En los tiempos de Dios, en los
tiempos de los ángeles, en los tiempos de una sociedad necesitada de luz,
dirección y paz, un ángel logro despertar la curiosidad del Todopoderoso
creador, al atreverse a preguntar la razón que despertaba en los mortales, aquellas
contradicciones y permanentes luchas por el poder, por control, por imponer
dogmas e ideologías que atentaban contra la tranquilidad, bienestar y progreso
que anhelaba una gran mayoría de sus pobladores. Sobre todo por causar daños
inconcebibles a la gente en nombre de Dios mismo, cosa por la cual menos entendía
esa situación...
Sabía y entendía que el propósito
de Dios ante la creación de los seres mortales, era de tener la capacidad de
procrear y reproducirse, convivir, fraternizar, compartir, amar, confiar, dar y
recibir, colaborar a crecer en todos los sentidos, y avanzar en la medida que
los pueblos entendiesen que con trabajo, esfuerzo y dedicación, lograrían
escalar su visión de futuro, para una mejor calidad de vida y tener un mundo
mejor. Sin embargo lo confundía de tal manera, que se abrumaba cada vez que
retornaba de las misiones diversas que le encomendaba el Creador. Siempre
llegaba con preguntas sin respuestas, llegaba con muchas dudas, llegaba
manifestando inconformidad ante lo que veía...
Esa sociedad que debía vigilar,
atender, ayudar y velar por sus necesidades, de acuerdo a sus principios y
mandatos, día a día percibía una tendencia al caos y al desgaste de energías en
pretender que algunos de sus miembros, encausaran y permitiesen el sufrimiento
de una cantidad considerable de seres, entre los que habían en demasía un
número considerable de niños y ancianos. Una sociedad donde el amor era sustituido por engaños y viles intereses materiales, en aras de aprovecharse de la buena voluntad de muchos seres, que buscaban solidaridad y comprension en la vida. Eso era lo que más le dolía y no era
capaz de entender como entre muchos de ellos, permitían que pasase gran parte de esas incongruencias y
errores...
Se limitaba con una profunda pena
e insatisfacción, a velar por las indicaciones de su Creador y Cuidador. Sabía
que no era prudente contrariar los designios divinos, sabía que no era su
función intervenir de forma directa en las vidas y obras de Dios. Sabía de
antemano que debía otorgarle la atención prioritaria a los más desposeídos, a
los desamparados, a los niños y ancianos que se encontrasen en momentos
difíciles, para darles un poco de esperanza y que tratasen de entender que solo
había que dar tiempo a todas aquellas circunstancias que los llevaron a esa
situación. No era fácil para Alhaayt como aspecto peculiar en términos
espirituales, diferenciar su misión y labor ante los mortales, y lo que su
naturaleza divina le permite percibir, ver y sentir. La impotencia de muchas personas en
no poder tener los recursos mínimos necesarios para alimentarse y sobrevivir lo
confundía. Ver la triste tragedia de algunos, cuando otros lograban beneficio a
cuesta de esas personas, lo marcaban profundamente...
Sentir la fe y creencia de
muchos, en aras de que su mundo cambiase solo por acción divina, lo contrariaba
sobre todo por haber sido testigo de la evolución de otras sociedades, en las
que estuvo presente como ángel protector de muchos, que superaron esas crisis en esos tiempos y momentos terrenales. La falta de
tolerancia, de comprensión, de apoyo y sobre todo la escasa falta de amor. Sin
embargo también había sido testigo que no todo era tan malo, no todo era tan
trágico. Le constaba la profunda fe, amor, respeto y espiritualidad de muchos a
los que veía, tratando de ayudar con lo poco que tuviesen para una causa mayor,
amar a aquellos que necesitaban de esa virtud promulgada por Dios...
Alhaayt se diferenciaba de otros
ángeles por su manera de conducirse. Eso
lo sabía el supremo Creador, permitiéndole ciertas libertades que para bien
manejaba con mucha prudencia. Ningún ángel de su entorno manifestaba
inconformidad o rechazo alguno por sus intervenciones eventuales. Por el
contrario lo veían como un ser que despertaba pasión por su labor, por el
bienestar de los seres humanos más allá de su naturaleza espiritual y eso era
de admirar entre muchos...
La historia de Alhaayt era algo
remota, muy peculiar y si se entiende mejor fue hasta fortuita en el tiempo
terrenal, mas no en el espiritual. El espacio y tiempo resultaban en este mundo
que trasciende la barrera humana, de forma inconmensurable, infinito e
ilimitado. Así lo había creado Dios y así debía ser siempre. Muy distinto al
mundo terrenal donde absolutamente todo tiene una cuantificación, un tiempo de
duración y limitaciones definidas por la capacidad humana de afrontar y
resolver sus misterios, eventos y situaciones...
Cuando Alhaayt nace entre los
mortales, inicialmente del vientre de una madre oriunda de la ciudad de Tebas,
en la antigua Grecia, eran los tiempos de una joven promesa del mundo griego,
los tiempos de Platón. Un joven ateniense, muy inteligente, altamente
influenciado y alumno predilecto del filosofo Sócrates. Mucho tiempo después tanto
Platón, como su maestro Sócrates, y luego esta joven promesa que pasaría a ser
el maestro de otro pupilo, Aristóteles, se convertirían en un referencial
histórico para la humanidad y de la cultura griega misma...
Alhaayt nace y crece durante esos
años en una comunidad tranquila, rodeada de los aspectos triviales de los
griegos y sus pensamientos, junto a su madre quien procuró darle todo el amor
necesario a ese pequeño ser. Instruyéndolo en las costumbres, valores y
principios de compartir, entregar y ayudar a todos aquellos que no tenían como
vivir mucho mejor. Durante sus primeros años de infancia, Alhaayt se diferencio
de otros niños por su naturaleza extrovertida, una capacidad enorme de aprender, y su manera de expresar los sentimientos nobles entre los seres humanos. Muy
colaborador en todo sentido y el apoyo fundamental de una valiosa mujer...
El creador pudo ver en el pequeño
infante, una madurez increíble durante su proceso de formación y una capacidad
no prevista en su evolución entre los mortales. Igual como a muchos seres el
creador le había asignado su “ángel de la guarda”. El ángel que lo ayudaría en
los momentos nublados, de incomprensión y de inseguridad, en los momentos de
temor y miedos naturales entre los niños. Sin embargo el niño estaba lejos de
sentir algún temor, miedo o inseguridad. Lo que si resaltaba en él, fue su
capacidad para no comprender muchos aspectos de la vida, de los griegos y su
afán por las batallas y las luchas, por no apreciar la vida y honrar la muerte,
los cuales no compartía por los principios y valores inculcados de su progenitora...
Al llegar a la edad terrenal de los
doce años, Alhaayt gozaba de una popularidad enorme en su comunidad, y esta ya
se había propagado a otras poblaciones vecinas. No tuve padre a su lado, el
mismo se había ido a las batallas en la época de los griegos y más nunca
regresó. Eso lo hizo tal vez más fuerte y noble al mismo tiempo. Solo contaba
con el apoyo de su madre, para aprender y dar todo lo que él creía que podía
hacer, en aras de transmitir amor, bondad, comprensión, armonía y colaboración.
Inventor, inteligente, incursionando en algo de filosofía y hábil con las respuestas
que frecuentemente tenía que dar a los adultos. Era una forma como muchos los
sometían a pruebas, solo por escucharlo hablar y expresarse, sin caer en la
arrogancia, ni la prepotencia de otros. Era sobre todo un niño muy comprometido
con ayudar a todos los demás, con una visión de vida más allá de la
comprensión, pero con una notable incomprensión acerca del mundo donde convivía.
Tal habilidad era su manera de hablar, que muchas veces fue recomendado a
que fuese a Atenas, para incorporarse en
proceso de formación al "Circulo de Platón", pero este siempre encontraba la
manera de evadir, porque no dejaría jamas a su adorada madre...
Un día de esos calurosos en la
zona montañosa de la región, muy cerca a la ciudad de Tebas en la zona central de la antigua Grecia, andaban varios
chicos de su edad buscando y recogiendo frutas en la vegetación silvestre, para
llevar a los mercados y luego venderlas. Esas actividades formaban parte de los días
de verano y era bastante común que muchos fuesen a pasar tiempo en esas
andanzas. Alhaayt de alguna manera lideraba el pequeño grupo y siempre era de
los que mantenía una distancia prudente de las zonas de riesgo. Mantenía a los
demás alertas y les indicaba donde era mejor recoger, para de esta manera
evitar males mayores. Todos eran chicos y el estaba consciente de sus
limitaciones y las travesuras de los demás...
Uno de los chicos compañero del
grupo le señalo unos frondosos arbustos llenos de grosellas e higos un tanto
distantes. El problema para llegar a esa zona era un risco muy escarbado y un
tanto peligroso de cruzar. Al fondo del mismo parecía haber una especie de
gruta profunda y oscura. Otro de los chicos manifestó abiertamente poder
cruzarlo, pero Alhaayt no estaba de acuerdo. Siempre con la prudencia del caso...
Pero los demás chicos animaron a
Alhaayt y este solo manifestó tener cuidado al hacerlo. Así fue y el intrépido
chico que manifestó poder cruzar lo hizo. Todos observaban desde la distancia
al compañero tomar todo lo que podía, entre los arbustos y matorrales
existentes, luego los colocaba en una especie de mochila tejida que poseía
encima...
Al rato terminó y decidió que era
suficiente, mientras el resto de los compañeros lo esperaban del otro lado. Al
llegar al lugar del cruce, arrojo la mochila y esta quedó trabada en una rama
al borde del risco. El chico dijo que podía recuperarla al cruzar. Alhaayt se
quedó observando bien el sitio y las condiciones en que la mochila había
quedado sujeta. Le dijo que tal vez era riesgoso porque el terreno no daba
señales de solidez, había muchas rocas sueltas. El desfiladero era bastante
pronunciado y profundo. El chico insistió y dijo que la recuperaría, que sí
podía e intentaría hacerlo, así como logró cruzar. Alhaayt se colocó lo más
cerca posible del cruce, para ayudarlo en caso de cualquier eventualidad...
El chico con mucha precaución y
riesgo logra acceder cerca donde la mochila había quedado prendada, pero esta se
encontraba muy enredada entre varias ramas, lo que le impedía poder sacarla del
lugar. Le pidió a Alhaayt que lo sostuviese por detrás para tener un poco más
de holgura al estirar un poco los brazos e inclinarse de forma atrevida. En el
intento el chico coloca uno de los pies sobre un área rocosa y muy inestable. Con
una de las manos se agarra de la rama algo gruesa de un árbol cercano, y le manifiesta a Alhaayt que lo sostenga de
su cintura, del cinturón de la vestimenta. Este se inclina un poco más y el
terreno donde se apoyo cedió repentinamente. Su peso hizo traerse a Alhaayt por
detrás y ambos quedaron colgados de las ramas del árbol. La mochila había
logrado tomarla en el interludio y la cruzo al cuello. El peso estaba haciendo
que la rama del árbol cediera, los demás chicos no sabían qué hacer y buscaban
la manera de agarrarlos, pero realmente estaban algo distantes de poder
hacerlo...
El chico le decía a Alhaayt que
no mirase abajo, que tratara de subirse a través de él. Alhaayt sentía que en
cada movimiento por tratar de trepar, la rama poco a poco cedía y se resquebrajaría,
permitiendo que cayeran ambos a la profunda grieta abajo. Lo que en el fondo
sabía que era muy probable muriesen en la caída. Los otros chicos solo veían
con temor la escena, sus amigos en una condición casi temerosa no podían hacer
nada. La población estaba algo retirada y no había adultos con ellos. Un verano
típico de la región. La rama seguía partiéndose y entonces Alhaayt tomo la
decisión de decirle a su compañero, se agarrase lo más fuerte posible de la
rama superior, tratase de trepar para columpiarse de la siguiente y poder
llegar a la orilla. El chico así lo hizo con fuerza y determinación, era más
ágil y diestro, justo en el momento de lograr trepar hasta la otra rama, sintió
que el peso que aguantaba, se aligeraba...
Al voltear ligeramente el rostro en
segundos, se percató que la rama donde antes estaban prendados, se había
partido y Alhaayt caía al fondo de la grieta, junto con el resto de la rama del
árbol donde antes estaban colgados. Todos gritaron al unísono y fue todo para Alhaayt en su
corta vida terrenal…
Y esta breve historia continuara…
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