sábado, 13 de enero de 2018

La chica de la Pijama Roja – Capítulo VI - “Nadie escapa a las leyes del universo, ni a señales que vienen de lo inimaginable, muy a pesar del escepticismo y antes de…”



Uno de esos días definitivamente muy complicado, algo estresante, compromisos cumplidos fuera de tiempo, simplemente porque no hay manera de hacer entender a las personas que nuestro tiempo es tan valioso como el de ellos, y por supuesto eso a veces molesta, pero lamentablemente tenemos que convivir con estas trivialidades de nuestros días, no hay otra manera. Claro, hasta que algo cambie para bien, tal vez propiciado por alguna persona caída del cielo, jajaja...

Pero así es ese itinerario convencional, en esos días continuos de trabajo, y realmente se compensan las noches cuando a casa llego, a veces algo ligero para la cena, a veces una avena caliente, un té de hierbas con jengibre y miel de abejas, o unas rosquillas, de esas con canela, tan dulces y adictivas. Luego una ducha con agua caliente, y así entrar después a la cama para conectarme a la red, revisar mi buzón de correo, contestar y anotar asuntos pendientes para la agenda, leer algunos comentarios a través de las redes sociales, intercambiar y comentar algunas publicaciones con amistades que he logrado consolidar a lo largo de estos últimos años, y llenarme con algo de entusiasmo por aquello que simplemente siento naturalmente desde muy dentro...

A veces yo no sé si esperar algo, creer que sucederá o solamente continuar con la cotidianidad que hasta ahora ocupa mi espacio y mi tiempo. Sin embargo no dejo una vez que otra de meditar, es mi naturaleza aun cuando evito tan siquiera pensar...

Sin embargo todo eso formaba parte de su tiempo libre, revisar sus asuntos personales y de trabajo, navegar sobre la red, leer algunas publicaciones más o menos interesantes, otras veces subía algunos post de su propia inspiración y en ocasiones intercambiar comentarios acerca de esos aspectos de la vida misma. De esta manera ha conocido algunas personas con quien hoy mantiene amistad. Oyente por naturaleza, consecuente e interesante, lo que le permitía a veces también aconsejar y dejar entrar a su mundo interior un poco de esas historias contradictorias, tristes y hasta complejas, lo que le aleja de esas creencias acerca de las trivialidades y de realidades en un contexto de vida inusual, pero así es su realidad, y tal vez por eso se oculta durante todo este tiempo a través de sus ocupaciones y su inagotable soledad...

Pero precisamente esa noche, dentro de sus lecturas y entre algunas publicaciones que disfrutaba leer, hubo algo que pudo llamar toda su atención. Quizás entre esa soledad que a veces embriaga y una leve caricia que llego hasta su ser, sintió un leve despertar, una esperanza, como esa luz que a veces se quiere encontrar entre suspiros en la oscuridad...

No sabía si escribir, agradecer, o simplemente aceptar un agradable y esplendido comentario que lo sintió  más allá de lo convencional, pero algo si sabía en el fondo, sabía bien que eso era tal vez lo que deseaba encontrar, y entonces decidió simplemente intentar...

Solo espero, espero y espero, ver alguna reacción al otro lado del monitor, cualquier manifiesto y eso por supuesto impacienta. Otros comentaban y agradecían por la sutileza y profundidad de aquellas palabras. Pero nada de lo que imaginaba terminaba de llenar esa ansiedad, solo llego contradictoriamente una pequeña aceptación de lo que había respondido, y eso definitivamente confundió su percepción...

Amaneció una vez más, otro día que inicio desde muy temprano, una ducha para afrontar las trivialidades de una ocupada agenda, una rutina vinculada a ella misma, una vestimenta acorde a los compromisos, un desayuno sencillo y salir a cumplir con lo pautado. Sin embargo y a pesar de ocupar sus pensamientos en los asuntos usuales de su vida y su trabajo, distante y latente mantenía muy adentro esa insatisfacción de la noche anterior, algo que le rondaba la cabeza y se asemejaba a esa pesadilla musical, esa canción que suena y suena de manera seguida, y que no puedes sacar de tu mente, eso sí que perturbaría en algo su día, y solo debía esperar hasta llegada nuevamente de la noche...

Y como era de esperarse, sonó su teléfono celular:

“Hola, buenos días, ¿Qué tal? ¿Cómo amaneces?”...

“Hola, muy bien, estoy por salir, solo déjame terminar de desayunar y nos vemos a las 9.00 am tal como está pautado, recuerda llevar los documentos que te pedí ayer por favor...

“Si claro, ya los tengo en mi mano, nos hablamos, y no vayas por………………, hay un cierre temporal por reparaciones sobre la avenida, busca una vía alterna, hay mucho tráfico ¿OK?...

Ok. Nos alcanzamos en la notaria en un rato...

De esta manera ocuparía una vez más todo su tiempo, en diversas actividades que de forma continua previamente preparaba a través de su agenda, era su día a día, su rutina, y eso llenaba en gran medida su espacio. Reuniones, visitas, firmas de documentos, eventualmente almuerzos y por supuesto la revisión de todas sus gestiones en oficina. Eran tan normales y cotidianas sus labores, que la seriedad, responsabilidad y agudeza con que atiende cada uno de sus asuntos, apenas le permitían disfrutar escasamente de algún tiempo de ocio. No le animaba más nada salvo su propio trabajo...

Había algo de tráfico más de lo habitual, tal vez por el cierre temporal de la avenida, muchas personas en la calle, un sol radiante y sabía que debía tomar previsiones al respecto. Entre el colapso vial, las incumplidas pautas a la hora señalada con miles de excusas y una serie de posibles negociaciones y acuerdos que eventualmente alteraban internamente su estado emocional, era necesario equilibrar todo eso y nunca dejar nada en evidencia ante los demás. Era tal la carga impositiva por cual luchaba para mantenerse intachable, con dedicación y promover su negocio, más allá de estímulo,  evitaba alterarse en su tan probada conducta...

Durante su hora de almuerzo y  luego de haber cumplido con parte de su agenda, recordaba una vez más lo sucedido la noche anterior, con desconcierto por no esperar la respuesta que sus pensamientos reflejaban, sin embargo esperaría llegar a casa en la noche, para intentar ver qué pasaría si al ver otra publicación que sucedería. Y por supuesto invocando a esas emociones y sensaciones que desde muy dentro le manifestaba hacerlo una vez más. Había algo, no era curiosidad, era algo más, tal vez de esas cosas que mueven y motivan, y que quizás te pudiera conectar con esas señales que se meten muy dentro quizás, era un poco extraño pero tentador y en si esto se convirtió inexplicablemente en un reto personal. No lo dejaría sencillamente pasar...

“Hay que ir mañana a ver unos terrenos que están algo retirados de la ciudad, prefiero salgamos temprano, es posible que debamos reunirnos con algunas personas para obtener información adicional que nos permita orientar posibilidades”...

Por supuesto ¿Hay algo adicional que debamos llevar? ¿Cuánto tiempo crees nos demoremos allá?...

Tal vez máximo 45 minutos a una hora máximo, de esta manera retornamos y atiendes los otros asuntos pendientes en la oficina, ¿Ok?...

Así será, me avisas cuando salgas hasta la casa a buscarme...

Termino de esta manera un agitado día, un poco abrumador y exigente, tal como lo había esperado en realidad, pero aun así antes de retornar a la casa decidió ir por unas rosquillas de canela, necesitaba un poco de dulce para calmar un poco el estrés acumulado. Luego iría a casa, para hacer lo mismo que ha hecho a lo largo de tanto tiempo, simplemente, predecible...

Al llegar a casa, lo normal, estar un rato en la terraza, ver caer la noche, meditar como normalmente en ocasiones lo hace, le llegaron a sus pensamientos nuevamente lo que estuvo presente durante el día, imagino acerca de las consecuencias de su accionar, y decidió nuevamente volver a intentarlo, y entonces se terminó de comer la última rosquilla y entro a la habitación para revisar su buzón de correo y entonces...

Compartió algunas publicaciones, realizo algunos comentarios a los cuales obtuvo ciertas respuestas de personas cercanas a su entorno, de algunas reía y hablaba en solitario, de igual manera recibió elogios y agradecimientos por ello, estuvo bien por un buen rato. Luego converso a través de su celular  con dos personas de su entorno más cercano, de forma animada intercambiaban aspectos de sus vidas personales, escucho pasivamente sobre esas preocupaciones las cuales con frecuencia tienen las personas y dio sus apreciaciones y consejos como normalmente intentaba hacerlo, sin embargo no despegaba sus ojos del monitor y oportunamente...

Leyó con detenimiento ese comentario que estaba esperando, definitivamente tenía un contenido que superaba su curiosidad y emotividad ¿Era alusivo o no? ¿Qué atraía su atención? ¿Cómo debería responder sin delatar su real intención? ¿Valdría la pena? Preguntas que flotaban en sus pensamientos sin dejar en el fondo de intentar continuar más allá de su real condición. No perdió tiempo y decidió comentar, dispuso de otras publicaciones pero en un contexto más directo, simplemente para ver que sucedía y simplemente espero la reacción, y con ciertas expectativas...

Y entonces nuevamente ocurrió lo que no esperaba, esto altero su pasividad y solo dejaba pensamientos en el aire de frustración, sin embargo también leyó otros comentarios acerca de percepciones bajo otra óptica, esa que quizás vean otros desde lejos, y aun así la impotencia ante hacer o dejar de hacer, para intentar entender el porqué de esa condición...

Entonces decidió continuar intentándolo hasta definitivamente propiciar lo que buscaba, porque sentía esto como un reto personal y había algo en el fondo que le indicaba que quizás era lo correcto, inexplicablemente lo hizo y...      

2 comentarios:

  1. ¡Oh dios suspenso!, y ¿ahora qué sucederá?

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  2. Creo que deberas esperar al siguiente capitulo, simplemente para intentar descifrar el enigma...

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