domingo, 14 de junio de 2015

Tertulia intensa en una noche agobiante con “El Jefe” (parte final)…



Continuaba la noche con una nubosidad extraña, fría y al fondo comenzaba a escuchar al viento susurrar, como diciéndome que aún lo peor no ha llegado. Es así como lo interpreté, simplemente porque cuando comencé a hablarle al “Jefe”, la noche estaba despejada, tranquila, se veían las estrellas. Y ya a las horas de mi tertulia inquieta e inevitable, totalmente el cielo cambio, un giro de 180º. Eso me indico una señal, una manera de expresarse bajo su misterioso vocabulario. Un manifiesto acerca de mi exposición ante los miles y miles de eventos, situaciones y decadencias, que nos maltratan a todos por igual, nos agobian a la gran mayoría por igual, y nos deja en una especie de limbo, perdidos, sin rumbo, sin dirección, donde solo manifestamos nuestra inconformidad, sobre todo la mía...

Me acorde que hipotéticamente hablando, suponemos que nuestro “Jefe”, tiene y que sus representantes en esta tierra de mortales. Tiene a un clero que a mi modo de ver las cosas, ni está de un lado, ni está del otro. Simple, no se meten en “peos” como decimos acá. Algunos de esa comunidad religiosa meramente se atreven a decir ciertas cosas, a solicitar “diplomáticamente”, que las cosas deben cambiar y que ellos están dispuestos a interceder, dialogar y ser garantes de ello. Sin embargo eso sigue siendo para este humilde venezolano inconforme con toda esta situación, “pura paja”, a lo muy venezolano. Si ellos son los representantes de tu reino, de tu universo, de la espiritualidad que representas, porque se comportan de igual manera como cómplices de las mil y una aberraciones, y de violaciones a los derechos humanos. Eso lo pudiera digerir de los bandidos que utilizan su indumentaria y su cuota de poder para hacer lo que les plazca, pero de los tuyos, de los que representan a la iglesia, no lo puedo aceptar. Y no es que esté de acuerdo con lo que los otros hacen, solo que lo digerimos, porque en la historia de la humanidad, lamentablemente el hombre en momentos determinados, ha hecho lo que le ha dado la gana, sin importar las consecuencias, y sin importarle muchas veces los padecimientos de la sociedad a la cual pertenece o perteneció...

En ese momento pude visualizar unas luces de relámpagos a lo lejos, más allá de la costa del mar y posteriormente el trueno correspondiente, como si fuese prontamente a llover. Entendí que se molestó “El Jefe”, por lo que dije y como lo dije, pero debía decirlo. Entiendo que los seres mortales no podemos ser perfectos. Que no existe perfección en ninguna sociedad, en ningún movimiento, en ningún grupo conforme o inconforme, pero han pasado 2015 años y pareciera que en esta sociedad, en vez de ir hacia adelante, en vez de progresar, en vez de superar obstáculos ya superados en el pasado, pues se prefiere ir en retroceso, y de paso a alta velocidad. Suena contradictorio a estas alturas del tiempo, pero este lamentable y aún hermoso país, está cada día más turbulento, más complejo y difícil, mucho más inviable para cualquier iniciativa que se deseara ejecutar con buenas intenciones. El egoísmo, la envidia, la perversión y la maldad, lamentablemente encabezan una lista interminable de acciones, que no permiten que lo bueno prevalezca sobre lo malo. Así se lo decía, así lo manifestaba, así lo vociferaba en voz alta y le preguntaba a todas estas, cual era la razón de que muchos de nosotros tuviéramos que pasar por todo este trance amargo. Cuál era el argumento para que muchos ya hoy día desaparecidos, muertos, olvidados tuvieran que haber dado la vida, simplemente por manifestar inconformidad. Cual eran las diversas razones para no encontrar el camino, la ruta, la luz, la forma o la manera, de revertir y encaminar un rumbo hoy totalmente perdido. Y seguía tronando con algo de fuerza. Ya eran cerca de las 3.00 am aproximadamente. Pero no llovía, solo había mucha presencia de nubes oscuras, no lograba ver el cielo ni las estrellas. Claro en una noche oscura no podía pretender que las nubes fuesen blancas...

Aunque para muchos puedan tener escepticismo ante situaciones como estas, el mundo espiritual, ese que está en el universo infinito, está ahí y sabemos muy bien quien lo preside. Muchas veces no queremos ver los mensajes, eso me costó muchísimo entenderlo, pero solo el tiempo es quien nos enseña de alguna manera, que hay señales, que hay maneras y que dentro de todos los misterios de Dios y sus divinidades, él tiene diversas formas de manifestarse, mas no de involucrarse. Ese trabajo lo dejo bien sentado, los problemas, las avenencias, los obstáculos y la forma como afrontamos cada aspecto de nuestras vidas, es un problema de los mortales. Él solamente te orienta y nos manifiesta con mucha paciencia, que las cosas más tarde que temprano, deben cambiar siempre para bien. Así tengamos que pasar unos cuantos años, unas cuantas décadas, unos cuantos de cientos de años, para que como mortales, como seres humanos, podamos entender que no todo es como se ve a la primera vez. Y para ejemplo nos indica lo que al pueblo de su hijo venerado, le ha pasado y continúa pasando. Guerras santas y no tan santas, migraciones, destierros, luchas interminables, caminando y buscando su lugar en el mundo y luego de miles de años, aun siguen batallando y tratando de ganarse un lugar en el mundo y un territorio que deben compartir, ser vecinos y ser tolerantes con todas las fallas y aciertos correspondientes...

Sin embargo y muy a pesar de poder entender toda esa situación histórica, real, de sacrificios, de padecimientos y torturas de ese pueblo, no puedo comparar o asemejar que nosotros, que pertenecemos a un mundo relativamente joven, en América. Con cierta historia, con aciertos y desaciertos, con problemas terribles en lo cultural, en lo social, en lo humano, tengamos que vivir y padecer todas estas adversidades, acontecimientos e injustificados eventos, simplemente porque una minoría prefiere aferrarse a una cuota de poder, así deba sacrificar a gran parte de su población. Los sacrificios no es que sean sinónimos de muerte únicamente, también son sinónimo de padecimientos, de hambre, de ignorancia, de atención en todos los sentidos, de violación a los derechos humanos fundamentales, de saqueo a los bienes nacionales, de estafas, de corrupción, de delincuencia, crímenes y corrupción. Porque al final de todo quienes pagan “los platos rotos”, son los más vulnerables, la sociedad que realmente desea salir adelante, los trabajadores, los que estudian para forjar una profesión, los que anhelan un mejor futuro y los que desean que sus descendientes y generaciones de relevo, puedan tener las mejores condiciones, para así salir tener una mejor vida y ser ejemplos para las siguientes generaciones...

Seguía avanzando el mal tiempo a lo lejos. Seguía susurrando el viento. Sentía escalofríos porque tenía la sensación que me observaba desde su lugar, con ganas tal vez de hacerme entender que no ganaba nada con exacerbar mi estado anímico. Bueno es mi interpretación de toda esta tertulia. Aún cuando no ha sido la primera vez que esto suceda, sentía por intuición que había llegado la hora de expresarlo abiertamente. Debía plasmar y decirlo a vox populi, porque así lo estaba interpretando. Como si fuese un mensaje para ser su medio de difusión, tal vez. Sentía la necesidad de manifestarlo, escribirlo y redactarlo, tal como me sucedió. No importa como cada persona desee interpretar lo que escribo y lo que expreso. Creo que lo importante en todo esto es el mensaje, es no perder la fe, no perder el camino, no perder la esperanza de que esto en algún momento culminará y posiblemente, a duras penas, con mucho sacrificio y trabajo, tendremos entre todos sin excepción, re-construir absolutamente todo, desde lo familiar, lo social, lo cultural, nuestra sociedad y nuestro país, para nuevamente comenzar una mejor era, una mejor sociedad y un mejor país, lleno de oportunidades para todos, lleno de riquezas, pero sobre todo, lleno de gente que le pone un mundo para que seamos mejores personas...

De repente pasó algo extraño. Sentí a mi espalda como si alguien o algo estuviesen detrás, esperando voltearme para confrontarme. Los latidos del corazón se aceleraron, esa sensación de sorpresa, de suspenso, de tal vez algo de temor, mas no miedo, pero que te puedes llevar la sorpresa de tu vida cuando te voltees a ver. Lo hice de forma repentina. Obviamente no había nada, ni nadie, pero lo que si realmente sentí, fue un susurro al oído cuando voltee nuevamente a mirar por la ventana. Como un pequeño zumbido, como cuando escuchas el sonido de una pequeña ventisca y fue ahí donde precisamente me vino a la cabeza la idea de escribir el acontecimiento. De expresar lo que manifesté a cielo abierto al “Jefe”, por mi inconformidad, por las limitaciones que muchos tenemos de aportar algo concreto, por la incomodidad de todo lo que sucede y por la impotencia de no ver la ruta para que todo esto cambie para bien. Porque al final eso es lo que debe prevalecer ante todo. La historia de la humanidad está plagada de un sinfín de eventos y situaciones, que marcaron a muchas y muchas sociedades. Con eso hemos supuestamente aprendido, con eso hemos supuestamente entendido, con eso supuestamente hemos progresado y con esos supuestamente debemos continuar luchando en el mejor sentido de la palabra, a visionar el futuro y el destino que queremos para nuestra nación y para nuestra sociedad...

Cerré la ventana, me despedí amablemente y en voz alta, rece una oración y como todo, pedí una bendición por todo lo manifestado. Dejo de relampaguear, dejo de tronar y al rato se despejo el cielo. Fue así que sucedió, fue así que pasó y es así como terminó, una tertulia agobiante con “El Jefe”. Espero que estas letras solo lleguen a donde deben llegar. Solo transmitan lo que debe transmitir y solo se entienda que no hay misterio, que no es un cuento, que no fue un invento. Solo fue algo que sucedió y decidí por instinto publicarlo para dejarlo al libre albedrío en su interpretación. Gracias por su paciencia en esperar como terminó esa charla agobiante…

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