso pase a esos niveles a veces intolerables, ocasionando un desbalance innecesario. Es por eso que esas discusiones, son solo discusiones, o intercambio de puntos de vista diferentes. Las peleas no son una causa para el rompimiento de una relación. A veces solo es preferible ceder para no entrar en polémicas, y posteriormente en otra ocasión oportuna, hacer ver bajo otro argumento expuesto, que posiblemente alguno de los dos estuvo equivocado en aquella ocasión. O simplemente dejar al olvido y continuar la vida como si ello jamás hubiese pasado. Las peleas o confrontaciones son normales en una relación, lo importante es no hacer de ello un cambio de percepción dentro de la relación. Y lo más importante, jamás, pero jamás, acostarse a dormir disgustado o molesto con quien compartes la cama por una innecesaria discusión. Son simplemente discusiones eventuales donde el universo nos calibra para quizás entender cual es nuestra capacidad de reacción y de solución a esta eventualidad. Una simple interpretación…

9.- En ciertas ocasiones y por razones naturales, algún miembro de la pareja puede caer enfermo. Es ahí donde debe aumentar la “empatía con el otro”, para sentir su apoyo, su cuidado y su atención. Se basa en los conceptos elementales de una relación, el apoyo sin condición, y hacer sentir a la pareja que estás siempre ahí, para cuidarla, apoyarla y ayudarla a superar dicha eventualidad temporal. Enfermarse no es todos los días, y si fuese el caso, sencillamente forma parte del compromiso natural entre ambos, sentir que contamos con la persona que elegimos para compartir nuestra vida. Es simple y elemental…

10.- Cuando se decide compartir y construir una relación, la misma está basada en equidad, apoyo mutuo, respeto y consideraciones. Entre estas características, también está la de aceptar “asumir tareas domésticas”, bien sea por comprensión y más aun cuando se entiende que una de las partes está cargada u ocupada con cierto exceso de trabajo. Los quehaceres del hogar a mi criterio, han de ser compartidos en la relación, con la finalidad de entender que el confort a veces requiere de ciertos sacrificios, y que el mantenimiento y preservación del hogar es compartido. No se trata de dinero o pagar por la ejecución de los mismos, es disfrutar del ambiente, entendiendo que ambos forman parte de ese proceso para mantener el hogar en los mejores términos posibles y compartiendo los deberes y obligaciones por razones de comprensión y apoyo mutuo…

11.- Más allá de las personalidades y los compromisos, hay un aspecto que pareciera perturbar eventualmente en algunas parejas. Lo cito, “la puntualidad”. Muchas veces hacemos compromisos simplemente porque aceptamos cumplirlos. Intentamos organizar nuestro tiempo, en virtud de cumplir obligaciones, sean laborales, familiares o por atender situaciones excepcionales. Pero cuando se trata de hacer un compromiso con tu pareja, como una cita, una salida, un simple encuentro, independientemente del evento, es importante cumplir con la puntualidad. Y es muy simple, si lo hacemos regularmente hacia otras obligaciones que nos exigen para ello, mucho más debería ser para nuestra pareja. La puntualidad es sinónimo de querer estar presente a la hora prevista, una vez dejado de un lado el resto de las demás obligaciones. He sido testigo de la impuntualidad entre amigos, y a veces terminaron mal tales situaciones. En mi caso particular, considero un aspecto importante y por ende forma parte del compromiso personal que he de cumplir, porque lo deseo, y porque siento la necesidad de transmitir la importancia que tiene esa persona para mí…

12.- La comunicación es uno de los aspectos más relevantes e influyentes dentro de una relación de pareja. No es solamente al principio de la misma, cuando fluyen los deseos de hablar o escuchar a tu pareja. Es una constante, es una necesidad, transmitir el deseo de estar presente, aun cuando estés ausente. En el tiempo muchas parejas asumen a veces conductas de aislamiento o indiferencia, pensado que la otra parte ya entiende la situación, lo que conlleva a un distanciamiento poco a poco en el tiempo, y el enfriamiento de esa relación. “Comunícate permanentemente con tu pareja”, un mensaje, un saludo, una llamada, cualquier eventualidad que consideres importante comunicárselo a tu pareja, y que sientas que estas presente, aun cuando cada uno entiende que mantiene obligaciones de otra índole. Los planes se hacen de manera conjunta, quizás las sorpresas son atractivas y buenas, pero eso es otra cosa. No asumamos que la otra parte lo entenderá. Cada persona tiene su propia personalidad, más allá de los sentimientos y de su conducta. Construir una relación de pareja, conlleva siempre consultar, manifestar y preguntar, acerca de esas cosas relevantes o que pueden interferir en el desarrollo continua de la misma. Eso ayuda a las planificaciones y a esos oportunos viajes, necesarios, cautivantes y espontáneos, que ayudan a salirse de la cotidianidad y romper un poco con lo trivial durante el año. Siempre ha de ser importante viajar por lo menos una vez al año, planificar juntos cualquier eventualidad, y estar en constante comunicación, sintiendo siempre la necesidad de estar presente para el ser amado…

13.- "La espontaneidad y las sorpresas inesperadas", son esos aspectos que tienen cierto valor dentro de cualquier relación. El primero rompe literalmente con la rutina, y hace que la relación se mantenga viva y activa. Por supuesto siempre dependerá de la personalidad de las partes, pero si uno de ellos tiene esa chispa que ayuda a motorizar esas alegrías espontaneas, termina la otra parte intentando hacer algo similar, rompiendo la monotonía y generando satisfacciones entre ambos. El segundo es también relevante, esas compras sorpresivas, para intentar alegrar a tu pareja, un detalle, un regalo, unas flores, una prenda de vestir, una pequeña joya o bisutería, un reloj, una pulsera, una carta de amor, un chocolate o un dulce (si el caso es por la adicción al dulce), siempre será una bienvenida entre las partes. No es solamente de un solo lado, es una necesidad entre ambos. No es una posición machista o feminista. Tampoco es una obligación, pero es algo que debe nacer de cada uno. Nuestros tiempos han cambiado y cualquiera puede tener la iniciativa, simplemente para dejar en evidencia, lo importante que es tu pareja, aun cuando sean detalles sorpresivos, o simplemente eso que llamamos presentes, para motivar y sacar esas sonrisas que alegran el alma…

14.- A veces es necesario "Compartir con otras personas", para socializar, para intercambiar, para romper con la rutina individual, tanto en el hogar, como en el trabajo, y desarrollar actividades de grupo, con aquellos quienes son cercanos, tanto en lo familiar, como con nuestras amistades. Eso a veces ayuda a comprender un poco más acerca de la necesidad de ver otros puntos de vista, sobre ciertos temas que pueden llevarse a colación. También ayuda a tomar en cuenta, aquellos quienes posiblemente están pasando por alguna necesidad, eventualidad o situación poco favorable. El apoyo moral entre las personas, ayuda considerablemente en momentos complejos o en situaciones temporales. Contagiar de alegría en una reunión entre varias personas, puede ayudar a olvidar temporalmente los problemas cotidianos, porque siempre los habrá. Y de igual manera a veces es necesario rechazar salidas continuas, simplemente para pasar mucho más tiempo con tu pareja. Todo aquello en exceso es dañino, al igual que la falta de hacerlo igualmente es perjudicial. El término más aceptable, es todo en la medida de lo posible o lo razonable, un poco de cada cosa, siempre ayudara al fortalecimiento en una relación de pareja, tanto de los amigos y familiares de una de las partes, como de la otra también…

15.- Y el último aspecto y quizás el más importante de todos ellos “Amarse Incondicionalmente más allá de lo concebible e imaginable”. Cuando el amor toca a nuestras puertas, entra en nuestra alma, contagia nuestro espíritu, y nuestro corazón late de forma diferente al lado de ese ser amado (debe ser así constantemente), nunca debemos asumir, subestimar, o considerar que la otra persona sabe que la queremos. Siempre debemos estar consientes la necesidad de manifestarlo de manera permanente, a fin de que esa flama que vive en nosotros, nunca baje su intensidad. Más allá de los inconvenientes, trivialidades o problemas que normalmente tenemos a lo largo de ese proceso, debemos entender que no puede ser causa de fractura, rompimiento, o disgusto, porque no puede ser más fuerte eso, que el amor que sentimos. Problemas siempre vamos a tener, situaciones que se salen de las manos también, eventualidades hay dentro del contexto, pero si el amor es fuerte, siempre prevalecerá ese sentimiento, ante todos los avatares y atenuantes que circundan alrededor de la relación. Nada ni nadie es perfecto, no hay relaciones perfectas, no hay sociedades perfectas, problemas siempre vamos a tener, pero el amor debe vencer y superar todas esas barreras. Tal vez hay amores que no pueden durar lo que hemos imaginado. Quizás hay rompimientos inevitables e irreconciliables, es parte de la vida, pero siempre hay que dar el todo, para intentar superar cualquier dificultad, siempre y cuando el amor prevalezca entre ambos. Por eso es necesario y determinante “Amarse incondicionalmente cada día”, porque cada día es una página nueva, una aventura, y una huella que dejaremos en esta tierra…

Reitero mi condición de no ser la persona idónea o versada acerca del tema. Mis experiencias han sido muy satisfactorias, y decepcionantes también. En la misma medida como alcance logros, también tuve fracasos. Así como decepcione a alguien, fui desilusionado igualmente. Es parte de ese círculo de la vida, donde intentamos interactuar, seguimos nuestros instintos, elegimos, decidimos y aceptamos las consecuencias, y de esta manera aprendemos las lecciones de vida y continuamos luchando por alcanzar la cúspide de la felicidad. Tenemos virtudes, y también unos cuantos defectos. No hay felicidad perfecta, esta se cultiva de forma permanente, se riega como las flores y las plantas, se nutre y se alimenta de nuestros actos, y a pesar de no ser perfectos, debemos de forma continua intentar mejorar nuestros defectos y asumir los fracasos. Somos lo que somos y vinimos a este mundo para intentar no pasar como se dice coloquialmente “por debajo de la mesa sin dejarse notar”. Así con este aporte, con este granito de arena, es de esta manera que "Yo intento cultivar esa semilla", para ver el mundo de una mejor manera, y tener siempre la esperanza de encontrar algún día, ese sueño de felicidad que todos quizás estamos buscando cada día…