jueves, 26 de febrero de 2015

Lo maravilloso que sucede en la vida...

Desde que llegamos al mundo, nacemos y estamos expuestos a un sin número de aventuras, sucesos, eventos, circunstancias y momentos. Algunos extraordinarios, otros cotidianos dentro de nuestras costumbres y hábitos de familia, con los nuestros, con las amistades que nos hacemos a lo largo de nuestra historia, con gente hasta desconocida pero agradables. Unos llenos de alegría, dicha y sorpresas, pero también momentos de inmenso dolor, angustía y malestar, bien sea por perdidas, fracasos y situaciones que se salen de nuestro contexto. Así es como la vivimos y aceptamos...

Cuando Dios creo al hombre a su semejanza, también le transmitió la capacidad de razonar, desarrollar el intelecto, disfrutar de las emociones, de reir y llorar, de preocuparse y a veces tomarse las cosas a la ligera, de buscar el conocimiento y desarrollar de acuerdo a nuestros propios intereses, una serie de virtudes que le permiten continuar avanzando como ser humano, como miembro de una familia, como participe de una sociedad. Sin embargo muchas veces estamos suceptibles a las condiciones de nuestro entorno, a,lo que está muy cerca, donde convivimos y desarrollamos nuestras actividades. Así ha sido siempre desde...

La vida esta llena y sujeta a decisiones. Algunas buenas y acertadas no por suerte, sino porque tal vez se evaluó, se pensó y se analizó que esa debía ser la mas conveniente. Otras no tan buenas, que nos llevaron a replantearnos y reinventarnos, sufriendo posiblemente los avatares de las consecuncias. Todas esas decisiones nos dejan un legado, una experiencia, un momento tal vez crucial para algunos, aunque muchas veces simplemente no lo asumimos como Dios quisiera que lo hicieramos. Pero al final todo queda, todo pasa, y siempre por una razón...

En la medida que entramos en los procesos naturales de madurez y crecimiento, y vamos acumulando una serie de experiencias de todo tipo, vamos entrando a un proceso de evaluación, de meditación, de encontranos con nosotros mismos, mirando al pasado algunas veces solo para ver y medir la cantidad de aventuras en las que estuvimos presentes. Tomando siempre lo mejor de esos momentos y al mismo tiempo cerrando capítulos que no deseamos recordar. Sin embargo y a pesar de que no a todos les sucede lo mismo, en términos generales pasamos por diversas situaciones similares, parecidas y hasta comunes. Absolutamente todo lo que nos ofrece la vida es lo que debemos aceptar, disfrutar, a veces evitar, compartir y definitivamente dejar como muestra y testigo de nuestro paso por aquí. Dios participó en nuestra llegada, al bendecir la relación de nuestros padres para que nos procrearan en el momento adecuado. Así llegamos, así aún estamos y así continuaremos hasta que llegue el momento de partir...

De las cosas más asombrosas y definitivamente increibles que en mi humilde opinión personal he podido mayormente disfrutar, es la de haber dado y haber recibido amor. Eso me llevó a entender muchas cosas en el tiempo. Eso me llevó a desarrollar pasión por las actividades que me gustan. Eso me llevó a querer, admirar, degustar, oler, tocar, suspirar, llorar, reir, pensar, correr, caminar, viajar, conocer, amar, querer, buscar y aprender un sin numero de cosas de las que nunca me arrepentiré. De todas esas cosas que recuerdo, que vivi dentro de lo mejor que pudo ser, de esas que te dejan ese sabor que se queda para siempre. De esas que te gustaría repetir, aunque dos veces escasamente vuelven a suceder. De esas cosas que anhelas regresar al re-encarnar nuevamente, solo para volverlas a vivir y disfrutar. 

Apreciamos muchas cosas, desde las mas simples, hasta las mas complejas. Apreciamos las personas que en algún momento estuvieron junto a nosotros compartiendo momentos inolvidables. Apreciamos los momentos de aprendizaje y desarrollo, que luego algunos hemos tratado de implementar en la práctica, para llevar la vida con mayor armonía, tranquilidad y paz. Apreciamos lo que aún podemos dar, mostrar y describir con todos los periplos, obstáculos y circunstancias que nos encontraremos en nuestro andar. Aprecio a aquellos que tienen el tiempo para leer una humilde apreciación en este pequeño artículo, de lo maravilloso que ha sido la vida para este humilde ser y que desea compartirla. 

Y aunque todo no ha sido en el paraiso, en un mundo perfecto, sigo pensando y creyendo que hasta ahora la vida sigue siendo maravillosa...

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