viernes, 10 de abril de 2020

Capitulo X - Desde los lares de un espacio universal, hasta las anécdotas de un sueño muy especial…


Quizás suene a esos deseos simultáneos desde nuestros cielos hasta nuestro propio destino, porque ella nunca escapa a sus intangibles diademas ni a sus anhelos repentinos, desde ese ayer impositivo tal vez por ella misma, pasando por un presente continuo y deslumbrado hacia ese futuro esperanzador y tal vez infinito, yo no sé exactamente como fue, yo no sé ni remotamente como será, pero de lo que yo puede dar fe es de cómo el universo conspira con frecuencia para que ella cumpla sus deseos ni remotamente reprimidos, así fue, así es y así seguirá siendo en el contexto perpetuo de su magia trascendente, aunque lamentablemente su presencia en cuerpo y mente no se mantenga aquí presente...

Quizás como bien saben se cumple un mes más de su viaje a ese entorno universal, donde la compañía jamás allá le faltará, donde su maestro siempre le atenderá, donde hace mil piruetas para jamás olvidar que su paso por este mundo no fue en vano y que su recuerdo intento mantenerlo yo aquí casi que en simultaneo, y así se continúa en ese transcurrir hasta sideral donde el espacio y el tiempo no se cuantifican como acá, donde el día y la noche se confunden sin cesar, donde en ocasiones no hay descanso pero hay tanta paz, esa que nosotros envidiamos mucho más allá de lo que es y de lo que quizás será, y donde ella sigue sus pasos velando por la vida de quien amo tanto, y seguirá amando más allá de esta eternidad, no sé si sea magia, no sé si sea esperanza, no sé si es un sueño al que algunos no debemos jamás renunciar ni remotamente cuando, pero yo quiero entender y aceptar que todo pasa por alguna razón tal vez hasta especial, y aquí mi Princesa Sophía, mi niña bella, sigo yo parafraseando y narrando a mi modo tal vez un poco usual, un poco más de tu vida entre esa realidad y algo más desde lo celestial y universal por supuesto sin ocultarlo...

Quizás los vientos de quien sabe donde vendrán ondeando ráfagas de aroma con olor a fragancia entre un rosas y algo maternal, avizorando se acercan los tiempos de luz en el otoñal, no de nuestro trópico, ni de los monzones o de los períodos del ocaso lunar, mucho menos de las circunstancias o pormenores de un cerdeñal, es más bien de las velas que ondean sin parar, como manantial mañanero a través de las merlinas, porque ella sabe bien que un angelito ha sido enviado desde ese hermoso cielo, quien ha de llegar dando campanadas entre las estelas, pasando a cualquier cometa y surcando el cielo a través de las estrellas, y la llamarán a ese ser especial “Isabella” cantando tal cual “Victoria”, quien derrochará sonrisas que aún permanecen dispersas, pero que ella, sencillamente la Princesa Sophía ha de encargarse desde el cielo de juntarlas aun entre sus peripecias y alegrías, porque de algo si todos recordamos, las cosas se hacían a su paso, a su manera, a sus deseos y sin espasmos, entre risas pícaras y comentarios, esos que dejaban a muchos con esas interrogantes, porque así siempre fue ella, así siempre será ella, así desde sus inicios y antes de aparecer en el espectro de nuestras vidas, ya lo había anunciado, así sería simplemente ella...

Quizás quisiera componer un cantico o una melodía que solo suene a ella, a la niña de las velas, esas que ondean al capoteo de las mil y una tela, que trastabillean y siempre de algo bello siempre suenan, a campanadas de gloria desde lejos, gracias a los vientos que vienen de quien sabe donde, anunciando solo su presencia en este contexto, cual será desde la inocencia pasando por la señal divina del Maestro y de su hermana quien la venera, quien la cuida desde su ascendencia más allá de lo que otros piensan entre cuentos y cuentos, quien no la deja a pesar de su partida de estas tierras, pero quien desde ese lugar hermoso donde ella ha de estar siempre la vigila y le canta al silencio susurrante de las sirenas, porque desde las aguas profundas surge una figura que salva la “Victoria” surcando las olas dibujando su belleza y su silueta, tal vez será nadadora, surfista, acróbata o bailarina entre las mil vendettas, no importa qué ni cómo, ni donde o cuando, porque su bendición ha de obtenerla desde que ha ocurrido ese hermoso milagro, en los tiempos del Maestro, en los tiempos de los Santos, en los tiempos de los Ángeles que solo acuden al llamado de la Princesa sea al Alba o sea al Ocaso, y reitero, no importa cuando llegue, porque de todas formas ella llegará al calor de sus padres que son muy bien amados...

Quizás esta parte pareciese una parodia de la vida a través de las inoculables esferas, un capítulo de una historia que entre magia y fantasía solo ocurre en nuestras avenencias, esos acuerdos que buscamos internamente entre lo espiritual y nuestro contexto hasta lo real, entre lo físico y lo mundano más allá de lo ideal y sobrenatural, pero así quedo plasmado en mi sistema, como una marca que ha dejado una huella, como una anécdota circunstancial que solo en ocasiones ocurren a través de las letras de un Neruda, de un Gabo, de un Coelho, o de Gasset y Ortega, y no precisamente al revés, pero en este caso de un intento de este humilde escritor cuenta cuentos, donde ocurren mil encuentros, donde desde la poesía o los versos irremediables ocupan parte de la realidad humana y en ocasiones pedimos incansablemente deba ocurrir más allá de lo irreal pero en ese entorno espiritual, pues así fue, y así quedo plasmado muy dentro de mi ser, a ella le hablo cada noche, a mi manera y porque siempre le dedique algunas de mis letras, inclusive desde antes que ella naciera y sigo aquí dedicándole un poco más de mi desde estas extrañas esferas, tal vez ella ha sido esa musa por quien los artistas buscan encontrar para dejarse ver entre la muchedumbre viajera, entre esos lectores de oficio, o aquellos quienes siguen solo a sus maneras, tal vez no tan particulares pero si en el contexto de esas irremediables loqueras, pero me dejo al día siguiente quizás más asombrado de lo trivial, pero contento de que solo haya pasado para darme un hermoso bienestar...

Quizás en ocasiones la vi yo desde lejos, sin poder llegar a ella, en ocasiones solo nos mirábamos y yo le sonreía, solo ella con su particular picardía lo asentía, irradiando su magia desde ese lugar donde nosotros aun no podemos llegar, sin embargo y tal vez circunstancialmente era inevitable ese encuentro simultaneo, de esos pedidos que en ocasiones oramos, para bien personal, para bien de los nuestros, para bien de los que estamos y a favor de los cambios, esos cambios que son para bien, para el bienestar, inclusive para volver a sonreír e intentar ir más allá de lo curioso y de lo trivial, y nos encontramos en un espacio, en un lugar de esos que cuentan tantos, ni más allá o más acá, ni tan especial o tan particular, solo un lugar que quizás ella eligió como si fuese al azar, aunque no creo fuese así tan inusual, pero lo cierto es que logro acercarse, ella me miró a la cara, tomo sus manitos en ese instante y solo me tranquilizó, siempre a su manera tan particular “Tranquilo, no pasa nada, todo pasará, y ella simplemente llegará y todo volverá a ser tanto como quieras tu será”, me sonrió, ladeo su rostro, miro fijamente a mis ojos y logro entrar en mi como tromba marina a través de ese espectro sideral, luego se desvaneció sin despedirse, porque no se trataba de una partida ni una despedida, se trataba de dejarnos saber que siempre ella estará ahí, desde el laberinto de su cielo, como los ángeles del vecindario, cruzando los caminos de nuestro destino, pausando nuestros anhelos cual tal espasmo que mantenemos en vilo, y nombro a alguien tal vez muy cercano, o simplemente me asomo, advirtió o presagio un detalle que yo no puedo pasar en vano “Arantxa” fue a quien ella nombró, quizás un mensaje para alguien de su terrenal pasado, quizás una señal de alguien que habrá de llegar en un futuro cercano, o quizás un aviso acerca de alguien que en este momento está algo lejano, pero que representara alguien importante en mi entorno muy cercano, son tantas las preguntas, son tantas las enmiendas, son tantas las hipótesis que eso no paso en vano, ha quedado ahí como una marca en el corazón de un humilde ser humano, obvio para bien de este interlocutor sin importar porque o para qué, y reitero, todo pasa por alguna razón a veces muy especial, entonces así yo dejo plasmado acá esa anécdota de un encuentro tan especial, en el entorno de un sueño muy subliminal, tan vivo como fue así sentido en carne propia, entendiendo e interpretando que mis humildes letras y peticiones siempre han de llegar a su alma, a su noble espíritu, a su laberinto allá en el cielo, donde funde su amor disgregado a través del espectro de quienes por siempre le recordamos, como si ella estuviese presente aun entendiendo ha partido a esa vida omnipresente, más allá de nuestro periplo, más allá de nuestra esencia y de nuestra realidad que no ocultamos...

Cariño he llegado por hoy hasta aquí, agradeciéndote desde mi alma y mi corazón, desde ese espectro espiritual donde tú haces una etapa de vida muy especial, desde donde cuidas tu a los tuyos, a quienes te aman y te recuerdan con amor, por quien tú vigilas con tanta pasión, "Y a pesar de que hoy no se pudo lograr la congregación que tu adorable Madre y tú querido Papá organizan este día de cada mes"... No te preocupes, todos quienes participan y te recuerdan oran por ti desde cada recinto simplemente por circunstancias atemporales y nuevamente habrá la oportunidad de bendecirte cada mes en el sitio que por siempre han de recordarte, porque ayer, hoy, mañana y siempre, has de estar presente en la vida de quienes aun te amamos, más allá de los destinos de quienes aun aquí estamos...

Tu venerable escritor, quien te cuenta tus cuentos, quien te lee, quien te describe a través de esas anécdotas y quien narra tus peripecias y tus andanzas, de esas que acá hiciste, y de aquellas que aun allá yo sé muy bien que tú haces, solo soy el narrador de tu historia quien te ama y te amará por siempre… Esdras…