La primera tarea asignada que
tendría, luego de haber recibido cada una de las instrucciones emanadas por su
amado protector, simplemente parecía sencilla. Debía proteger y cuidar una
comuna de niños que se encontraban en una localidad apacible, tranquila y algo
encantadora, rodeada de buenas personas aparentemente...
En un lugar donde reinaba una
cierta paz, una cierta tranquilidad y donde los niños parecían estar atendidos
de cierta manera generosa. Pero que como en muchas sociedades y grupos bien
llamados religiosos, el creador sabía que no todo era como los mortales querían
que fuese. Todos estos niños fueron llegando producto en algunos casos, por
abandono de muchos de sus padres, por carecer de los medios para criarlos y
educarlos. En otros casos por haber quedado huérfanos, a la deriva en las
calles, sin familia alguna, tal vez por los accidentes triviales de la misma
vida de algunos mortales. Pero unos pocos estaban ahí por haber sido rescatados
y traídos desde muy lejos, en lo que se conoce en nuestro mundo como el tráfico
de niños para otros fines algo escalofriantes y absurdos, pero así es en el
mundo de los mortales...
El Creador deseaba desde lo más
profundo de su corazón, de su espíritu intangible e infinitamente grandioso, que
los seres mortales que había forjado en este hermoso planeta, junto a todo lo
que rodea la vida misma y la naturaleza de todo lo existente, en la medida que avanzaran
en el fortalecimiento y consolidación de sus sociedades, su educación y su
progreso, tuvieran la capacidad de ir corrigiendo, enmendando y desarrollando
intuitivamente una visión de vida dentro de los canones y reglas que el mismo
decidió establecer. Debían aprender de sus errores, debían tener la capacidad
de diferenciar lo bueno de lo malo, debían establecer sus propias leyes de
convivencia de acuerdo a sus costumbres y decisiones, debían velar y proteger a
los más frágiles, desposeídos y personas con limitaciones físicas o socio
culturales, por su naturaleza misma.
Pero sobre todas las cosas debían promover acciones con amor, dedicación, fe y
comprensión ante sus aciertos y fracasos. Debían igualmente conciliar y buscar
la manera de llegar acuerdos, simplemente porque cada ser, era independiente en
su manera de concebir su vida, de pensar y sentir, de interpretar lo que mas es
conveniente en sentido unipersonal, o en sentido grupal, llámese familia o
seres cercanos. No podía él resolverlo todo, porque la vida creada no podía ser
perfecta, y a veces tampoco justa, sin embargo debían intentarlo por sí mismos,
para continuar valorando su paso por esa valiosa oportunidad que a cada uno se
le ha otorgado...
Alhaayt estaba listo e instruido para
acometer sus tareas. Estaba listo a partir en su nueva aventura. Se encontraba
a punto de iniciar su periplo, no sin antes recibir una última visita de su
amado protector. Este le manifestó su amor y su presencia en el universo
siempre que así lo requiriese, sin embargo debía el mismo tomar las decisiones
que mas conviniesen a los seres que debía proteger y cuidar, sin intervenir, ni
alterar la naturaleza misma de su convivencia. Debía intuir espiritualmente lo
necesario para transmitirle a estos seres, que ellos mismos tuvieran la fe y
confianza necesaria en continuar adelante, superando las barreras y los
obstáculos a los cuales comúnmente debían someterse, en aras de construir en su
espacio de convivencia, lo mejor que pudiesen hacer...
Xio Yang, Iván y John C, eran
tres chicos de este grupo, más o menos contemporáneos en edades y coincidencialmente
arribaron a este hogar de cuidado y atención para niños, en la misma época. Eran
muy unidos, extrañamente cualquier cosa que hiciesen, los tres estaban
involucrados de alguna manera. Siempre mantenían un lazo de fraternidad y
compañerismo no visto en el resto del grupo. Había una especie de liderazgo
compartido y entre los tres, cuidaban al resto, como si fuesen los hermanos
mayores. Estaba en su naturaleza, tal vez por todas las penurias y situaciones
vividas hasta ahora...
Xio Yang fue rescatado de un
grupo de rebeldes que secuestraban niños, para formarlos y ordenarlos en actos
de guerra y barbarie, por el control de territorios y alimentos. Trabajador del
campo al igual que su humilde familia, a la que poco recuerda, luego de tanto
tiempo en zonas selváticas pasando mucho trabajo, al cual nunca pudo
acostumbrarse. Fue rescatado junto a una decena de niños tiempo después. A él
le toco este Centro. Al resto los dividieron hacia otros recintos algo lejanos
y de otros países. Iván pertenecía a una familia pequeña y acaudalada, que fue
despojada de todos su bienes, y luego fueron lamentablemente asesinados por
esas circunstancias excepcionales, de esas que se presentan en las guerras
absurdas de las sociedades civiles. Logro mantenerse oculto entre los cadáveres
y luego se escondió en un sótano secreto de su residencia, hasta que semanas
después, alguien dio con él. Lo llevaron con unos samaritanos, que luego a su
vez por el hecho de no tener familia con vida, decidieron llevarlo hasta este
Centro de cuidado infantil. John C como le dicen cariñosamente es un caso
excepcional. Llego luego de tortuosos pasos por diversos centros de donde
siempre lograba escapar. Sin familia conocida, abandonado en la calle desde muy
temprana edad, a la buena de lo que muchos trataron de darle. Sin hogar alguno
referencial, sin familia, sin educación, sin referencial alguno de amor y
comprensión, pero con un gran corazón para cuidar de otros. Era el más hábil de
los tres, y la relación que alcanzó con estos dos otros chicos, logro
mantenerlo por primera vez desde hace mucho tiempo, tranquilo y mas encarrilado
a aprender algo en su vida. Iván era el único con cierto nivel de educación muy
a pesar de todos sus percances, y ese aspecto era lo que John C admiraba y
deseaba ahora alcanzar. Los tres lograron causar una transformación en el Centro,
sin embargo no todo era felicidad, armonía y paz como aparentaba esa comuna.
Habían dos religiosos en este Centro que obraban a espaldas de los demás
miembros, con oscuros y siniestras intenciones, cual lobos ocultos en piel de
ovejas, que están al acecho de intenciones nada benéficas, obrando en nombre
del mismísimo Todo Poderoso Creador...
La labor y misión de Alhaayt era
de cuidar y velar a estas tres criaturas del Creador, quien si veía todo,
escuchaba todo y conocía absolutamente todas las vicisitudes, hasta ese presente
en tierra de los mortales. De estos inocentes chicos que lamentablemente les
toco vivir parte de las penurias y situaciones erróneas de la vida...
También estaba consciente el
Creador de las intenciones desviadas de estos mortales, miembros de su rebaño,
que hacían cosas indebidas ocultándose en nombre de él mismo. Ya venían
haciendo de esto una costumbre, afectando a otros inocentes lamentablemente,
pero algo debía hacer, sin intervenir de
manera directa, pero permitiendo que obtuviesen la lección correspondiente, tal
como quedó establecido en sus leyes y mandamientos...
Alhaayt arribó prontamente a su
misión y se mantuvo muy cerca de sus protegidos, observándolos y constatando
una serie de situaciones algo extrañas, pero sabía que no podía intervenir de
forma directa. De alguna manera intuía y sentía cierta identificación con ellos.
Una noche los chicos dormían en camas muy cercanas, fueron despertados de
manera muy silenciosa, como ya había ocurrido anteriormente con casi todos los
demás chicos. Pero esta vez despertaron a Xio Yang y a Iván. Cautelosamente
John C siempre alerta estaba y se quedó inmóvil, esperando seguirlos muy de
cerca. Espero prudentemente y los siguió sin que sintieran su presencia. A sus
dos compañeros y al clérigo que los sacó de las camas. Este los llevo a una
sala algo retirada de los dormitorios, donde se encontraba el otro compañero
del clérigo y dos personas más. Todos adultos y algo mayores. Los chicos
sintieron algo de temor, pero solo estaban atentos a lo que hablaban los
mayores. Uno de los adultos en la sala se acerco a Xio Yang, lo miro
detenidamente, le pregunto su edad, su nombre y le manifestó que no tuviese
miedo, colocando su mano sobre su cabeza. Eso extraño mucho más a Iván, pero no
dijo nada, solo observaba todo...
Mientras John C los veía desde la
puerta ocultándose con la misma oscuridad del recinto. Todos absolutamente
dormían, incluidas las hermanas que formaban parte de la vida activa en el
Centro. John C siempre ha sido de esos chicos que detectan o perciben cuando
las cosas huelen mal y no se quedaría de brazos cruzados. Alhaayt sabía ya las
intenciones desviadas de los adultos y decide colocarse a la espalda del chico
y le susurra algo al oído. El chico se queda pensando, observando la escena, al
instante sale sigilosamente y apresurado hasta los dormitorios de una de las hermanas.
Entró al mismo y se acerca con mucho cuidado, le habla a la hermana Audry para
despertarla. Este le tapa la boca para que no se alterara y ella despierta algo
nerviosa. Era cerca de la medianoche y eso le causó sorpresa. Pero extrañamente
vio una especie de aura luminosa sobre el chico...
John C le cuenta apresuradamente
y en concreto lo que logro ver y escuchar. Hablo de los clérigos, de los chicos
que despertaron y levantaron, y de dos mayores que anteriormente había visto en
el Centro, ahora presentes en esa sala. La hermana Audry se levanta
inmediatamente y despierta a la hermana Christie. Le pide también los acompañe
y de forma peculiar también nota la hermana Christie, un aura luminosa sobre
John C. Sin embargo no manifiesta nada y los sigue de forma confiada y apresurada...
Alhaayt deja temporalemente a John C y a las
hermanas, trasladándose espiritualmente al ambiente de la sala. Nota que uno de
los adultos está sentado en una banca, observando y tomando de la mano a Iván.
Los clérigos les piden a los otros adultos partieran pronto, pero que
regresaran antes de las 5 am. Ya que todos los miembros a esa hora se
levantaban a orar y realizar parte de sus tareas. Inmediatamente uno de los
adultos entrega un sobre cerrado a uno de los clérigos, Xio Yang se da cuenta y
mira a Iván. Alhaayt se coloca detrás de Iván y Xio Yang nota extrañamente una
luz muy tenue sobre la cabeza de su amigo. Iván entonces le giña el ojo. Cuando
ya están por salir a través de una puerta trasera de la sala donde se
encontraban, justamente al abrir la puerta se encuentran con las dos hermanas y
John C. Los adultos y los Clérigos se sorprenden ya que eso no lo esperaban...
John C les pide a sus compañeros avancen
hasta donde está él. Los chicos se sueltan y comienza las preguntas de las
hermanas hacia estas personas. A los minutos llegó el director del centro, un Sacerdote
de cierta edad, muy querido, respetado y estimado en la comunidad. Los chicos
cuentan todo lo que escucharon, mientras que John C se aparta un poco y se
coloca muy cerca de la hermana Audry. El sacerdote escuchando atentamente la
versión de los chicos, nota sobre el aura de John C una extraña luz muy tenue,
con cierto brillo. Alhaayt se encontraba al lado de John C. Luego de todo este
interludio y situación anormal, que terminó despertando a casi todo el personal
del Centro ya amaneciendo, llegaron los oficiales de la ley, llevándose a los
adultos, incluyendo a los clérigos, luego que Xio Yang le indicara al Sacerdote
que uno de ellos tenía un sobre que le había sido entregado por uno de los
adultos. Al que también señaló. Todo había quedado al descubierto y más tarde
que temprano, todos pagan por las acciones que hacia otros perjudican.
Lamentablemente tenían cierto tiempo haciendo estas mal intencionadas acciones,
afectando a otros chicos, pero la justicia divina tarde o temprano ha de llegar...
Alhaayt había sido lo
suficientemente hábil y cuidadoso para no intervenir de forma directa, solo
realizando lo que se conoce en nuestro mundo terrenal y entre nosotros los mortales,
como el uso de nuestra conciencia o las señales a nuestros instintos. De esta
manera John C logro causar con la ayuda de su ángel protector, el efecto
necesario para que le prestaran atención, lo siguieran y descubrieran las
intenciones desviadas de estos miembros del rebaño del Creador, conocidos como
las ovejas negras del patio. A lo largo de la historia de la humanidad, lamentablemente
se continúan realizando muchas acciones algo torcidas, ocultándose detrás de
las obras y esfuerzos de algunas personas que a través de la palabra y de sus
misiones, utilizan la imagen del Creador para disfrazar esas intenciones
perjudiciales sobre seres frágiles como son los niños...
Luego de todo esto solo quedaron
los comentarios entre el sacerdote y las hermanas, acerca de esa extraña luz
sobre el aura, que lograron ver sobre John C. Pero de ahí no trascendió.
Argumentaron que tal vez solo fue por la hora y las circunstancias de todo lo
acontecido. Alhaayt regresó mucho tiempo después, dejando todo encaminado y los
chicos se llegaron a convertir en los baluartes y apoyo para el resto de los demás
niños del Centro. John C comenzaría a estudiar, formarse y educarse, pasaría a
ser tiempo después un excelente escritor, siempre ligado al Centro. Iván se convertiría
en docente con el tiempo y llegaría a ser un líder espiritual en la comunidad,
sin llegar a ser clérigo. Xio Yang se convertiría en un maestro de la carpintería
y de igual manera se quedaría muy ligado al Centro. La amistad de los tres
chicos que una vez llegaron a este Centro, producto de sus penurias continúo
por siempre. Pasarían a ser un referencial en las historias luego contadas a
través de los años, por las generaciones de relevo...
Alhaayt al retornar a su
universo, rindiendo a su amado protector el cuento sobre sus acciones y
resultados de la misión asignada, sentiría muy de cerca algo que lo trataba de
llevar a su pasado, a su historia aun no conocida por él, y que solo está
oculta gracias a las decisiones del Creador. Así debía mantenerse siempre,
salvo por razones especiales y que solo pueden ser reveladas por su amado
protector y cuidador. La intuición espiritual de todas esas acciones emprendidas
por Alhaayt, sabía muy bien el Creador que serían determinantes en alcanzar con
amor y dedicación el cumplimiento de su misión. Y eso el Creador siempre lo
había previsto en el ángel inquieto y perspicaz que llegó a su infinito universo…
Y esta breve historia ha de
continuar próximamente…