miércoles, 11 de febrero de 2015

De los encuentros y algo mas...

Se dice que a veces nos cruzamos en la vida con personas que creemos son especiales. Aquellos seres que al solo mirar, te dejan una sensación algo extraña, seductora, llamativa, interesante y hasta adictiva. Tanto en el hombre, como en la mujer. De esas que deseas volver a tener el placer de continuar viendo. De esas que no logras apartar de tu mente. De esas que propician el hacer cosas, que anteriormente no habías hecho. Y simple, no te había nacido hacerlo, porque no lo sentías.

Se dice también y para aquellos casos donde ha sido acertado, satisfactorio y gratificante, que se convierten en relaciones especiales. Relaciones que perduran en el tiempo. Relaciones que aprendieron a aceptar lo que cada uno es. Relaciones tolerantes y no impositivas. Relaciones mas humanas que materialistas. Relaciones que de acuerdo a las circunstancias y condiciones, mantienen una estabilidad y buscan por lo general, equilibrar todas las adveniencias y percances que a lo largo del tiempo, deben aparecer, existir y hasta suceder. Dios solo save porque suceden las cosas...

Se dice de igual manera que algunas veces, los infortunios permiten calibrar el grado de madurez y compromiso que se adquiere entre ambos. Se necesita siempre, encontrar la manera o la forma de sobrellevar esos momentos impredecibles que perturban temporalmente tu mundo. Superar esos obstaculos y esos momentos hasta extraños. Para convertirse ambos en un apoyo incondicional en lo moral, espiritual y humano, a la hora de comprender y aceptar, que también estamos suceptibles a tiempos complejos y hasta dificiles, en una sociedad que nos obliga de forma permanente a adaptarnos.

La vida esta llena de altibajos. La vida nos da la oportunidad de experimentar, sentir, escuchar y mirar, lo que a nuestro alrededor vemos como momentos siempre importantes. Aunque para algunos o tal vez muchos, no comprendan que absolutamente todos los momentos han de ser importantes. Mas aún cuando se viven y se comparten con alguien que consideramos especial. Sin cuestionar, sin valorar, sin definir, cual, cuando, donde y como han de ser importantes. Todos los momentos en la vida siempre fueron, son y serán importantes. Somos y seremos testigos de ello.

Pero también sucede que de esas experiencias algunas veces te quedan tragos muy amargos, posterior al intento de mantener una relación. Y pasa a tener una simple explicación a mi manera de ver este punto. Nunca estuvo presente tal vez en una de las partes, darle la importancia necesaria que conllevara a adquirir y mantener un compromiso. Muchas veces prevalecen y lamentablemente, intereses materiales, intereses personales y no de pareja, intereses oportunos, que de acuerdo a las circunstancias, manejan, manipulan y hasta utilizan lo que se siente, en beneficio de un objetivo.

Después de todo y precisamente para cerrar esos capitulos y darle continuidad a lo que en el futuro podemos encontrar, pues solo debemos mirarlo y esperarlo de la mejor manera. Evitando dejar de ser quienes realmente somos. Esperando sea mucho mejor, a pesar de lo marcado que podamos estar temporalmente. Expresar siempre lo mejor de nosotros mismos, evitando recordar esos tristes momentos, para darle mayor sentido a nuestras vidas. Siempre pero siempre, habrá un mejor futuro.

Solo que es decisión nuestra como afrontarlo y hasta como disfrutarlo...

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