Quisiera estas
letras lograsen llegar hasta tu venerable cielo, allá donde tú habitas, allá
donde todo puede ser, allá, desde donde tu quisiste ser, desde que lograste
fundir tus anhelos en el alma de un ángel y así lograr arribar a esta tierra, donde
tu magia se hizo realidad, donde dejaste tu gran verdad, para inesperadamente
partir nuevamente al recinto de tus inagotables sueños...
Quisiera verte
dibujar de colores este asombroso cielo, con tus manos, con tus dedos, aun
entre densas nubes, aun entre la lluvia o los días tormentosos, con la acuarela
que se inunda entre tus manos, dejando que las aves adornen tu hermoso lienzo,
y así entender que a pesar de tu ausencia, tu presencia sigue inquebrantable
desde las pinceladas que plasmas con tus tiernos dedos...
Quisiera escuchar la
melodía de tu canto, esa música espiritual que solo los ángeles son capaces de entonar,
esa que dejas libre al viento, desde las gélidas nieves de los vientos del
norte hasta las frías aguas que suben de los vientos del sur, donde las
migraciones plasman de colores la partitura de tus canciones, y así saber que
tú permaneces ahí, entre la magia musical que entonas desde el cielo...
Quisiera sentir tus
dedos entre mi alma, quisiera sentir tu aliento en mis gemidos cuando yo
duermo, quisiera seguir viéndote como yo lo hago, en aquellas noches donde aun
desde muy lejos, yo simplemente te veo a través de mis sueños, quisiera leyeras
allá en el cielo, este sentimiento a tu maestro, porque es lo único que me
quedó, escribir para ti aunque tú estés allá en el cielo...
Quisiera estas
letras trascendiesen en el tiempo, donde no hay espacio, donde no hay medida ni
lenguaje que impidiese como fluye la emoción al escribirte, donde todo sucede
sin alardear ni atemorizar, donde todo puede ser sin tanto pensar ni lógica de
aceptar, donde simplemente es y así será, sin drama, sin locura, sin
interpretaciones ni mediaciones, solo ellas llegasen a tu alma así como
llegaste tú a la mía mi pequeña Princesa Sophía...
Quisiera esta Postal
sea un pequeño presente, allá en el recinto donde ahora tu vives y duermes,
desde donde tu ves a todos quienes aun te quieren, aun en la ausencia presente,
desde donde tu cuidas a los tuyos, a quienes compartieron momentos inolvidables
y envolventes, desde donde tú oras y esperas pacientemente, hasta el momento
que el maestro decida cuando volver a encontrarnos tal como ayer lo hicimos
entre nuestros tiempos aun vigentes, unos más y otros menos, pero igualmente
fueron tiempos que permanecerán eternos...
Quisiera fuese más,
pero nunca menos, quisiera seguir escuchando tus cánticos, pero nunca desde
lejos, quisiera sentirte en mi regazo aunque no estés aun en el ocaso, quisiera
inhalar tu aliento aun cuando yo duermo entre tus brazos, quisiera seguir
viendo tus lienzos inagotablemente en el asombroso cielo, quisiera continúes
siendo ese ángel que una vez le dijo al maestro “Yo quiero ir, yo quiero
sentir, yo quiero escuchar, yo quiero probar, yo quiero simplemente vivir como
cualquier mortal, yo quiero amar aunque solo sea por un breve tiempo, porque yo
quiero dejar mi huella en esas tierras donde yo quise tener a mi mamá y mi papá
y hacerles entender que yo siempre seré ese ángel quien los eligió para estar
con ellos eternamente, aunque yo deba regresar a este adorable cielo”...
Quisiera haberte
disfrutado un poco más, pero no hay tiempo atrás, simplemente fue, es y así
será lo que nuestro maestro quiso fuese dejar, no hay excusa, no hay tristeza,
no hay sentencia que afirme o la niegue, solo hay el recuerdo en cada alma, en
cada cuerpo, en cada ser, hay la remembranza de momentos que eventualmente
emanan, como flama inagotable que aun en baja llama, permanece encendida en el
espíritu y corazón de todos aquellos que te aman y así ha de ser más allá de la
eternidad...
Quisiera esta postal
rinda un humilde tributo por cada décimo día de cada mes en mi tiempo
convergente, donde solo dejo lo que mi alma pide manifieste, donde mi corazón
te lleva sin descanso, donde solo te continuo viendo allá entre los espasmos de
mis sueños, desde donde tu y yo aun no compartimos, pero si nos vemos, nos
reímos, nos miramos y con tu picardía yo simplemente entiendo, que todo momento
es y será cuando el universo y Dios así lo quiera otorgar sin tanto espasmo, y
mientras yo solo dejo estas queridas y tiernas letras para que tu las compartas
allá en el cielo con todos tus hermanos y hermanas, con nuestro Maestro, y tú
continúes pintando con mi acuarela todo este bello cielo, aun entre días grises
y momentos oscuros nuestros, en este asombrosa tierra donde aun yo te escribo y
a veces te canto...
Quien siempre te
escribió, quien siempre te escribe, y quien siempre te escribirá aun cuando me
toque hacerlo allá, allá donde tú coloreas con acuarela este maravilloso cielo,
tu poeta y tú querido abuelo, quien te amara eternamente... Esdras...