A veces… y solo a veces… solo sientes, que te desvaneces, y solo dejas que
la energía regrese y se inserte, como luz viva, candente, y llena de un poco de
sensibilidad y sabiduría, colmada de ensoñación, quién como aquella ilusión, como
la sublime emoción, como flama ardiente que dura más de mil días, llene de
pasión y de alegría, y es al calor de esa brisa, que refresca tu sonrisa, y hasta
en las noches más frías, esa la que al desvelo de toda una vida, no dejas por
seguir soñando y siempre anhelando, alcances un amor, alcances en tu ser, alcances
cualquier locura, por quien la vida daría, para seguir viendo en ese rostro mil
alegrías, y en sus ojos vivaces, viva cual único romance, de una historia que
nace, de un corazón hermoso e inolvidable...
A veces… y solo a veces… solo sientes, que tú quieres arrancar a mil sin
parar, sin detenerte ni siquiera a mirar atrás, dejar toda una vida, dejar mil
recuerdos, dejar un montón de amigos, a la familia, dejar un amor, quien fue tu
tormento, quien te dejo triste, sin conocimiento, y aprendiste luego, lecciones
de entendimiento, dejar ese amor, por quien intentaste lo bello, la magia, y lo
inevitable, y termino simplemente, por no entender tus semblantes, y comenzar
de nuevo, muy lejos, en otro mundo más habitable, donde nadie sepa, por quien
corriste sin pararte, no por miedo, no por ser culpable, sino por comenzar
nuevamente, y llegaras como alguien quien busca refugio, quien busca un inicio,
quien busca en mil intentos, un nuevo destino hacia lo indescifrable...
A veces… y solo a veces… solo sientes, que escuchas desde muy lejos, dulces
melodías, esas que te llevan a un largo viaje, que al cerrar tus ojos, sientes armonía,
sientes paz, sientes intuición, hacia una magia que no puede evitarte, y dejas
que fluya dentro de tu alma, mil sentidos hacia los senderos inimaginables, son
tus sueños, son tus deseos, de esos que llevas muy dentro, reprimidos quizás, guardados
tal vez, pero que llegó la hora de encaminarlos rumbo a lo memorable, sin
importar riesgos, sin importar tropiezos, sin importar el tiempo, porque a
veces debes dejar que el agua te lleve, hacia tu propio destino, por esos
caminos, hacia lo que tanto anhelas, sin pensar ni dudar, ya que es tu vida, y
no es la de mas nadie...
A veces… y solo a veces… solo sientes, algunas penas, también remordimientos,
algo de desaliento y de tristeza, y ganas de soltar al viento, llantos de
dolor, de angustia, de abatimiento, y también de mucha pena, por haber dejado atrás,
un montón de torpezas, y no haber intentado, mas por tu cuenta, pensando que
fuiste valiente, pero no mediste las consecuencias, de esas acciones con la
gente, sin saber que el sabio tiempo, te recordaría que fuiste tan culpable,
como a quien culpaste por tus creencias, y nadie es dueño de la verdad, nadie
sabe tanto como la honestidad, quien a través de tu alma, de tu espíritu, y de
tu corazón, te hace entender que son lecciones y enseñanzas, acerca de esas
vivencias, y que por eso duele, que por eso sientes soledad, agonía, y hasta cierta
condena, esa que tortura, que no te deja, pero siempre queda la esperanza, de
encontrar redención, de encontrar el perdón, para corregir las acciones de mil
penas, por las que todos pagan, aunque sea en algún momento de esta vida certera...
A veces… y solo a veces… solo sientes, que nada es lo que parece, que haces
sacrificios, que trabajas duro, que empujas un tren, sin encontrar alguien
quien te ayude a impulsarlo también, pero a veces el tiempo tarda, y jamás te
olvida, porque es el universo, es quien se aparece en su momento, con una
señal, con una luz, con una ilusión, esa que mantienes en tu haber, escondida dentro
de tu ser, esperando llegue para bien, y sientas algo de placer, por compartir alegrías,
de compartir sueños, de compartir deseos, y también de esfuerzos, y así
intentar alcanzar, eso que llaman felicidad, entendimiento y un poco de sabiduría,
y que solo es con el sabio tiempo y la voluntad de querer, creer y sentir, mil
veces más que ayer, continuar la ruta, continuar el sendero, de un destino que
compartes, con alguien que esperaste, para ambos ser testigos, en el arte de un
renacer, en el milagro de creer, en eso llamado Amor, Pasión y Romance, y sin
dejar de hacer todo, superando los embates, de lo que a nuestra vida, y que
solo llega para retarnos, y de comprender que no se trata de ganar o de perder,
sino de aprender, de ser humildes también, que errando y mil veces intentando,
alcanzamos con sacrificio cualquier milagro...
A veces… y solo a veces… solo siento deseos, de plasmar y expresar a través
de palabras, de frases, de oraciones, en verso, poesía o con canciones, esos manifiestos,
que salen de mis sentimientos, eso que muchas veces guardo, eso que muchas
veces oculto, eso que a veces no digo, hasta que termino entendiendo, que
posiblemente mañana, ya no tengo el aliento, porque me ha tocado partir, porque
he tenido que dejar este mundo tan diverso, tan complejo, tan asombrosamente
bello, y que no tome parte de mi tiempo, para decirlo libre al viento, lo que
siento yo por dentro, a quien le pido perdón, a quien perdoné, a quien quise, a
quien quiero, a quien deje de querer, a quien pasó como fugaz estrella, a quien
me humilló, a quien me maltrato o me utilizó, a quien solo se acerco, por un
momento de su tiempo, a quien vi una vez, a quien vi varias veces, a quien fue
amigo, confidente, compañero, socio o un familiar de mi tiempo, a quien ame, a
quien amo, a quien amaré, más allá de mi muerte, con la esperanza de
encontrarla nuevamente, por esos caminos del universo, y que tengo la fe y la
creencia, que nuestra vida está escrita, en los cielos o el infierno, en las
arenas o en las aguas del océano, pero que en algún momento de nuestro tiempo,
nos volvemos a cruzar más allá de nuestro entendimiento...
A veces… y solo a veces… solo debes dejar que salga todo, y sin ningún
arrepentimiento, porque a veces no tienes tiempo, porque a veces tú excusas, lo
que más tarde llegará sin discusión y sin consentimiento...