martes, 2 de abril de 2019

Crónicas de un país inmerso en la decadencia, desidia e involución… pero aún con algo llamado “ESPERANZA”… (1era Parte – Los Años de Dictadura e inicio de la Democracia)


Tal vez pueda sonar extremo y hasta radical, sin ser un estudioso o versado en esta materia, sin ser profeta de una catástrofe, y sin ser alguien quien pueda con un milagro intentar auspiciar una transformación a corto plazo de una destrucción sistemática, ideológica y con premeditación (simplemente porque es imposible entenderlo de otra manera), de eso que conocemos como valores y principios fundamentales que arraigaron, se mantuvieron y evolucionaron en las diferentes sociedades que hacen vida en este planeta asombroso, incluido Latinoamérica, eso que conocemos como “LA FAMILIA”. Es triste, es lamentable y hasta desesperanzador no hablar de ello, comentar, hacer referencias, expresarlo de alguna manera e intentar colocar en contexto los acontecimientos que datan desde finales de los años 80 en el caso particular de Venezuela, aquel país que una vez liderizo Sudamérica desde principio de los años 50, en el progreso y avance en materia de educación, infraestructura, ciencias de la salud, ingeniería, arte y cultura, entre una “DICTADURA” que finalizo a finales de esa década y el inicio de la bien llamada “Democracia”, el sistema político más estable demostrado a lo largo de la historia de la humanidad, aun cuando jamás se pueda decir sea perfecto, simplemente porque nosotros, los seres humanos, racionales, emprendedores, pensadores, temerarios y hasta arriesgados, nunca podremos ser perfectos. Ese concepto de la perfección no existe, ni tan siquiera en los avances de la tecnología, porque la misma sigue siendo desarrollada por seres imperfectos, más simple imposible de explicar...



Haciendo referencia a los padres y creadores de este sistema político conocido como “Democracia”, la Civilización Griega, pasando por la hegemonía que tuvieron en la historia los Romanos, por las Civilizaciones que marcaron un hito en la historia de América como fueron los Aztecas, Mayas e Incas, sin menospreciar la diversidad histórica de las de Norteamérica y Sudamérica en general, y posteriormente la llamada colonización o llegada de Europa a América, explorando, buscando, saqueando y transculturizando a los pobladores nativos, no sin antes destacar que mucho antes de la colonización, ya los europeos e inclusive los asiáticos del Pacifico Sur, lograron arribar a estas tierras, tanto en el norte, como en el sur de este continente, y por supuesto las cruentas guerras de la historia contemporánea del siglo XX (primera y segunda guerra mundial con protagonismo histórico de América, Europa y Asia), aunado a los hechos de las luchas religiosas que se han mantenido a lo largo de la historia en el Medio Oriente, aún con todo eso vasto conocimiento histórico, demostrativo y característico de dichas acciones y sus consecuencias sobre nosotros mismos, las sociedades no terminan de aprender que todas las elecciones, decisiones y acciones, para bien o para mal, traen consecuencias, y que muchas de ellas son extremas y muy lamentables...



Obviamente a lo largo de la historia de la humanidad se han desarrollado entre ensayos, aciertos y errores, una evolución significativa hacia una mejor calidad de vida, sobre la base de sistemas políticos y revoluciones que pudieran equilibrar y controlar el comportamiento de la sociedad misma, estableciendo normas, leyes y estatutos que pudieran permitir y propiciar el progreso en los sistemas educativos, fortalecer los valores y tradiciones socio-culturales, el avance en materia tecnológica, médica y clínica, el fortalecimiento e intercambio comercial entre las sociedades y el fomento y arraigo de la formación y educación dentro de la familia, quienes en definitiva son el concepto del inicio de cualquier sociedad, porque dentro de la familia comienza y se siembra una sociedad, la misma hace vida activa dentro de la sociedad, aporta, recibe, comparte y se integra, concatenado esfuerzos en la medida de sus posibilidades y condiciones, y es ahí donde precisamente salen los lideres, en cualquier escalafón social, técnico o cultural, para ampliar y avanzar hacia hechos trascendentales, tal como ha sucedido a lo largo de la historia de la humanidad, donde muchos de ellos aparecen en los anaqueles de nuestra propia historia, incluido en todo este contexto Venezuela...



Se dice que nadie, incluida ninguna sociedad aprende de los errores de los otros (en referencia a los individuos), y de las otras (en referencia a las sociedades), por tanto y por estadística (por utilizar un término referencial), todos debemos pasar por momentos cruciales, tormentosos y hasta críticos para poder entender y aprender a superar lo que en un momento determinado de nuestra propia historia, no hemos sido capaces de comprender, y que tal vez en el caso particular de las sociedades, donde lamentablemente nuestros líderes políticos, quienes son los que asumen a través del llamado voto de confianza o manifestación de apoyo social, no terminan de aceptar y comprender la naturaleza misma de su ofrecimiento y emprendimiento hacia un proceso político de liderazgo dentro de la sociedad por un bien común, por el bien de la heterogeneidad quienes conviven dentro de la misma, y por el bien de las familias, a quienes ellos deben su posición, labor y obligación por el progreso, por el avance, por la determinación a cada día a convertirnos en mejores seres humanos, tanto individualmente como en lo social, a propiciar cambios sustanciales de una calidad de vida dentro de lineamientos y reglas sociales, más allá de todos sus defectos y virtudes, pero aun manteniendo la visión de un protagonismo clave en la historia misma de nuestra sociedad...



Bajo este preámbulo que a mi criterio es y será siempre necesario intentar entender mi planteamiento y explicación sobre porque hemos caído en este abismo y vorágine interminable, angustiante y deprimente, yo pretendo comentar y expresar de manera general el caso de nuestro hermoso y aun rico país privilegiado y que aun no queremos aceptar, el cual por los hechos circunstanciales contemporáneos, entró en un proceso de involución, deterioro, abandono, desidia y decadencia, hasta la casi extinción de valores y principios fundamentales del concepto de la familia, que se extendieron a actividades sistemáticas de división, ideologización y comportamientos contradictorios, extendido a cuotas de poder (la historia de la humanidad ha demostrado que el poder en el ser humano puede enfermar hasta puntos de no retorno), sobre grupos sociales y hasta individuos con deficiencias o limitaciones en materia de conocimiento, comportamiento y trato social, en lo político, técnico y hasta cultural...


Antecedentes

Cuando en la época de la dictadura de los años 50 en Venezuela, contradictoriamente y a pesar del rumbo político existente marcado por un liderazgo militar dictatorial, donde las actividades políticas estaban muy limitadas y muy marcadas para la época en Latinoamérica, el progreso y avance en materia de infraestructura, ciencia y tecnología, medicina y las actividades culturales se expandieron a tal punto que Venezuela llego a ser referencia histórica en el continente, dentro de una modernidad emergente y mejoras sustanciales del hábitat en un país floreciente rico en petróleo, quizás con mayor énfasis en la ciudad capital, donde se aglutinaba la población de mayor empuje, sin menospreciar los avances en la del interior del país. Esto alcanzó a tal punto, que el valor de la moneda nacional “El Bolívar”, llego a ser una moneda referente y muy fuerte en el mercado internacional. Sin embargo en lo social era totalmente diferente, había mucho descontento, temor y sumisión en gran parte de la población, dadas las circunstancias en las actividades públicas, donde estaba minimizada y prohibido protestar o hacer referencia a lo inequívoco de los lineamientos dictatoriales, muy vigilado por un ente llamado “Seguridad Nacional”, una instancia de vigilancia, choque y represión contra los miembros insurgentes, quienes alzaban la voz para intentar cambiar las cosas, e inclusive quienes hasta en reuniones privadas familiares llegasen a hablar mal del régimen, como en cualquier sociedad subyugada por una dictadura. Simplemente pasó lo que tarde o temprano debía pasar, poco a poco fueron sumando espacios actores políticos y sociales, hasta que se exacerbó y exploto esa revolución social, con apoyo también de un sector castrense indignado y asqueado de tal situación, porque era inaceptable la cantidad de torturas y muertes acumuladas por el abuso de poder y el enriquecimiento ilícito de algunos funcionarios a lo largo de esa gestión política dictatorial. Acciones contundentes de un régimen contra las posiciones de muchos líderes sociales y hasta de la juventud universitaria de aquel entonces, que exigían equidad y respeto a derechos civiles consagrados, la necesidad de cambios en lo social y de esas realidades progresistas de otras sociedades referentes en nuestro continente...

Ese clamor se convirtió en un grito único en Sudamérica, latente, férreo y de una voluntad liderizada por un grupo de políticos, una generación que trabajo, se formó y luchó por alcanzar la libertad soñada para toda la población, y al igual como en cualquier república circunvecina y de otros continentes, que más allá de sus problemas internos y fallas evidentes en esos procesos de cambios, buscaban los mecanismos en un trabajo conjunto desde la misma sociedad a través de la familia y sus generaciones de relevo, en la construcción de los líderes que harían una mejor visión de país, dentro de los cánones de dignidad, respeto y derecho para surgir a través del trabajo y desarrollo honesto en una sociedad equilibrada...

La decadencia y la desidia en ese hábitat para ese momento no fueron los aspectos relevantes que conllevaron a esa insurgencia, fue ese descontento popular y esa manifestación general a lo largo de toda la república, al intentar cambiar los parámetros referenciales que se tenían en aquellos momentos de nuestra historia. Fueron hechos trascendentales, consecuencias del abuso de poder sobre parte de la población, y la manera como se pretendía mantener sumisa a una sociedad bajo el yugo ideológico dictatorial, ya incluso vivido en otras sociedades a lo largo de la historia de la humanidad. En pocas palabras hubo un grito muy sonoro desde los rincones diversos del país, donde la población ya no estaba dispuesta a acatar lineamientos que habían quedado muy atrás, simplemente porque la historia y sus características demostraban que no funcionó, y no funcionaría en una sociedad emergente, aun con valores y principios ideales formados y arraigados dentro del núcleo familiar...

Aquí hubo un marco referencial en esa época, donde esos valores éticos y principios consagrados en el concepto del núcleo familiar, fueron y son preponderantes para alcanzar los objetivos del progreso, es decir muy a pesar de los errores, de los ensayos al intentar encontrar el equilibrio para implementar los mecanismos establecidos en ese sistema político llamado “Democracia”, hubo libertad para avanzar, expresar, demostrar y trabajar en una mejora sustancial de vida activa en la sociedad, la cual repercutiría en cada una de las familias que hacían vida activa dentro de la sociedad misma. Y a pesar de las circunstancias y el derecho a poder acceder a los beneficios que establece este sistema político, cada individuo, cada familia, cada sector establecía libremente su derecho el intentar, desarrollar e implementar sus acciones para un mejor futuro, con la finalidad de convivir dentro de ella con respeto, con la seguridad, con el voto de confianza sobre ese liderazgo, por la igualdad en los derechos civiles consagrados entre la heterogeneidad que hacía y hace vida dentro de la república, más allá del credo, la raza o pensamiento político que cada uno profesaba o mantenía, donde el impulso, las convicciones y el estímulo mismo nos permitiría y permitió competir en libre armonía, para posteriormente disfrutar de los bienes y beneficios obtenidos con esfuerzo propio...

No precisamente en ese momento histórico a través de dádivas, regalías o prebendas con las intenciones de compra de conciencias sobre sectores de la sociedad, o a cambio del compromiso de colaborar con los ejecutores en la permanencia en el poder (como ha sido una característica típica en los regímenes dictatoriales a lo largo de la historia), independientemente de la entidad, continente e incluso culturas, la sociedad aceptaría estas bagatelas. Donde no se establecía y no se permitiría una ideologización desde las esferas del poder para sectorizar y dividir una población que salió al unisonó a defender su derecho a ser libres, a manifestar y exigir sus derechos civiles, a luchar con criterio, a decidir cómo avanzar y a través de qué mecanismos, siempre cumpliendo con las normas, leyes y estatutos establecidos en eso llamado “Constitución”, que es y será el instrumento o marco legal con que se funda una República en cualquier parte del mundo, más allá de sus costumbres, tradiciones y rasgos culturales...

Con esta primera parte quiera dar por sentado que nuestro problema social debe analizarse desde el contexto histórico mismo, datado en los anaqueles de nuestros libros y recabados a lo  largo de la historia de esta república y de muchas otras sociedades desde la referencia socio-política... Continuará...

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