“A veces Dios
obra de maneras misteriosas, porque hay labores que van más allá del
entendimiento existencial y absolutamente todo ha de tener una explicación, incluso espiritual…”
Era mediados de esos
días de Mayo del año 2015, eran aquellos días de un florecer, de un bello despertar,
de un sorpresivo momento sobre la sierra merideña, allá por las montañas de
Venezuela, a través de un transcurrir nunca igual, donde se escuchaban cánticos
y melodías tanto al alba como al ocaso en aquellos días, donde se presumía
acerca de la riqueza esencial cual árbol de la vida, quien da señales entre
fantasías, quien otorga ese legado que en ocasiones no encontramos y hasta no
entendemos, pero cuando todo fluye, cuando todo el universo confabula para
traer desde su alborada, trae la magia de la existencia sobre estas tierras
bendecidas, y es así como alguien quien desde sus entrañas, desde la
profundidad de su ser, desde su tierno regazo, se ve inspirada, se siente con
fraternal esperanza, imaginando, soñando y viviendo quizás los mejores momentos
de su vida, esperaba las dulces señales que inundarían toda su esperanza, por
la presencia misma sobre ese camino, la de un bello ángel quien cambiaría la
visión de una floreciente y futura vida, eran definitivamente los tiempos de
espera, de una alentadora noticia que daría inicio al despertar de una nueva flor
entre el vientre de quien la albergaría…
Así fue, así es, y
así se mantendría más allá de eventos y de sucesos, más allá de los designios
del universo, más allá de las tareas encomendadas desde nuestro glorioso cielo,
donde reposan los ángeles, donde el supremo creador encomienda con amor, fe y
esperanza las tareas elegidas, para cada ser que ha de llegar a este mundo
terrenal, más allá de su carisma, de su benevolencia, de su gratitud y de cada
interminable número de lecciones aprendidas, y en donde cada proceso
consecuente ha de formar y moldear previamente el carácter y personalidad de
ese ser tan especial, quien cambiaría la vida de un sin número de personas a su
alrededor y a quienes en el tiempo increíblemente les sorprendería…
Cual tal capullo de
una floreciente rosa, cual semilla de una flor especial germinaría, cual próspera
vida ya vendría, pues entre espasmos, entre susurros, entre voces entre
abiertas, ahogados murmullos, sonrisas y alegrías, fueron las estrellas quienes
alumbrarían el camino de ese ángel a quien en corto tiempo conoceríamos como la
Princesa Sophía; Fue el arribo de tal la noticia que ya venía ella en camino y
no se detendría, y a pesar de la incertidumbre sobre su aspecto, sobre su
género, su llegada, sus momentos, su gracia y su rozagante vida, apuntaría en
ese momento como narrador de historias, como quien intenta plasmar a través de una
bella poesía, por quien yo intentaría dejar asentado en esta vida, simplemente
escribiría una bella narrativa que a muchos nos cambiaría, intentando con la
dulce melodía de esos cánticos perennes y de esa música casi silente, una niña
llegaría para alegrar y entregar toda su magia, entregar toda su grandeza, entregar
toda su riqueza sonora, quizás llena caprichos, llena de innumerables sueños y de
fantasías, y entre ese despertar que para muchos sorprendería, interactuarían
mucho, participarían muchos, se involucrarían muchos, y formarían parte de sus lecciones,
de sus enseñanzas y de su legado, porque así quiso Dios ella fuese parte de
este universo mágico y sorprendente, de este mundo terrenal controvertido y displicente,
porque eran los tiempos de tal dicha y algarabía que uniría a las almas
realmente…
Es a través de ese
transcurrir sin igual, donde fluyeron, fluyen y fluirán por siempre las
esperanzas, donde el júbilo y los sueños estuvieron llenos en esos instantes de
planes y de momentos bellos, incluso como en aquellos cuentos, esos que
permanecen a través del tiempo, hubo música, hubo encuentros entre sutilezas,
sentimientos, emociones y palabras que
se soltaron al viento, donde todo fue, donde todo es y donde todo será posible,
donde las fantasías se harían realidad, donde lo imaginable se convertiría en
hechos y en una gran verdad, donde las sorpresas a través de ese transitar,
convertirían todo en un florecer, en un despertar, en un tiempo primaveral,
donde todo se dejaría a la magia del universo, donde los ángeles mismos al
igual que su presencia cantarían desde lejos a través del regazo de un vientre
donde germina la vida misma, donde fluye la energía y donde ella se anidaría
mientras arribaría a su llegada, a este mundo para encontrarse con un montón de
enseñanzas y de sorpresas como antes nadie pudo haber imaginado ni tan siquiera
desde lo lejos…
Es tal vez una oleada
de palabras, es como una oda, quien entre versos, entre prosas, entre cuentos
de primavera eterna, se convierte en la narración de una historia que nace de
las fantasías hacia una vida prospera e inusitada, que se origina más allá de
las estrellas, donde los ángeles sonríen, donde ellos cantan y hasta lloran,
por la alegría, por la vida misma, por la satisfacción que uno de los suyos ha
destinado el creador para compartir parte de esas vivencias, parte de las
controversias, parte de las aventuras que la nutrirán día a día, donde el cielo
azul majestuoso da paso a la luz del sol en aquellos días llenos de vida, donde
en las noches en esencia fluyen melodías de algarabía, donde incluso suenan
hasta las campanas, donde ya estaba escrito, porque ese es su único destino, es
el momento, es ya el tiempo para una pequeña Princesa, una digna hermana de los
ángeles quienes nos han cuidado a muchos cada día, y donde ella formara parte
de la vida de una bella madre, de un abnegado padre, de unos tíos y primos ejemplares, de esos abuelos que en ocasiones no encontraran hasta que darle, de toda su vibrante familia,
de sus amistades, amigos y amigas, cercanos y no tantos, de tantas personas que se cruzaran
en su benigna y floreciente vida, donde la magia la envolverá sin mediar tan
siquiera palabras y donde la fuerza de su alma es la ignición que da paso a la
esencia de esa vida, donde muchos hablan y hablarán más allá del tiempo que
transcurrirá, sin poder medir y sin poder imaginar lo que la vida simplemente
le deparará…
Y así mismo como las
flores en la dulce y enriquecedora primavera da colorido e inicio a la vida
misma, es así como este ángel quien desde el cielo fue enviado a cumplir una
misión, una labor, un presagio lleno de paz, armonía y amor, porque así mismo
Dios quiso fuese parte de esta aventura en un mundo lleno de color, es el viaje
de una Princesa que comienza, es el viaje de un aprendizaje y de un sinfín de
enseñanzas que comienza, es el viaje de una aventura llena de emociones, de tribulaciones
y de sorpresas que empieza, el viaje de la maravilla de la vida da inicio,
cantando al regocijo de las aves, al despertar matinal de cada mañana, a la
imagen sobre la sierra entre sus nevadas, a la humanidad en estas tierras entre
montañas, donde todo puede ser, donde todo ha de ser, donde todo será en
ocasiones sin a veces poderle entender, pero es la gloria y la esperanza porque
es un suceso de esos pocos que alguien cuenta entre letras y muchas ansias,
donde la realidad se funde con la fantasía, donde convergen los sueños llenos
de ilusiones y de imaginación desde la alborada, donde muchos seremos testigos
de esta bella y hermosa anunciada, y donde ese despertar ha de ser el inicio de
una narrativa que comienza en este capítulo, más allá de la poesía, más allá de
la misma esperanza…
Quizás es más que una
vida, quizás es la emoción que nos embriaga, quizás son unas humildes letras de
un narrador y contador de historias quien intenta plasmar sin dejar más que nada,
quizás la ilusión de dejar como legado algo que una vez quiso hacer cuando no
pudo llegar más allá de lo que un sueño le emanaba, y es a través de esas
señales, esas que llegaron para avisar, las de ese ángel convertido en una
Princesa quien traerá amor, algarabía, espasmos y sorpresas desde donde nadie
realmente lo esperaba, y donde todo fluye con razón o sin ella, con la luz del
universo, con el canto de los pájaros, con la melodía de su hermanos quienes le
cantan, quienes le cantarán, quienes le aplaudirán e incluso siempre la verán
en un intenso y floreciente viaje que nació desde la esperanza, que nació desde
un amor sublime y correcto, y donde Dios quien desde sus predios, desde ese
mágico universo otorgó tanto amor que lo llevó más allá de lo que tanto cuida y
tanto dio, da y dará por siempre a través de esas historias, que en ocasiones
deben escribirse desde esos sueños quienes por siempre nos acompañan…
Y así transcurre esta
anunciada, la llegada de un viaje sorprendente a través del cosmos, a través de
los cielos, a través de las estrellas, con el acompañamiento de los ángeles, a
través de estas tierras entre las montañas, a través de la hermosa sierra
andina donde el creador dijo y decretó simplemente su llegada, donde todo
comienza y donde nunca sabremos cómo y cuándo ha de terminar, porque es el
momento de re-escribir la historia del viaje de una Princesa a través de una
vida donde la tierra misma es quien simplemente la llama…
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