martes, 10 de marzo de 2020

Capítulo IX - El Milagro de la vida y una promesa desde el Reino de los Cielos…


Así es niña mía, así es mi Princesa por siempre, mi pequeñita Sophía, quizás algunos intentemos un poco entender, quizás algunos podamos apenas ver, quizás creemos a pesar de esas tristezas que en ocasiones nos embriagan de dolor, de angustia y de sumisión a nuestra realidad, alcanzar ese sueño de volverte a escuchar, de volverte a ver, o de volver a sentir aquellas intromisiones que adornaron todo tu hermoso papel, pero también tu desde el reino de los cielos continuas soñando a todo tren, tu a pesar de nosotros imposible poder volverte a ver, tú intentas un poco, tú intentas de todo, tú haces malabares, haces magia, haces de esas cosas que en ocasiones llamamos milagros que emanan de un tierno ángel y de un adorable ser, así mismo se convierten a través de esos sueños tan recurrentes en promesas que quizás trascienden más allá de cualquier lógica existencial en este mundo de ilusiones, de realidades y hasta de plasmarlo todo a través de un pequeño papel...

Un decimo día más de un nuevo mes volvemos a cumplir en este transcurrir de nuestro período existencial, un mes más se adiciona desde ese momento que tuviste que retornar a ese mundo desde donde tú soñaste para envolvernos con tu espíritu, con tu alma y con tú corazón, quien a través de ese cuerpecito lleno de vitalidad, de fuerza espiritual y de amor a flor de piel, nos contagio y nos cautivo a pesar de todo e incluso de nada, y aquí sigo yo mi bella niña, el relator de esta tierna historia que nunca pretendo acabar, cumpliendo ese compromiso que me lleva a mantenerte tan presente como ese ayer, porque sabes bien que yo solo logro verte a través de esos sueños en ocasiones tan recurrentes, donde tú me miras, donde tú me sonríes y con tu lozana y avivada picardía simplemente intentas dejarme entender lo que desde el cielo solo nos dejas tú saber y disfrutar a través de nuestro ineludible papel...

Así tal vez pasan aquí los días, así tal vez pasa el tiempo allá, y tal vez un poco más allá y quizás solo quizás hasta donde el universo nos permita viajar, en esta vida o en la siguiente, o en cualquier otra o a través de esos sueños tan displicentes, esos donde tu manifiestas con ímpetu y valentía el cómo haber trascendido a través de este universo espiritual, hasta este pedacito de tierra donde una vez tú quisiste llegar, sin embargo las ganas de aun abrazar, de sentir, de escuchar y hasta de reír tal como en ocasiones lo hiciste a rienda suelta y sin chistar, ahora tú has estás intentando trascender con el regalo más sublime, más puro y más noble tal como lo queremos entender y aceptar, la de enviar a este mundo que en ocasiones es complejo, temible, contradictorio pero bello, un hermoso sueño convertido en una pronta realidad, enviar a un bello ángel quien en poco tiempo ella arribará, ese bello ser quien de sangre y espíritu una conexión intrínseca ella a ti te unirá,  más allá de cualquier majestuoso poder trascendental, y así ella ha de ser un hermoso ser por quien sonaran nuevamente las campanas, las melodías, la traviata, ella será ese bello ser por quien todos de una u otra manera te harán por siempre recordar, quien fuiste aquí alguna vez, cuando una vez pisaste aquí esta tierra aun bendecida por la divinidad y por la bendición de tu Maestro para hacerlo bien en esta humanidad, porque reitero, tu paso jamás fue en vano, tu paso dejo una huella imborrable, tu paso marcó tal vez un antes y hasta un después, de lo que fue, de lo que es y de lo que hubiese sido sin dudar y mucho menos cuestionar, y aun así por supuesto la vida siempre sorpresas nos dará y quizás, sí quizás, esta es una bendecida noticia que por supuesto a muchos alegrará, sobre todo a ese ser angelical, protector, dedicado y definitivamente una Mamá sin igual, por quien una nueva sonrisa a su rostro para ella volverá, ese ser quien una vez te albergó, quien te tuvo y consintió, quien te educo en el tiempo que estuviste tú aquí y quien su mundo también cambio cuando tú llegaste, hasta cuando te fuiste y ahora cuando está por llegar una hermanita del alma quien la volverá a despertar, como ese ventisca de aire fresco primaveral, quien con ese espíritu ella vendrá desde más allá, al igual que tú lo hiciste para aprender, para amar, para volver este mundo tal vez un poco más lleno de vitalidad, de fuerza para motorizar, para motivar y hasta para cambiar para bien un poco esta controversial humanidad, y por quien nuevamente la música desde el cielo volverá dulcemente a sonar...

Un día 9 tú llegaste, un décimo día poco tiempo después tu retornaste, a ese mundo espiritual desde donde tú te empecinaste en simplemente aquí llegar, para hacer todo aquello que con oportunidad hiciste con tu humanidad, y todavía hoy no sabemos cuándo volverán a sonar esas campanas, esperemos simplemente suenen cuando Dios y el universo dictaminen deban de sonar, porque así está escrito, así está dispuesto por la ley divina y universal, solamente el Maestro del tiempo y de la vida ha de tener esa autonomía tan mágica y tan proverbial, y nosotros aquí los terrenales simplemente debemos festejar, también bendecir y augurar con esos buenos presagios de ese momento mágico que muchos quieren volver a disfrutar, y por supuesto en ningún momento olvidar que tú por siempre estarás ahí, presente en alma y espíritu, auspiciando con todos esos hijos del Señor transformados en ángeles de ensoñación, los cánticos y las canciones de una llegada como fue una vez la tuya en aquella bendecida ocasión provincial...

Así que mi amada Princesa, mi querida Sophía, aquí yo plasmo, aquí yo describo a mi libre entonación, de mi puño y letra estas humildes palabras que siempre vendrán desde este corazón, que como agua de manantial brota en ocasiones sin control, intentando armar con prosa, con poesía, hasta con trabalenguas alguna melodía que entone con tu agraciado humor, algunas de esas canciones que yo escucho con pasión, y que apenas tarareo después de despertar de ese sueño donde tú y yo en ocasiones nos encontramos emanando solamente mucho amor, ese que no se ve, ese que no se escucha, pero que únicamente se siente tan arraigado muy dentro de esta alma loca, de este espíritu a veces desbocado y de un corazón enamorado de esta vida, de la de un ayer que todavía no recuerdo y también la de un mañana que siempre yo anhelo, para encontrarte sin duda alguna en algún mañana, en algún momento e intentar con mucha dedicación, con un poco o mucho más de aquello que no tuve la oportunidad en esa ocasión, aun estando acá en este mundo a veces tan golpeado pero aun con la esperanza de encontrarte más allá, en ese reino de los cielos donde pocas veces he logrado apenas verte, cuando me atrevo a cruzar el umbral de mi realidad a los sueños proverbiales entonando aquella canción, donde ahí te veo aun cuando todavía no puedo tenerte, y aun pidiendo cada día aunque sea cargarte nuevamente sin ninguna condición...

Letras siempre irán, palabras siempre vendrán, sonetos he de soltar, melodías se entonan e historias de nuestra propia vida ahí se rememorarán, siempre habrán de sonar al ritmo de nuestra propia sintonía que entonada con esa música llena de algarabía, de esperanza, sencillez y de ensoñación, cuales entre esas nubes donde por siempre ahí te veo, tu estarás allí sonriente, tal como yo deseo por siempre recordarte, tal como yo ahí intento ahí escucharte, tal como yo te siento sin pensarte, en ocasiones aquí, en otras allá y hasta quizás un poco más allá Princesa, y solo nos resta nuevamente esperar, ese tiempo divino y de Dios tan perfecto, ese tiempo donde la estabilidad, la armonía y la paz espiritual volverá a impregnar la vida de algunos quienes muy cerca de ti, de tu amada hermana quien pronto arribará, y de esos seres que por siempre a ambas han de albergar, ese milagro llamado vida, ese recuerdo que por siempre vivirá, en esos momentos y a través de nuestro tiempo, porque simplemente una nueva ilusión ha de volver a llegar...

De este amado y dedicado escritor de tu historia quien por siempre te venera, te ama, te quiere y en mi alma te tendrá… Esdras