Resulta oportuno hacerse esa
pregunta con la que encabezo mis comentarios, sean asertivos o con cierta falta
de mayor documentación. Sin embargo me remito a las innumerables notas de
prensa que vemos en internet de diversas instituciones o instancias, pronunciamientos
de organismos no gubernamentales, comentarios y notas expresados a través de
las redes sociales, y lo que podemos ver algunos, en los medios noticiosos
internacionales, acerca de los innumerables acontecimientos, eventos,
situaciones algunas tristes y hasta trágicas, aunado a todos los problemas de
tipo económico que al final, continúan deteriorando a cada familia, parejas,
individuos, de todas las razas, credos e ideologías políticas. Simplemente
porque queramos o no, convivimos en la misma tierra que nos vio nacer, nos
permitió crecer, y para algunos nos ha permitido continuar intentándolo, en las
buenas y en la no tan buenas...
El avance, progreso y desarrollo
de un país, como lo manifiestan algunas personas tal vez preparadas y
capacitadas en el medio socio-económico, llámense economistas, sociólogos,
empresarios, profesionales, mediadores y analistas políticos, aunado a otras
personas que de igual manera intentan aportar, entre una cantidad bastante
amplia de argumentos totalmente valederos en esos aspectos, es que siempre
dependerá de dos componentes. El primero basado en un conjunto de reglas claras,
leyes articuladas para el mejor desempeño a nivel de garantías y de
posibilidades de inversiones, de tributos honrados, para que cada ente de forma
oportuna realice las asignaciones correspondientes, a fin de que la vida de sus
ciudadanos este medianamente cubierta o garantizada. Este conjunto de leyes y
reglas de juego, han de ser establecidas por el Sector Público, a través de un gobierno de turno, elegido de
manera democrática, cuando dichos procesos son totalmente transparentes, sin
manipulaciones de ningún tipo, ni condicionados a absolutamente nada, totalmente
libre de elegir a quien considere cada quien, siendo secreto y unipersonal, es
decir sin trampas. Para que la decisión de esa mayoría que ha seleccionado a quienes
se postularon, garanticen de alguna manera, la oportunidad a esas personas
elegidas, de dar cumplimiento a sus ofrecimientos y capacidad de gestión, ante
los innumerables problemas que han de presentarse y que están obligados a dar
respuesta y resolver...
El otro componente y factor
determinante es el motor que todo lo mueve, el que genera, impulsa, promueve,
facilita, invierte en las oportunidades y deficiencias de un país, y lleva la
capacidad generadora de bienes y servicios a todos los rincones donde habita,
crece y convive la sociedad. El bien llamado en muchos países Sector Privado.
Un grupo de personas que se juntan denominados empresarios, de diversas áreas
de producción y servicios, de diversos tamaños, en diversas regiones, de
diversos estratos, de diversas ideologías, de grupos multiculturales y
nacionales. Desde los más pequeños que lo intentan aportando con su granito de
arena, pasando por los medianos con una fuerza emprendedora que los lleva a
continuar creciendo, hasta llegar a las grandes empresas, que no han llegado de
la noche a la mañana ahí, y que muchas familias son beneficiadas del impulso de
esos trabajadores. Todos realizan el esfuerzo necesario para mejorar la calidad
de vida de ellos, de sus trabajadores, de sus familias, de sus vecinos, de sus
amigos, de una sociedad que tiene necesidades y que cada uno de ellos aporta lo
necesario para que todos esos productos y servicios puedan llegar oportunamente...
Partiendo de estas premisas
generales nos preguntamos lo siguiente, ¿Por qué continuamos en caída libre a
la decadencia, a la desidia, al casi abandono de los anhelos de una mejor
sociedad, a un mejor futuro para nuestros hijos y para las generaciones de
relevo, a las continuas arbitrariedades que no permiten salir de una crisis
profunda, como nunca anteriormente vista en este país aún hermoso y lleno de
oportunidades? Y estoy casi totalmente seguro que muchos coinciden en que cada
día continuamos perdiendo en todos los sentidos, y que hay crisis en todos los
sectores...
Voy a citar en contexto un punto
comparativo que coincidencialmente nos debe llamar a la reflexión. Lo
manifiesto honestamente sin entrar en polémica o establecer alguna diferencia
entre una parte y la otra. Deseo exponerlo de manera simple, mas allá de que
todas las sociedades sin excepción, han vivido cada una problemas similares,
parecidos o tal vez peores. Sin embargo más tarde que temprano, lograron salir
adelante desde adentro, sin la intervención de nadie, ni de otro organismo,
país o sectores con intereses ocultos. Solo desde la misma sociedad...
Venezuela desde aproximadamente
un poco más de tres años, ha estado disminuyendo progresivamente la producción
y ensamblaje de vehículos nuevos. Las plantas establecidas en el país, como
General Motors, Ford de Venezuela, Toyota, Hyundai y Mitsubishi han venido en
franca caída su producción y puesta al público de las nuevas flotas para su
comercialización. Las razones ya ampliamente conocidas derivan en gran parte,
por la falta de credibilidad, seriedad y asignación de las divisas necesarias
por parte del ente responsable, en virtud de la reglamentación y limitación al
acceso a la moneda internacional, que marca la pauta en la economía mundial, y
en nuestro caso el bien llamado “Dólar”. Con ello los representantes de estas
marcas líderes pretenden garantizar la reposición de autopartes dentro de los
procesos de producción. ¿Cuáles han sido las consecuencias? Algunas, una
disminución pronunciada al acceso a vehículos nuevos. Salga usted a cualquier
concesionario a simplemente buscar una opción. Ni con el dinero en mano puede
comprarlo. No hay y no saben cuándo habrá. Otra, una disminución sustancial de
la plantilla de personal...
Las plantas han tenido que
reducir la plantilla de personal, por la falta de sustentabilidad en el
mantenimiento y preservación de la misma, afectando sistemáticamente a las
familias de los cesantes. Otra, en vista del encarecimiento de los vehículos,
el incremento acelerado de los vehículos de segunda, está llegando a niveles
exorbitantes, tanto que es más caro un vehículo usado, comparado con uno recién
adquirido en un concesionario. Otro aspecto que álgidamente poco se toca, pero
que es una realidad, es que si existiera una remota posibilidad de acceder a
uno de los vehículos, que posiblemente pueda salir de planta alguna, a algún
concesionario, deberás pagar al contacto, vendedor, promotor o cualquier
individuo ligado a esto, y no a veces necesariamente al dueño del
establecimiento en algunos casos, un tax o pago adicional, pechado y cancelado
bajo cuerda, bajo la mesa o como lo quieras llamar, que muchas veces incrementa
en más del 250% del valor del vehículo. Por ende se distorsiona el mercado de
comercialización de vehículos, se especula, se adecuan lamentablemente a las
condiciones aberrantes del mercado, simplemente porque el proceso de producción
y ensamblaje ha sido alterado y no cumplido por parte de esas reglas de juego a
las que hacemos mención. Nuestra producción cayó en más del 89%, referencial
hasta la presente y son datos expuestos por los mismos fabricantes y cámara
automotriz venezolana en los medios...
La otra cara de la moneda en otro
país del mismo continente. México, un país con una serie de problemas
parecidos, más no iguales. Corrupción, intolerancia, crímenes impunes,
problemas en las áreas de educación y salud, índices delictivos y lo que más
los afecta, el tema del narcotráfico y sus consecuencias. Sin embargo la
producción y los servicios no se paran, no menguan, no disminuyen, no se
encarecen, por el contrario hay un cierto nivel de crecimiento, con ciertas
expectativas, mas allá de los problemas presupuestarios o financieros que pueda
sufrir el país, producto de la caída de los precios del petróleo. Vamos al
punto reciente. La empresa multinacional con sede principal en los Estados
Unidos, Ford Motors Company ha decidido invertir MIL QUIENIENTOS MILLONES DE
DOLARES en la ampliación de su planta de producción y ensamblaje en México, para
de esta manera incrementar la producción nacional, exportar parte de sus
productos y aumentar la capacidad con la incorporación de un recurso humano,
estimado en más de 1.200 empleados nuevos a todo este proceso, en este año y el
próximo. Anuncio suscrito y público a través de los medios de comunicación
nacionales e internacionales acreditados en su país. Toyota que no tiene planta
de producción en México, decidió paralelamente anunciar la inversión de MIL
MILLONES DE DOLARES, para construir su primera planta en México, a fin de
desarrollar y ampliar el mercado centroamericano de producción de vehículos.
Las coreanas Hyundai y Kia hicieron lo mismo el pasado año, al realizar
inversiones para construir plantas de producción en Nuevo León, al norte del
país. Con estas inversiones se estima una incorporación de recurso humano
estimado en más de 2.500 empleos, traducido a un beneficio de 12.500 personas
aproximadamente...
Eso sucede simplemente y mas allá
de una posible polémica, porque muy a pesar de las ideologías políticas, los
escándalos de corrupción, el tema del narcotráfico y todos los demás males que
el país y su sociedad adolecen, existen intenciones por parte de cada uno de
los actores, llámese el sector público con reglas claras que garantizan y
respetan las condiciones de inversión y las oportunidades en abrir nuevos
empleos y capacitaciones, y del sector privado, en confiar en las leyes, en
aumentar la producción, asistir, ampliar el rango de acción, capacitar y
formar, pero sobre todo entre ambos contribuir y coadyuvar a una mejora de la
calidad de vida de la sociedad...
A los empresarios no les importa
quien este en el gobierno, que ideología tengan, que problemas tengan en lo
interno para solventar y resolver las cantidades de problemas sociales
existentes. Lo que si les interesa al sector privado es que existan
disposiciones, reglas claras, articular las posibilidades para que cada una de
las partes realice, aporte, sume esfuerzos y permita que la sociedad sea el
beneficiado final...
Lamentable caso perdido sin rumbo
definido y sin soluciones a corto o mediano plazo de nuestro hermoso país
Venezuela, que se encuentra a la deriva y sin rumbo previsto. Con discursos sin
contenido alguno, con guerras y magnicidios incontables ya y sin comprobación
alguna siquiera, con ataques sistemáticos contra cualquiera que pretenda protestar
civilmente, corregir o sugerir el camino a tomar, con una inmensa cantidad de
violaciones y la falta de claridad hacia el futuro de un mejor país. Y déjenme
aclarar algo que a muchos se les olvida. Cuando elegimos a una determinada
persona o grupo político, para que ejerza, ejecute y actué bajo los beneficios
que le correspondan a la sociedad. Todos esos personeros y elegidos, son
simplemente empleados designados por nosotros. Si algo no funciona en cualquier
empresa u organismo, solo se sustituye, se corrige y se le da la oportunidad a
otro que tenga la capacidad, la formación y el criterio para hacerlo...
Así que les dejo esta
introducción de lo que considero personalmente entre un sector y el otro, un comentario
comparativo entre dos situaciones puntuales, y esta reflexión que es resultante entre
dos países con características más o menos similares, con problemas más o menos
comunes, para que pensemos cual es el camino a seguir...
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