sábado, 13 de noviembre de 2021

Capítulo XXVIII – Una delicada y sutil caricia con aroma a chocolate…


  
Pudiera ser tan adictivo como el mismísimo chocolate el enunciado de este pequeño capítulo, sin embargo dista de ese adictivo sabor del chocolate porque la narración es acerca de un suceso que realmente sucedió el 21 de Octubre en horas de la noche, no muy tarde pero ya descansaba en cama luego de un extenuante día de actividad y gestiones, lo que me produjo una satisfacción extremadamente benévola y tranquilizante, de esas que tal vez cualquiera no puede ni tan siquiera imaginarse…

Por supuesto yo trataré de ser lo más honesto posible, sin adornos, ni recargar tantas emociones, o las de pretender sobresaltar el evento mismo, simplemente fue algo que ha trascendido mis límites de entendimiento existencial y quizás hasta las ineludibles sorpresas que en este mundo espiritual pueden asombrar una vez y otra vez, sin embargo en mi caso fue literalmente “Trascendental”, porque nunca lo vi venir como lo decimos coloquialmente en nuestro argot trivial…

Igualmente no habrá poesía para este episodio, no hay prosas, no hay una composición melódica, ni rimas, solo habrá una narración de un suceso eventual…

 

He creado desde cierto tiempo atrás un hábito que me permite estar conmigo mismo hasta cierto punto en paz, quizás la necesidad de extender nuestra fe más allá de nuestro escaso entendimiento, me ha permitido ver el mundo con mayor holgura y mejor convicción, el pensar, meditar e incluso conversar eventualmente con nuestro “YO INTERIOR”, intentando interactuar espiritualmente con los que a nuestro alrededor siempre están, más allá de no visualizarlos con nuestros propios ojos, pero tal vez entendiendo que están ahí aunque no los veamos, siempre será un reto que cada quien afrontarlos de la mejor manera posible…

Para mí ha sido reitero, gratificante, ha sido tranquilizador a pesar de los altibajos eventuales que tenemos los mortales en ocasiones. Tener estas charlas, algunas amenas y otras no tanto, pero me dejan un sabor diría yo hasta especial, unas conversaciones que generalmente ocurren en horas de la noche, y otras a primera hora de la mañana, justo antes de salir a mis faenas cotidianas, primero que todo agradeciendo absolutamente por todo lo que pasa, lo bueno o no tan bueno, segundo pidiendo en ocasiones me llenen de fe, esperanza, amor y que nuestros caminos se abran a nuestras mejores elecciones y decisiones, entendiendo que obviamente nos podemos equivocar, pero con el atenuante que en ese caso, tal vez sea necesario para aprender una lección más, de esas que generalmente siempre continuamos aprendiendo, y por último que es bastante natural en algunos de nosotros, solicitando alejarnos de las malas eventualidades, es decir pidiendo protección para ir y venir sin mayores inconvenientes…

Esto ha sido una gran lección que he venido acumulando desde cierto tiempo atrás, aunque hubo un período muy corto a través de estos años donde me sentía tan decepcionado de ciertos aspectos de la vida que obviaba todo este metódico ritual al que como dije anteriormente, me he acostumbrado satisfactoriamente…

Pero entrando en materia de la narrativa y por supuesto en homenaje nuevamente por mi adorable Princesa Sophía, a quien el Supremo la tiene a su lado vigilando por nuestros actos, ese día hubo un poco de todo, no estresante ni agobiante, simplemente gestión tras gestión, atendiendo diversas cosas a la vez quizás, y sobre todo realizando un esfuerzo físico que por supuesto traería consecuencias ineludibles al final de la tarde…

Previamente en la mañana y como lo hago cada día antes de salir de casa, rezo por convicción y no por obligación, me encomiendo a Dios, a la Virgen y en mi caso a mi Princesa (entendiendo que no la considero una santa, más bien mi angelito protector), para que me vaya bien durante el día, es un ritual que me ha traído como dije mucha satisfacción espiritual, y al retorno de dicha jornada un cansancio acumulado del día por lo que al llegar agradecí simplemente por volver a entrar a mi hogar…

Luego de eso intente ordenar las cosas que traje a casa, evaluar las actividades del día siguiente, revisar otras cosas referentes a trabajo, y por último luego de un baño relajante, acostarme en la cama para entretenerme como siempre lo hago al ver alguna película que me permitiese relajarme…

Simplemente el cansancio comenzó a aflorar y a generar las consecuencias sobre mi organismo que tiene sus límites como todo, pero seguía al mismo tiempo pensando en otras cosas que por supuesto quería, que quiero e intento esforzarme para conseguirlas, hasta que poco a poco se me fueron cerrando los ojos, y a pesar de parecer apagarme como lo podemos interpretar cuando parece que hay un vencimiento físico, aun mi subconsciente y mi cerebro continuaban operando de forma lúcida y permanente, hasta que en un período muy corto me venció el agotamiento acumulado…

Recuerdo perfectamente que alguien se sentó en la cama a mi lado, esas sensaciones que no forman parte de un sueño, lo recuerdo tan bien como si hubiese sido ayer, es algo que permanece en mis pensamientos en repetición permanente, y alguien comenzó a acariciarme la frente y la cabeza, a acariciarme el cabello, a reírse y a decirme lo siguiente “NO TE PREOCUPES, TODO ESTARÁ BIEN”, y ese fue el detonante en mi cerebro que continuaba en esta “Play”, a pesar como dije de ese cansancio acumulado, sabía que el único ser que mantenía esas palabras era mi bella niña, era simplemente Sophía

Obviamente comencé a reír, a sonreír, a sentirme ligeramente complacido con lo que mi cuerpo estaba sintiendo, a intentar seguir escuchando cosas que no recuerdo a pesar de buscar en mis pensamientos, pero esa voz y esa manera de hacer y decir las cosas me llenaron de una inmensa satisfacción, sabía que ella nuevamente estaba ahí, que el universo y hasta Dios mismo creo un portal espiritual para que ese angelito viniera nuevamente a este mundo terrenal tal vez a dejarme un mensaje, a darme una señal, y a indicarme que realmente todo estaría bien…

Pero más allá de esa sensación y sentimiento gratificante acerca de su presencia, que honestamente y lo he reiterado en diversas oportunidades sobre nuestra poca vinculación física antes de ella partir al cielo, he tenido una conexión con ella muy especial que trasciende mis pensamientos y sentimientos, que yo no la puedo explicar pero no me cohíbo en expresarlo, que desde que tome la decisión de dejar un poco de ella en estos relatos a lo largo de los años, siento esa necesidad de interactuar espiritualmente con Sophía, y eso me trae estímulo, vitalidad, fuerza, deseo y ganas de continuar haciendo lo que mejor hago hoy, y repito, más allá de escribirle a ella y otras cosas por supuesto…

Esa sensación de estar cerca, de sentir su dedos y acariciar mi cabello, de sentir ese aroma particular de niña, de escuchar esa sonrisa contagiante, de entender fehacientemente que ella estaba a mi lado sobre mi cama alentando mis pensamientos, de vivir esta experiencia a través de ese portal espiritual y mi vida existencial, simplemente fue extraordinario, sublime y asombrosamente emocionante…

Mis únicas palabras tal vez sean “Gracias mi pequeña”, gracias por permitirme continuar en este periplo de relatos acerca de ti, de esa corta vida que tuviste en este mundo terrenal y de esa vida espiritual que te identifica como un “Angel Protector”, por lo menos en mi caso y considero oportuno para el caso de tu adorable Mamá que siempre te tiene presente, y de tus hermanas que lamentablemente no conocieron acerca de ti, pero que más adelante podrán escuchar, ver, leer y entender tu trascendental paso por este mundo donde tocaste lo más profundo de algunas personas a tu alrededor…

Fuiste un adorable chocolate para mí, continuas siendo esa extraordinaria niña chocolate, y para mi seguirás siendo mi Princesa de Chocolate, yo quiero realmente agradecer esa bella oportunidad que me has regalado en diversas oportunidades, deseo continuar teniendo la oportunidad de verte, quizás en esos sueños como anteriormente ha sucedido, tal vez en otra escena similar a esta, y posiblemente cuando me toque mi momento encontrarme contigo allá en el cielo, para entonces reírnos y hasta contarnos de estos sucesos y encuentros oportunos a través de mis sueños, simplemente gracias por ser parte de mí…

Continuaré escribiendo acerca de ti, tal como lo he manifestado a través de estos relatos, yo quiero dejar este pequeño presente como homenaje para ti, como tributo de mi parte para tus hermanas, para Issa y Alex (así les digo yo), y para aquellos que de una u otra manera formaron parte de tu corta presencia en este mundo asombrosamente controversial, contradictorio y extraordinario, porque seguirán ocurriendo este tipo de eventos sobre muchas otras personas, y eso forma parte de nuestra propia historia…

Tu amado y humilde narrador de historias, quien siempre te quiso, siempre te quiere y te va a querer más allá del entendimiento y de esta realidad, solo Esdras…