“Y su alma aferrada
en su vientre se extasió en dicha, en alegría y compasión, porque ella comenzaría
a sentir la magia del sentir, del cariño, de esa paz y de tanto amor…”
Fue tal vez un
presagio, fue tal vez la señal de algo tan efusivo allá desde el universo, quizás
tan iluso y tan deseado quien desde el cielo preguntó y preguntó, e insistió
pero tanto, que finalmente consiguió bajar desde ese bello lugar del
firmamento, para sentir en carne propia lo que los mortales anhelan jamás ceder,
es el comienzo de una vida, desde eso tan indivisible y tan pequeño, tan
sensible y delicado que requiere tanto cuidado para alcanzar la gloria acá en
esta tierra, donde todo es posible y donde todo es hasta soberbio, es el clímax
de la vida mientras pasa su tiempo aferrándose a sus deseos, es la madre, es la
hija, es el amor que las unirá más allá de lo que muchos quizás no puedan preverlo,
porque solo esos seres especiales pueden entender, pueden palpar, sentir y
vivir lo que nadie podrá ni tan siquiera imaginar lo que será una vez abra ella
los ojos para mirar y comenzar a sentir lo que imaginó desde el cielo, y hasta
quedar con la esperanza de vivir más allá del desconcierto…
“Quienes serán todos ellos, quienes estarán viendo,
quien me querrá cargar”…
“Y escucho melodías aun en el silencio, y escucho la
voz angelical con quien yo sueño”…
“Siento las caricias de alguien quien me consuela,
quien me quiere también en el desvelo”…
“La maravilla de la vida, la magia de lo que yo
anhelo, las ansias de vivir y disfrutar aquello que desde allá, desde el cielo,
donde estará siempre mi maestro… y así también yo lo sueño”…
Son las sensaciones
y pensamientos a través de una interpretación quien seguramente preguntará y
responderá aunque cueste a veces creerlo, es como la vida misma en ese diminuto
contexto, donde van y vienen imágenes, donde hay muchos sueños, donde se sienten
caricias, donde el maestro vela así tanto por su cuidado y por su alma para
darle consuelo, donde dos corazones palpitan, donde no hay penas, donde todo es
posible aunque parezca incierto, donde dos almas se unen en un baile que durará
lo que Dios así lo tenga previsto en este mundo imperfecto, pero que todo habrá
de llegar en el momento correcto, para quedarse y dar continuidad a una
historia de amor maternal más allá de lo que nadie podrá entenderlo, es ese
amor, esa pasión, esos deseos que apenas interpretamos otros pero que estamos
muy lejos de poder comprenderlo, sin embargo aun así brindamos con alegría, con
dicha y amor para que por siempre dure esa unión bendecida desde ese bello
lugar allá en el cielo…
“Alguien quizás escribirá y pintará mi historia,
alguien quizás verá lo que yo tanto quiero”…
“Algunos me enseñaran mil cosas, algunos me guiarán y
me dirán como hacerlo”…
“Algo dejaré yo por mi paso, algo me dejarán en mis
momentos y algo será tan cierto”…
“Y algo viviremos juntos mientras el Universo
confabule a favor de todos los nuestros”…
Este periplo y
aventuras desde el recinto los cielos tampoco ha sido fácil, pero el tiempo de
Dios es indiscutible y perfecto, sin desatino, sin improvisaciones, sin
preocupaciones, porque el renacer de la vida es una rutina que continua en total
movimiento, y así el tiempo transcurre en el vientre de una madre que anhela y
sueña con ese día, mientras en espíritu ella continua tomada por las manos de
su amado maestro, aprendiendo en cada paso de él un sinfín de oraciones, de
poemas, y hasta de versos, que le hablan de una vida, que le bendicen su
aventura y que ella cambiará bajo sus propias reglas y sus propios momentos…
Y acá en esta tierra
bendita, acá desde las montañas andinas, sus amados padres continúan preparando
su llegada, la de esa Princesa quien ha de llegar desde el cielo, mientras ellos
dilucidando un nombre que ya está reservado desde tiempo atrás sin entender que
ya es un hecho, quien entre los albores del tiempo, donde todo es posible,
donde todo será en ese instante perfecto, aun en este mundo a veces injusto,
desconcertante pero maravillosamente complejo, ellos buscaran mil maneras de
agraciar todos sus deseos, le enseñaran en ocasiones como torear los avatares
del momento, y aun así ella aplicará todo con sus propias manías, con su propio
talento, porque ella viene preparada como tromba marina para afrontar al oleaje
de cada momento, ella es y será así tan ella como ese ángel quien desde el
cielo siempre saltó sobre la congregación en cada pregunta, en cada respuesta,
que en ocasiones dejo a muchos en total desconcierto, y donde el maestro quizás
le permitió afrontar sus deseos y aventuras en esta tierra, esa que el mismo
avizoró para dejar que su guerrera y Princesita del amor aprendiese de esta
vida mortal, a sonreír y hasta llorar, a escuchar y hasta hablar, a bailar y
hasta anhelar dar la carrera que no muchos lograrían más allá de lo que otros
tal vez no entenderán, porque ella simplemente es Sophía, una niña quien vino a
cautivar, a unir y a dejar un semblante que marcará la vida de unos cuantos que
a su alrededor ellos por siempre allí permanecerán…
Esta historia tal
vez intento yo re-escribirla, intento yo contagiarle, intento yo mantenerla en
el vilo, no sé si ha de ser un poema, no sé si son versos desde la alejada
estepa, no sé si podrá ser un canto que redunda desde la algarabía de su
esencia, ha de ser ella esa musa por quienes los poetas ríen y lloran a través
de recuerdos que inundan todos sus dilemas, no sé si ha de ser pintada sobre un
lienzo, no sé si a través de un sinfín de palabras compondrán a esta pequeña obra
maestra, esa que deseo perdurará por siempre desde los mares hasta más allá de
las arenas, no sé sin son los colores de ese sueño que me inspira a jamás yo perderla,
no sé realmente como expresar esos sentimientos que me conmueven, que me
tientan y hasta me llenan, quizás solo sé que alguien desde el cielo me indica
y me susurra como plasmar la magia en cada letra, con profunda humildad, con
pasión y devoción y hasta con sutileza, con el argot de una vida que gira a
nuestro alrededor y que pretendemos siempre mantenerla, que también inspira
sublimemente a ese artista, a quien transforma todas estas palabras de cada
capítulo en una imagen casi perfecta, a quien ella llamará en vida Tuto, porque
tal para cual son imagen en el espejo de algo asombrosamente idénticos en sus
esencias, ella ya lo vio desde el cielo, lo detalló, lo marcó, lo atraerá a su
mundo y lo bendecirá por siempre en este viaje que inicia su tiempo bajo la luz
de un amor por quien ella aun en el vientre lo sueña, es todo un dilema, es toda
una obra maestra, no de nosotros, no de quien escribe, ni de quien pinta, ni de
quien dibuja la silueta de una niña a quien se querrá como a una Princesa, es
ella misma quien se trae bajo la manga sus jugadas, sus malabares, sus
artimañas, entre ardides y estrategias, para que todos la escuchen y en
ocasiones hagan lo que ella quiere que sea, es toda una artista quien nos
enseña, quien nos conmueve y quien nos encontrara a través de nuestras almas lo
elemental de nuestras esencias…
“Ay Mamá, siénteme, escúchame, guíame, aquí yo estuve,
aquí yo estoy, aquí yo estaré”…
“Ay Mamá, la vida para ti es tan hermosa y tan bella,
la vida para mí es la flama que yo mantengo serena, la vida es un canto en la
gloria que escuchamos tú y yo en esencia”…
“Ay Mamá, tranquila, tranquila, aquí estuve, estaré y
saldré de tu vientre despierta”…
“Ay Mamá, jugaremos las dos, los tres, hasta cuatro,
cinco y seis, y muchos más cuando llegue yo ahí, y tú me enseñaras, y yo te
enseñaré para que tú sientas mi esencia”…
Imágenes que inundan
sus pensamientos, palabras que emanan de su alma y de sus sentimientos, es la
esencia misma, es el principio de una vida, es la magia del universo quien
confabula más allá de lo que ella sueña por este paso de vida, es la ilusión de
una Mamá esperando el arribo de una pequeña niña, de ese angelito, es la
sensación de algarabía que las ilusionará toda la vida, son los pensamientos de
esa Princesita en este viaje, en esta hermosa aventura, en este ínterin quien
al cruzar el umbral del universo hacia lo terrenal, han de llamar por siempre
Sophía…
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