domingo, 21 de enero de 2018

La chica de la Pijama Roja – Capítulo VII - “De esas cosas que estremecen, que no sabes cómo aparecen y que te cambia la visión más allá de lo que parece…”



La sensibilidad, profundidad y manera de expresión a través de esos comentarios, argumentando en mayor proporción a la lógica y sensatez con las que los seres humanos se conducen en la vida, fue lo que llamo poderosamente su atención. Obviamente es resultado de acciones y reacciones en la mayoría de los casos, somos seres de un noventa por ciento reaccionarios y un diez por ciento a nuestra naturaleza innata, es lo que de una u otra forma define nuestro carácter y personalidad. Sin embargo se mantenía el interés en acercarse a ese misterio ambulante, a ese ser un tanto tal vez hermético, suspicaz y un poco arrogante, sin saber quién es y de donde emergió, y refiriéndose en cierta medida a no poder comprender que luego de plasmar a través de sus letras y comentar sobre ese bello parecer, simplemente no reaccionaba a los comentarios acerca de su percepción, y dejaba una interrogante que ahondaba más en esos pensamientos, si, esos que a veces no lograba sacar desde muy dentro ???????...

Se estaba convirtiendo esto en una especie de obsesión y reto al mismo tiempo, debía intentar todo lo que su esencia e intuición le indicaba, definitivamente era determinante, simplemente porque no se dejaría vencerse tan fácil, necesitaba descubrir y poner en evidencia ese interés que le abordaba cada día...

¡Y entonces entró un mensaje a su celular, este sonó avisando!...

Desde un lugar remoto, alguien hacia el contacto correspondiente, era bastante común, había desarrollado una amistad muy bonita con algunas personas de otras latitudes, gracias a la magia en el uso de las nuevas tecnologías de comunicación, donde compartes, te acercas y estableces esos vínculos virtuales que pasan a convertirse en la sustitución algunas veces de quienes no tienes a tu alrededor, para acercarte mucho más a la humanidad de la misma gente. Eran esos pequeños detalles de la vida, que inicialmente carecía en gran parte de su mundo interior, y que de una u otra manera le daban un punto de vista tal vez diferente, apuntando a la lógica y sensatez, dentro de un contexto diferente al de los demás. Todo ello producto de su formación y desarrollo de vida acentuado en el seno familiar. Quizás esa era una cualidad un tanto distinta, simplemente porque posiblemente, y a pesar de su fe religiosa, los valores y principios inculcados en su familia, y una serie de eventos que quizás marcaron su realidad, le otorgaron un carácter particular a su personalidad, con una fuerza aparente, pero con una fragilidad nunca expuesta, porque fue su elección y una decisión muy personal y particular...

¡Hola, buenos días, te he visto nuevamente con mucha frecuencia en el portal, y veo que estas compartiendo publicaciones muy bonitas desde tu muro, con un contenido un tanto diferente!...

¿Viste las respuestas del poeta? Wuaooo… No sé qué decir, pero a mí me encantan, y veo que a ti también ¿Tú lo conoces?...

Y así comenzaron a intercambiar durante largo rato diversos aspectos, tanto en lo referido al intercambio de las publicaciones como tal, las opiniones diversas acerca del grupo donde comparten emotividad y nostalgias, así como de aspectos de tipo personal, que formaba parte de ese mundo virtual, donde las personas muchas veces encuentran una manera de dejar fluir un poco de todo, a pesar de sus realidades y contextos muy particulares. Ese era parte de una vida reservada, una vida donde se ocupaban los espacios ausentes entre el intenso trabajo enriquecedor por supuesto, y sus momentos de compartir aquello que solo estaba reservado para sí mismo y sus seres extraños pero realmente muy cercanos...

Yo tengo la impresión que escribe solo para ti estos comentarios. Es lo que yo siento realmente...

No, escribe solo a la publicación, nota la manera como escoge las palabras que aun cuando se sienten muy profundas, no deja nada que delate su existencia, hace alevosía sobre quizás las experiencias diversas, pero sin personalizarlas, no creo sea para mi...

Yo insisto, escribe para ti, y es mi percepción ¿Y tú le sigues?...

Si, comencé a seguirlo y también me sigue, me gusta lo que escribe...

También a mí, pero hay algo diferente entre ustedes, te escribe a ti...

Luego de ese largo rato conversando de manera amena, e intercambiando aspectos de parte y parte, le intrigaba más esa referencia hecha y aparentemente estaba en lo correcto, sus instintos algo le indicaban que estaba posiblemente en el camino bien elegido, sin embargo era hora de posponer esas emociones y continuar con sus obligaciones, y estas si realmente ocupaban gran parte de su tiempo...

Al despertar a un nuevo día, los compromisos diversos y un poco las preocupaciones de su trabajo le mantendrían la mente totalmente ocupada. Debía resolver algunos asuntos que afectaban el desarrollo de sus planes, su operatividad y la situación en los últimos meses había caído un porcentaje significativo, lo que traía esas inquietudes a colación y que desde hace cierto tiempo no le perturbaban. Era hora de dejar de un lado la esperanza de esa pronta corrección oportuna en el mercado y tomar manos en el asunto antes de que fuese demasiado tarde...

Como era de esperar cada mañana, el celular comenzó a sonar desde muy temprano, su agenda en mano, las reuniones y visitas pautadas le llevarían gran parte de esa mañana, esta vez debía atender muchas de esas gestiones a solas, la compañía de trabajo aún estaba ausente y la época era propicia para muchos, en atender asuntos familiares y de esos encuentros impostergables, pero aun así no aminoraba su entusiasmo por continuar intentando concretar y atender las diferentes posibilidades de negocios, que hasta ahora en la mayoría de los casos, habían resultado exitosas...

Su andar displicente en la calle, con una concentración inequívoca a sus asuntos le confería cierto grado de seguridad y personalidad arraigada desde años atrás. Tomaba muy en serio cada asunto, cada reunión, cada visita, independientemente de los lugares donde muchas veces debía ir, en ocasiones bajo la compañía requerida y en otras de forma individual y persistente. Muchas veces antes de ir a las reuniones o los trámites legales previstos en la agenda, pasaba por la oficina para supervisar otros asuntos pendientes en los mismos términos, pero que dependían más de subalternos que de su propia atención. Luego minutos más tarde, saldría a comerse el mundo, como muchas veces siempre manifestó, ese era su lema “Si alguien no salía a eso, tomaría su lugar sin tan siquiera dudarlo"...

Para las reuniones importantes que podrían determinar una posibilidad exitosa de negocios, asumía el rol adecuado, una vestimenta acorde a la ocasión, impecable, una actitud positiva, gentil y amable ante las circunstancias, y con una disposición a dar solución a los pormenores que conllevan ciertamente estos tipos de asuntos. Eso marcaba su agenda, su día, su personalidad y su ocupación de tiempo, evitando pensar en otros asuntos personales, y dejándose llevar por la emoción que trae en si su pasión y responsabilidad por su trabajo. Los días han transcurrido de forma usual, con los altibajos convencionales, pero siempre con actitud propensa a alcanzar sus metas. Pero ahora sentía un leve cosquilleo diferente, eso que está ahí presente, no perturbador, pero si latente, y sabía perfectamente a que estaba exponiéndose, ya presentaba síntomas de ansiedad por la llegada de las noches, momentos oportunos que desencadenaban interrogantes, más allá de una curiosidad no frecuente, sino más bien el deseo de surcar en terrenos desconocidos pero realmente tentadores y consecuentes...

¡Una llamada entrante!... Buenos tardes, hola, estoy necesitando conversar contigo para plantearte una necesidad de un cliente importante. Requieren unos terrenos para un desarrollo muy preciso, y yo sé que dispones de algunos terrenos que quizás cubren las necesidades de mis clientes...

¿Te parece sin nos podemos ver antes de que culmine el día? Tú me dices el lugar, tu oficina, un café, o cerca de donde me encuentro ¿Tú qué dices?...

Hola, buenas tardes, por supuesto, pero déjame pasar por la oficina ahora para revisar una documentación que estoy esperando, luego debo pasar por la Notaria para la firma de otros documentos y te llamo para encontramos en algún lugar equidistante...

¿Qué tanta área necesitan y preferiblemente en que parte?...

El lugar quizás no sea tan relevante, pero si localizado en cierto contexto, requieren entre seis y siete mil metros cuadrados, sé que tienes algo de eso. Podemos propiciar la operación una vez evalúen lo que hay disponible...

Vamos a vernos al final del día, yo te llamo al salir de la Notaria...

Ok. Espero tu llamada, no importa la hora, debemos vernos hoy, y así hablamos de otras cosas también que yo quiero, personal...

Así quedaron de acuerdo y de inmediato reviso lo que tenía en su haber. Se dirigió al vehículo, lo encendió y apresuro marcha vía a su oficina, para cumplir con lo pautado...

Culminó el resto del día con este asunto de última hora, que prometía realmente una nueva oportunidad, la cual compartiría como en otras ocasiones sucedió. Hablaron de asuntos personales también, esos aspectos un poco extraños dentro de la conducta y actitud de las personas, los cuales no figuraban en su mente como cónsonos o sensatos, por el contrario, totalmente fuera de contexto, pero simplemente era algo que no era de su competencia, era una decisión externa, y solo aportaba su posición al respecto. Compartieron un té y unas rosquillas, para endulzar la tarde, luego de ese encuentro acordaron verse a la mañana siguiente para propiciar un primer acercamiento con esos clientes, y de esta manera se despidieron, para retornar cada quien a sus quehaceres y rutinas en su hogar...

Al llegar a casa, una vez más como era de costumbre y  entrando la noche, solo se paró en la terraza, coloco un vaso contenido de jugo de naranja, brazos sobre el muro, inicio revisar los diversos mensajes que le continuaban llegando a través del celular, respirando profundo en algunos casos. Los perros oportunamente ladraban por la llegada de los carros a la urbanización, era una situación bastante típica. Eventualmente veía bajar de los autos a sus vecinos con discreción durante ese ínterin, y de vez en cuando volteaba a ver el acceso al dormitorio, entendiendo que había cierta ansiedad por conectarse y quizás descubrir nuevas cosas, o tal vez afrontar nuevamente el misterio que deambulaba por su cabeza ¿Por qué? ¿Cómo está pasando esto? ¿De dónde viene esta bocanada que tienta lo que antes nunca había hecho? Definitivamente ¿Quién es?...

Una noche algo fría como era de esperarse, deicidio entrar a su dormitorio, cambio de ropa y más tarde entró a la ducha, dejo caer el agua sobre su cansado cuerpo, meditaba bajo el agua al mismo tiempo. Una vez fuera de ella, sintió un leve relax, se miró frente al espejo, se aplicó una loción humectante sobre la piel, peino su cabello y se vistió apropiadamente para sentarse una vez más frente al monitor, para tal vez sorprenderse con lo que encontraría, o quizás propiciar esa tentación que le ansiaba desde que había llegada a casa, sabia en el fondo que algo atraía poderosamente su atención, sin saber quizás que esperar...

Ya frente al monitor comenzaba a ver las diferentes publicaciones, algunas bien interesantes de parte de algunos conocidos en ese entorno, otras un tanto divertidas las que le sacaban una sonrisa eventual, y así sucesivamente vio una tras otra, hasta que apareció las que estaba esperando, la respuesta que comentaría acerca de su publicación. Y precisamente era una de las que deseaba leer...

“Es en la imperfección, es en lo natural, es en el sentimiento, es sin condición, cuando realmente nos llega el amor, fluye a veces sin razón, y nos llenamos de sueños, anhelos y una gran tentación, y con todos los aspectos que ves y no ves, pero inmersos en un gran amor...

Así recibo yo, así me entrego yo, así buscas tú, así te llegará tu amor...”

Definitivamente no sabía realmente que responder, le tentaba esa manera increíble de expresar, de exponer abiertamente un sentir y una interpretación de lo que se envió con total intención, y lo intentó una vez más...

“Pero que belleza, como siempre he quedado sin palabras, es un placer leerte, muchas gracias de verdad por tanta delicadeza en cada una de tus letras…”

Y esperaba pacientemente la reacción al otro lado del monitor, un rato, otro rato, otras personas cercanas comentaban agradeciendo la intención, y nada aun, se impacientaba, y de pronto lo inesperado, nada, solo una aceptación cordial, y eso era en principio lo que no quería ver...

Intentare una vez más con esta publicación:

“El puente más difícil de cruzar es el puente que separa las palabras de los actos”...

Lo subió y decidió esperar el tiempo que fuese suficiente, tenía que lograr que se interesara en ese algo más que le impacientaba, había definitivamente una determinación para mover ese mundo interior cerrado, aun cuando mostraba sentimientos nobles y hasta intensos...

Hasta que oportunamente llego una respuesta, de esas que se esperan con ansiedad...

“Quizás, a veces deseamos hacer más de lo que nos imaginamos en realidad, el miedo y las dudas nos inundan más allá, pero la intuición nos lleva a impulsar lo que en nuestras almas aguardan liberar, porque cuando amamos de verdad simplemente nos dejamos por siempre llevar, sin importar lo que vaya a pasar...”

Por supuesto que la respuesta fue definitivamente instintiva y espontánea, era una gran verdad, pero debía complementar con algo que quizás podía incitar...

“¡¡¡Ufff cuanta verdad!!! ¡Muy bonito, como siempre! es un placer leerte, muchas gracias, yo espero que tú estés muy bien, se te extraña.
Un abrazo.
🙅

Y simplemente espero, espero, espero la respuesta, rogando realmente una réplica aunque fuese acorde a su comentario, producto de la reacción a ese argumento totalmente valedero y lleno de esperanzas. Y entonces nuevamente una aceptación cordial, un signo más. Y eso definitivamente le movió el piso, el cuerpo, los pensamientos y todo lo que a su alrededor en ese momento estaba, no entendía aun que pasaba por esa mente, no lograba entenderlo, introducía sus dedos en su cabello enrollándolo, entonces se atrevió a lo impensable en su manera de ser, porque estaba incontenible emocionalmente, en pocas palabras, bueno ya lo saben...

Y entonces escribió...





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