lunes, 6 de abril de 2015

Un breve cuento del Ángel Alhaayt - Capitulo 1 – Incomprensión…



En los tiempos de Dios, en los tiempos de los ángeles, en los tiempos de una sociedad necesitada de luz, dirección y paz, un ángel logro despertar la curiosidad del Todopoderoso creador, al atreverse a preguntar la razón que despertaba en los mortales, aquellas contradicciones y permanentes luchas por el poder, por control, por imponer dogmas e ideologías que atentaban contra la tranquilidad, bienestar y progreso que anhelaba una gran mayoría de sus pobladores. Sobre todo por causar daños inconcebibles a la gente en nombre de Dios mismo, cosa por la cual menos entendía esa situación...

Sabía y entendía que el propósito de Dios ante la creación de los seres mortales, era de tener la capacidad de procrear y reproducirse, convivir, fraternizar, compartir, amar, confiar, dar y recibir, colaborar a crecer en todos los sentidos, y avanzar en la medida que los pueblos entendiesen que con trabajo, esfuerzo y dedicación, lograrían escalar su visión de futuro, para una mejor calidad de vida y tener un mundo mejor. Sin embargo lo confundía de tal manera, que se abrumaba cada vez que retornaba de las misiones diversas que le encomendaba el Creador. Siempre llegaba con preguntas sin respuestas, llegaba con muchas dudas, llegaba manifestando inconformidad ante lo que veía...

Esa sociedad que debía vigilar, atender, ayudar y velar por sus necesidades, de acuerdo a sus principios y mandatos, día a día percibía una tendencia al caos y al desgaste de energías en pretender que algunos de sus miembros, encausaran y permitiesen el sufrimiento de una cantidad considerable de seres, entre los que habían en demasía un número considerable de niños y ancianos. Una sociedad donde el amor era sustituido por engaños y viles intereses materiales, en aras de aprovecharse de la buena voluntad de muchos seres, que buscaban solidaridad y comprension en la vida. Eso era lo que más le dolía y no era capaz de entender como entre muchos de ellos, permitían que pasase gran parte de esas incongruencias y errores...

Se limitaba con una profunda pena e insatisfacción, a velar por las indicaciones de su Creador y Cuidador. Sabía que no era prudente contrariar los designios divinos, sabía que no era su función intervenir de forma directa en las vidas y obras de Dios. Sabía de antemano que debía otorgarle la atención prioritaria a los más desposeídos, a los desamparados, a los niños y ancianos que se encontrasen en momentos difíciles, para darles un poco de esperanza y que tratasen de entender que solo había que dar tiempo a todas aquellas circunstancias que los llevaron a esa situación. No era fácil para Alhaayt como aspecto peculiar en términos espirituales, diferenciar su misión y labor ante los mortales, y lo que su naturaleza divina le permite percibir, ver y sentir. La impotencia de muchas personas en no poder tener los recursos mínimos necesarios para alimentarse y sobrevivir lo confundía. Ver la triste tragedia de algunos, cuando otros lograban beneficio a cuesta de esas personas, lo marcaban profundamente...

Sentir la fe y creencia de muchos, en aras de que su mundo cambiase solo por acción divina, lo contrariaba sobre todo por haber sido testigo de la evolución de otras sociedades, en las que estuvo presente como ángel protector de muchos, que superaron esas crisis en esos tiempos y momentos terrenales. La falta de tolerancia, de comprensión, de apoyo y sobre todo la escasa falta de amor. Sin embargo también había sido testigo que no todo era tan malo, no todo era tan trágico. Le constaba la profunda fe, amor, respeto y espiritualidad de muchos a los que veía, tratando de ayudar con lo poco que tuviesen para una causa mayor, amar a aquellos que necesitaban de esa virtud promulgada por Dios...

Alhaayt se diferenciaba de otros ángeles por su manera de conducirse.  Eso lo sabía el supremo Creador, permitiéndole ciertas libertades que para bien manejaba con mucha prudencia. Ningún ángel de su entorno manifestaba inconformidad o rechazo alguno por sus intervenciones eventuales. Por el contrario lo veían como un ser que despertaba pasión por su labor, por el bienestar de los seres humanos más allá de su naturaleza espiritual y eso era de admirar entre muchos...

La historia de Alhaayt era algo remota, muy peculiar y si se entiende mejor fue hasta fortuita en el tiempo terrenal, mas no en el espiritual. El espacio y tiempo resultaban en este mundo que trasciende la barrera humana, de forma inconmensurable, infinito e ilimitado. Así lo había creado Dios y así debía ser siempre. Muy distinto al mundo terrenal donde absolutamente todo tiene una cuantificación, un tiempo de duración y limitaciones definidas por la capacidad humana de afrontar y resolver sus misterios, eventos y situaciones...

Cuando Alhaayt nace entre los mortales, inicialmente del vientre de una madre oriunda de la ciudad de Tebas, en la antigua Grecia, eran los tiempos de una joven promesa del mundo griego, los tiempos de Platón. Un joven ateniense, muy inteligente, altamente influenciado y alumno predilecto del filosofo Sócrates. Mucho tiempo después tanto Platón, como su maestro Sócrates, y luego esta joven promesa que pasaría a ser el maestro de otro pupilo, Aristóteles, se convertirían en un referencial histórico para la humanidad y de la cultura griega misma... 

Alhaayt nace y crece durante esos años en una comunidad tranquila, rodeada de los aspectos triviales de los griegos y sus pensamientos, junto a su madre quien procuró darle todo el amor necesario a ese pequeño ser. Instruyéndolo en las costumbres, valores y principios de compartir, entregar y ayudar a todos aquellos que no tenían como vivir mucho mejor. Durante sus primeros años de infancia, Alhaayt se diferencio de otros niños por su naturaleza extrovertida, una capacidad enorme de aprender, y su manera de expresar los sentimientos nobles entre los seres humanos. Muy colaborador en todo sentido y el apoyo fundamental de una valiosa mujer...

El creador pudo ver en el pequeño infante, una madurez increíble durante su proceso de formación y una capacidad no prevista en su evolución entre los mortales. Igual como a muchos seres el creador le había asignado su “ángel de la guarda”. El ángel que lo ayudaría en los momentos nublados, de incomprensión y de inseguridad, en los momentos de temor y miedos naturales entre los niños. Sin embargo el niño estaba lejos de sentir algún temor, miedo o inseguridad. Lo que si resaltaba en él, fue su capacidad para no comprender muchos aspectos de la vida, de los griegos y su afán por las batallas y las luchas, por no apreciar la vida y honrar la muerte, los cuales no compartía por los principios y valores inculcados de su progenitora...

Al llegar a la edad terrenal de los doce años, Alhaayt gozaba de una popularidad enorme en su comunidad, y esta ya se había propagado a otras poblaciones vecinas. No tuve padre a su lado, el mismo se había ido a las batallas en la época de los griegos y más nunca regresó. Eso lo hizo tal vez más fuerte y noble al mismo tiempo. Solo contaba con el apoyo de su madre, para aprender y dar todo lo que él creía que podía hacer, en aras de transmitir amor, bondad, comprensión, armonía y colaboración. Inventor, inteligente, incursionando en algo de filosofía y hábil con las respuestas que frecuentemente tenía que dar a los adultos. Era una forma como muchos los sometían a pruebas, solo por escucharlo hablar y expresarse, sin caer en la arrogancia, ni la prepotencia de otros. Era sobre todo un niño muy comprometido con ayudar a todos los demás, con una visión de vida más allá de la comprensión, pero con una notable incomprensión acerca del mundo donde convivía. Tal habilidad era su manera de hablar, que muchas veces fue recomendado a que  fuese a Atenas, para incorporarse en proceso de formación al "Circulo de Platón", pero este siempre encontraba la manera de evadir, porque no dejaría jamas a su adorada madre...

Un día de esos calurosos en la zona montañosa de la región, muy cerca a la ciudad de Tebas en la zona central de la antigua Grecia, andaban varios chicos de su edad buscando y recogiendo frutas en la vegetación silvestre, para llevar a los mercados y luego venderlas. Esas actividades formaban parte de los días de verano y era bastante común que muchos fuesen a pasar tiempo en esas andanzas. Alhaayt de alguna manera lideraba el pequeño grupo y siempre era de los que mantenía una distancia prudente de las zonas de riesgo. Mantenía a los demás alertas y les indicaba donde era mejor recoger, para de esta manera evitar males mayores. Todos eran chicos y el estaba consciente de sus limitaciones y las travesuras de los demás...

Uno de los chicos compañero del grupo le señalo unos frondosos arbustos llenos de grosellas e higos un tanto distantes. El problema para llegar a esa zona era un risco muy escarbado y un tanto peligroso de cruzar. Al fondo del mismo parecía haber una especie de gruta profunda y oscura. Otro de los chicos manifestó abiertamente poder cruzarlo, pero Alhaayt no estaba de acuerdo. Siempre con la prudencia del caso...

Pero los demás chicos animaron a Alhaayt y este solo manifestó tener cuidado al hacerlo. Así fue y el intrépido chico que manifestó poder cruzar lo hizo. Todos observaban desde la distancia al compañero tomar todo lo que podía, entre los arbustos y matorrales existentes, luego los colocaba en una especie de mochila tejida que poseía encima...

Al rato terminó y decidió que era suficiente, mientras el resto de los compañeros lo esperaban del otro lado. Al llegar al lugar del cruce, arrojo la mochila y esta quedó trabada en una rama al borde del risco. El chico dijo que podía recuperarla al cruzar. Alhaayt se quedó observando bien el sitio y las condiciones en que la mochila había quedado sujeta. Le dijo que tal vez era riesgoso porque el terreno no daba señales de solidez, había muchas rocas sueltas. El desfiladero era bastante pronunciado y profundo. El chico insistió y dijo que la recuperaría, que sí podía e intentaría hacerlo, así como logró cruzar. Alhaayt se colocó lo más cerca posible del cruce, para ayudarlo en caso de cualquier eventualidad...

El chico con mucha precaución y riesgo logra acceder cerca donde la mochila había quedado prendada, pero esta se encontraba muy enredada entre varias ramas, lo que le impedía poder sacarla del lugar. Le pidió a Alhaayt que lo sostuviese por detrás para tener un poco más de holgura al estirar un poco los brazos e inclinarse de forma atrevida. En el intento el chico coloca uno de los pies sobre un área rocosa y muy inestable. Con una de las manos se agarra de la rama algo gruesa de un árbol cercano, y le manifiesta a Alhaayt que lo sostenga de su cintura, del cinturón de la vestimenta. Este se inclina un poco más y el terreno donde se apoyo cedió repentinamente. Su peso hizo traerse a Alhaayt por detrás y ambos quedaron colgados de las ramas del árbol. La mochila había logrado tomarla en el interludio y la cruzo al cuello. El peso estaba haciendo que la rama del árbol cediera, los demás chicos no sabían qué hacer y buscaban la manera de agarrarlos, pero realmente estaban algo distantes de poder hacerlo...

El chico le decía a Alhaayt que no mirase abajo, que tratara de subirse a través de él. Alhaayt sentía que en cada movimiento por tratar de trepar, la rama poco a poco cedía y se resquebrajaría, permitiendo que cayeran ambos a la profunda grieta abajo. Lo que en el fondo sabía que era muy probable muriesen en la caída. Los otros chicos solo veían con temor la escena, sus amigos en una condición casi temerosa no podían hacer nada. La población estaba algo retirada y no había adultos con ellos. Un verano típico de la región. La rama seguía partiéndose y entonces Alhaayt tomo la decisión de decirle a su compañero, se agarrase lo más fuerte posible de la rama superior, tratase de trepar para columpiarse de la siguiente y poder llegar a la orilla. El chico así lo hizo con fuerza y determinación, era más ágil y diestro, justo en el momento de lograr trepar hasta la otra rama, sintió que el peso que aguantaba, se aligeraba...

Al voltear ligeramente el rostro en segundos, se percató que la rama donde antes estaban prendados, se había partido y Alhaayt caía al fondo de la grieta, junto con el resto de la rama del árbol donde antes estaban colgados. Todos gritaron al unísono y fue todo para Alhaayt en su corta vida terrenal…

Y esta breve historia continuara…

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